A la memoria de Rogelio Luévano, su amigo Juan Manuel López Reyes preparó el tradicional altar de muertos, en un domicilio ubicado en calle Donato Guerra No. 263 Sur, frente a la Alameda Zaragoza. En la ofrenda no faltaron las calaveras y el pan de muerto, la luz de las velas y el incienso, como un homenaje al teatrista lagunero que falleciera apenas el 19 de octubre pasado. Tampoco faltaron sus platillos y bebidas favoritos, así como muchas flores.