UN MINUTO DE DEPORTE
El destino a veces hace travesuras. José Luis Trejo fue pieza importante en grandes hazañas del Cruz Azul, incluso dirigiendo a este equipo estuvo a punto de llevarlo a conquistar la Copa Libertadores cuando disputó la final a Boca Junior.
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Por ese entonces se hablaba de los honores y las glorias de Trejo al frente de La Máquina, de la que parecía un conductor inamovible. Pero aparecieron los vientos en contra con sus consecuentes malos resultados que obligaron la salida de José Luis.
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Sin aspavientos, sin declaraciones fuera de lugar, Trejo se apartó y se fue a estudiar, preparándose para lo que apareciera más adelante. Así, un día le llegó la oportunidad de dirigir a Jaguares, un equipo que parecía destinado al descenso.
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Pocos tomaban en cuenta al conjunto de la Selva, especialmente cuando se conoció que recurría a jugadores no muy jóvenes, que habían tenido etapas de gloria en otras partes y en otras épocas. Trejo se puso a trabajar de inmediato.
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En Tuxtla Gutiérrez volvimos a ver su estilo serio y de mucho trabajo. Comentamos que llegaba a los partidos unos 30 minutos antes del encuentro y afirmaba que ya todo estaba preparado, que lo demás lo harían los jugadores en la cancha. Terminó el encuentro y se fue a casa.
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Hoy, el travieso destino vuelve a poner a José Luis Trejo frente a La Máquina azul y tratará de eliminarla, porque quiere que Jaguares, que disputan su primera liguilla, sean campeones y con jugadores veteranos, que ya estaban casi jubilados, darle un susto al miedo.
