¿En qué nivel está nuestro futbol? Esta pregunta la hacían ayer muchos aficionados, al ver el domingo por la noche la derrota de nuestra selección ante la de Brasil, que desde el inicio del partido se puso frente a Oswaldo Sánchez buscando los goles.
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Avanza nuestro futbol, lento pero avanza y en cuanto al rendimiento de la Selección, éste ha estado de alguna manera supeditado al estado de ánimo de su técnico, el argentino Ricardo Antonio La Volpe, quien trabaja con cábalas y no con buenas decisiones.
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Y no es que todo dependa del técnico, porque los jugadores tienen el alto porcentaje de lo que ocurre en la cancha, pero donde falla un tornillo en el engranaje de la máquina, lo demás también puede fallar y el señor La Volpe no mantiene un nivel en su comportamiento.
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Es un buen técnico, aunque los hay mejores y lo que siempre le ha hecho daño a él y a los equipos que dirige, es su forma de meterse en problemas, los que a la larga distraen, quitan atención de lo principal y no crean un ambiente apropiado para salir avantes.
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El mismo domingo por la noche se hablaba de la salida de Ricardo Antonio de la dirección de la Selección y ya hasta se candidateaba a Hugo Sánchez para el puesto, pero no es cuestión de quitar y poner así nada más, hace falta más juicio y sentido común en este tema.
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Por lo pronto, Carlos Alberto Parreira y sus jugadores Alex, el que vino con Cruzeiro y Adriano, se dieron gusto humillando a la selección mexicana, como obligándola a mejorar, pero desde los mismos terrenos de la directiva del futbol mexicano, que ya debe cambiar y ser mejor.