Después de irse de parranda durante la noche del viernes pasado, el taxista Ernesto Gallegos Salazar se autosecuestró pretendiendo evadir la sanción de su patrón y además sacar provecho, ya que mediante las llamadas que hizo a la base de taxis y al dueño de la unidad, solicitaba 30 mil pesos.
Al cabo de las horas fue capturado en la colonia La Virgen por elementos de la Policía Ministerial, señalando que había evadido a sus captores y por eso andaba libre.
La elaborada excusa que le costó su libertad al trabajador del volante ocurrió el viernes pasado, luego de que Ernesto, con domicilio en la colonia J. Guadalupe Rodríguez, tomó el Nissan, tipo Tsuru, modelo 1997, de la base Eco Rápidos del sindicato de la Alianza, para salir de parranda con algunos amigos y amigas, sin abocarse a laborar como correspondía.
Fue al día siguiente que, al no traer el dinero del turno y gastado por la parranda, urdió el plan. Llamó a la base y a la casa de su patrón, Gerardo Rentería Ávila, sabedor que había un fondo para la ayuda de los propios choferes y tal vez de ahí podrían tomar el dinero para pagar el rescate.
Fingiendo la voz avisó que había sido secuestrado; por ello, para que sus presuntos captores respetaran su vida, solicitaba la entrega inmediata de 30 mil pesos.
Una vez notificada la familia, solicitó el apoyo de la Policía Ministerial, quienes en el transcurso del sábado y domingo ubicaron un domicilio en la colonia La Virgen, donde al parecer estaba privado de su libertad el taxista.
Tras varias horas de espera, los agentes vieron salir con toda calma al supuesto secuestrado, pero cuadras adelante lograron detenerlo. Al cuestionarlo sobre los hechos, manifestó que había burlado la vigilancia de sus captores, pero al comprobarlo se verificó que los dueños de la vivienda nada tenían qué ver.
Por la descabellada invención, Ernesto Gallegos Salzar podría recibir entre dos y ocho años de cárcel, con la agravante de que todo fue una mentira para evadir su responsabilidad.
