Cuando el polémico silbante Manuel Glower marcó el final del partido de ayer entre Santos y Toluca, no sólo se sufrió la primera derrota en casa sino que aparecieron otras crudas realidades, como quedar fuera de la liguilla, por segunda vez consecutiva.
Además el equipo se vio mal, ante un rival que no fue brillante sino sólo preciso en su marcaje y su defensa. Se siguieron perdiendo números en el porcentaje que ya empiezan a preocupar, y lo peor es que se jugó sin poder inquietar al portero Cristante.
Cuando llegamos al estadio, este estaba casi vació, pero cinco minutos antes de empezar, la entrada mejoró mucho a pesar del frío que calaba y que no impidió que la pequeña porra visitante arrojara sus camisas tan pronto Uzziel Lozano, al minuto 12 anotó el único gol.
Santos jugó mal todo el tiempo, siguió entregando muchos balones al rival, mientras que los visitantes ni se despeinaban, ni hacían mayores esfuerzos, se dedicaban a marcar, de tres o cuatro jugadores cuando los locales tomaban la pelota e intentaban ir al frente.
Por fin la gran esperanza de hacer algo ante Cristante la dio el mismo arquero del Toluca, al faulear dentro del área a Matías Vuoso al minuto diez de la complementaria, pero el argentino, que tanto se ha destacado, mandó la pelota a las manos del portero.
Y para colmo de males Santos va el sábado contra el superlíder Veracruz, luego recibirá a Tigres y se despedirá afuera ante el Cruz Azul. Por lo pronto, la directiva debe ya ir pensando en el futuro porque hay que mejorar y hay que reconocer quienes no cumplieron.
