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Una independencia perdida

FABIOLA PÉREZ-CANEDO HERRERA

Fiestas Patrias|Preocupa a académicos la falta de madurez en los actores políticos

EL SIGLO DE TORREÓN

La globalización afecta las tradiciones y valores.

COMARCA LAGUNERA.- La historia de México es poco conocida entre la población, aseguran catedráticos y empresarios, al punto de que la fecha de la Independencia ha pasado a ser el recordatorio de que ese día no se trabaja ni se asiste a la escuela.

Lerins Varela Castro, catedrático de la Universidad Autónoma de Coahuila, indica que la gente no recuerda la historia de México ni de quiénes propiciaron la Independencia, cuáles fueron los beneficios o quiénes eran aquéllos que la consumaron.

“Ya viéndolo en el proceso de globalización que se vive en la actualidad, pasó a segundo término la Independencia de nuestro país”, manifiesta.

Para Arturo Gallegos Salcido, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), la globalización significa que los Estados-Nación dejan de ser los rectores de muchas de sus acciones y tienen que responder a las necesidades de los mercados internacionales.

El empresario dice que, desde el punto de vista financiero, es muy difícil que una nación mantenga su independencia y en el aspecto político, también.

El secretario del Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada (CLIP), Robert Stefanic Mery, coincide en que no se puede hablar de una independencia económica en el país, pues la única forma sería contando con los recursos económicos suficientes para solventar los propios gastos, lo que no sucede.

“Independencia económica sería que tuviéramos tan diversificados nuestros mercados, que nuestro mercado interno fuera tan fuerte, que no dependieras de otros países para poder subsistir y para poder mantenerte”, continúa.

“Llámalo por decisión, por situación geográfica, por lo que sea, siempre se ha dicho que si Estados Unidos se resfría, a nosotros nos da la pulmonía, qué peligroso, ¿no? Esa dependencia económica tan fuerte”.

Para Varela Castro, no hay independencia económica ni política de los Estados Unidos. Mira la independencia como un punto que aún no se pone realmente en el terreno de la discusión.

“Lo más que se ha hablado ha sido de la soberanía, que nosotros podamos resolver todo esto, pero la autonomía económica se ha perdido”, insiste, “tenemos soberanía, discutimos cuando lo del petróleo, la energía eléctrica, es lo que nos queda”.

En el Tratado de Libre Comercio (TLC), el país tiene una tendencia del 80 por ciento en exportacio-nes e importaciones, donde basa el catedrático su afirmación de que no hay independencia en México.

“Todos los bancos, salvo Banorte, Banregio y algunos pequeños, tienen inversión extranjera”, comenta, “lo que exportamos a Estados Unidos en el TLC son frutas, verduras, legumbres, estamos en lo básico, cuando de ellos tenemos tecnología, automóviles, todo”.

Los empresarios mencionan que fueron necesarios 100 años para poner orden en el país precisamen-te por estas cuestiones, pero el proceso ha sido lento, ya que “tenemos una economía que preferente-mente es de Inglaterra, Francia, un poquito metida España y mayormente Estados Unidos”.

Los catedráticos señalan que la independencia que conviene al país es aquélla donde los ciudadanos tengan voz y voto, donde puedan tomar decisiones más allá de las fronteras con otros países, donde se escuche lo que la gente tiene que decir.

“Se tiene que fortalecer dejando a los ciudadanos que vayan a tomar las decisiones. Ahorita son en una cúpula, todo nos lo quieren resolver de arriba pero nosotros no opinamos”, insiste Lerins Varela, “es necesario que los ciudadanos vayamos definiendo qué es lo que queremos, para que nuestro sistema se fortalezca en lo político en una democracia más activa”.

“Ésa es la verdadera base de una independencia”, agrega, “porque la que predomina es la que deciden los gobernantes y no la que los ciudadanos quieren”.

En opinión de Gallegos Salcido, la independencia a que deben aspirar los mexicanos es a mantener la propia libertad, ser diferentes en un orden mental en el que los ciudadanos, de acuerdo a su cultura, están acostumbrados a vivir.

“No tenemos la cultura sajona, no tenemos esas costumbres, somos mexicanos y nuestros valores principales son la familia, los nuestros”, manifiesta el presidente de la Coparmex.

“Hay que reconocer y valorar lo que eso significa, respetar y celebrar nuestra independencia cultural de los demás países, mantenernos en el ámbito productivo como muchos países de Europa pero reconociédonos a nosotros mismos”.

Pero el catedrático de la UA de C advierte que en el norte la gente se ha adaptado mucho a las costumbres estadounidenses por la cercanía geográfica, lo que resulta en una relación muy fuerte, donde no existe una diferencia de separación.

“Hablar de la Independencia y celebrarla es como un rito de México de querer seguir siendo libres, pero en la práctica y con la globalización, la hemos perdido”, advierte el catedrático, “creemos que manejamos nuestro sistema político y resolvemos nuestras cuestiones pero dependemos de las situaciones en el extranjero para ver cómo se va a seguir trabajando aquí”.

En la cuestión política, Stefanic Mery subraya que hay más apertura y libertad de la que se tenía anteriormente, aunque no se ha alcanzado la madurez que requiere el país. Atribuye este estancamien-to a que “todavía estamos un poco atorados en un sistema de más de 70 años en que gobernó el PRI”.

“Lo vimos en el informe, tanta libertad hay que ya incluso estamos rallando en el libertinaje”, indica el funcionario, “pero no se puede añorar hacia atrás sino ver para adelante”.

Varela Castro explica que la reforma electoral que se llevó a cabo en 1996, donde se demandó una cobertura más amplia para participar con unas reglas más equitativas en lo económico en cuanto a partidos políticos, fue, además de una exigencia social, una presión externa, ya que los mercados internacionales pedían tranquilidad.

La presión es tan fuerte en el país como lo es en Cuba o Venezuela, por el petróleo, pues hay una demanda global que indica que la independencia está sujeta a dicho proceso de globalización.

El investigador de la Universidad Iberoamericana, Sergio Garza Saldívar, coincide con el secretario del CLIP respecto a la falta de madurez del país.

“De pronto veo a este México independiente muy joven, si lo comparo con una persona, muy adolescente, a pesar de sus casi 200 años”, dice el catedrático, “un joven que todavía no alcanza a potencializar sus actividades, sus riquezas”.

Stefanic Mery, también presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), destaca que en México hay mucha riqueza por explotar: “tenemos costas, petróleo, minerales, agua, una diversidad económica, fauna, climas, ganadería, agricultura, lo único que nos falta es la voluntad para llegar a ser un país competitivo del primer mundo”.

“Los ideales que se tenían en la guerra de Independencia sí se lograron al inicio”, agrega el empresario, “cuando México llegó a ser una potencia mundial, es sólo cuestión de alcanzarlos nuevamente”.

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