Poco recomendable tratar de inhibir la caza de las aves que invernan en Durango
Para el presidente de la organización no gubernamental denominada Promotora de la Conservación y el Desarrollo Sostenible de la Sierra Madre (Prosima), Gilberto Rosas Solórzano, es más importante que las autoridades se preocupen por realizar las acciones necesarias para preservar el hábitat natural que utilizan para invernar en Durango miles de gansos que llegan procedente del Canadá, en lugar de tratar de inhibir la caza de las aves migratorias, que registran una sobrepoblación de más de cinco millones.
Aclaró que está de acuerdo en que las autoridades regulen la actividad cinegética en el caso de la cacería de gansos migratorios, pero sin que se impongan medidas radicales para inhibir tal práctica, ya que aun cuando se rebase el número de aves permitidas (35 en el caso de una especie y 17 en otra), no se afectaría por la sobrepoblación que se registra.
Desde su punto de vista, a lo que deben enfocarse las autoridades es propiciar las acciones tendientes a preservar el hábitat natural en que invernan alrededor de 75 mil gansos que llegan anualmente a Durango, a los ?humedales? que se ubican en Nuevo Ideal, en la laguna conocida como ?Santiaguillo?, y en el municipio de Durango, en el poblado de Málaga.
Dijo que, de no cuidarse estas zonas, podría provocar que los humedales queden secos, lo que tendría repercusiones de desastre no solamente ecológico, sino también de salud para los humanos, ya que el suelo generaría contaminación.
Consideró necesario que las autoridades de los diferentes niveles de gobierno promuevan el cuidado de los frágiles hábitats que encuentran en Durango los gansos migratorios del Canadá que, según cuantificó este año, llegaron alrededor de 75 mil. Dijo tener informes de que hay once millones de este tipo de aves, cuando la población era de seis millones, por lo que ya tienen problemas para atenderlos en los países donde se reproducen.
En el caso de Durango, enfatizó que era necesario regular el aprovechamiento de las aguas, mediante convenios con los productores agrícolas y ganaderos que las utilizan, además de crear una infraestructura adecuada para controlar los desfogues en arroyos y presas derivadoras.
Dijo que se deben implementar programas de preservación de los hábitats, en los que participen los usuarios, que son normalmente los que viven en las zonas de influencia, y las diferentes dependencias gubernamentales que concurren al sector, de tal manera que las expectativas para que sigan llegando las aves migratorias a Durango cada vez sean más.
Aclaró que está de acuerdo en que se regule la caza, pero no con medidas radicales que inhiban la actividad cinegética, ni con fines recaudatorios, sino para que se destinen los recursos a la preservación de los hábitats. Señaló que organizaciones no gubernamentales, como la que preside, están preocupadas por la situación, pero además hay la disposición de coadyuvar con las autoridades para que se tomen las medidas conducentes a mantener los humedales en condiciones para que lleguen a invernar los gansos migratorios.
Se promueve la cacería del ganso migratorio
entre aficionados nacionales y extranjeros
De acuerdo con información proporcionada en las delegaciones Profepa y Semarnat, dependencias que expiden y sancionan los permisos cinegéticos, hay empresas privadas que promueven local, nacional e internacionalmente la cacería del ganso durante la temporada invernal en que llegan a Durango, sobre todo a la Laguna de Santiaguillo.
Se ofrecen paquetes completos, que van desde la tramitación de los cintillos que implican los permisos de caza, transportación, hospedaje, hasta la limpieza de los gansos y patos, más su congelación y entrega en hieleras para llevarlos.
