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MÉXICO, DF.- Los estímulos fiscales para impulsar el empleo son oportunos, pero sólo si van enmarcados en una gran estrategia nacional que contemple otras medidas que ofrezcan mejores condiciones para invertir a las empresas, coinciden académicos y fiscalistas.
Mencionan que son sólo paliativos que además pueden convertirse en subsidios costosos para el erario si no son bien aplicados.
Para los fiscalistas, los incentivos vía impuestos que buscan la creación de trabajos siempre son bienvenidos, pero sólo si no distorsionan la estructura tributaria.
Gabriel Pérez del Peral, catedrático del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), considera que antes de establecer ese tipo de medidas, el gobierno federal debe esperar los resultados en materia de empleo al primer semestre, ya que se prevé una recuperación este año.
Isaac Katz, profesor investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), es tajante: ?De ninguna manera deben otorgarse esos estímulos fiscales porque no arreglan el problema de fondo?.
Opina que el gobierno federal debe trabajar en serio en desregular, tener una estructura tributaria más eficiente y una Ley del Trabajo más flexible.
Pablo Mendoza, vicepresidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), coincide en que antes de pensar en alicientes fiscales se debe garantizar a las empresas seguridad jurídica, desregulación y facilitar el pago de impuestos.
Herbert Bettinger, director jurídico de Mancera, Ernst & Young, considera que valen la pena los estímulos fiscales pero siempre y cuando ?no sean un regalo? para las empresas y se beneficie realmente a sectores que impulsen el crecimiento económico.
César Castro, director de análisis del Centro de Análisis y Proyecciones Económicas para México (CAPEM), rechaza que sea una buena opción otorgar estímulos fiscales a las empresas para abatir el desempleo.
En su opinión, la mejor forma de generar empleo es a través de las reformas estructurales.
Alejandro Calderón, fiscalista del despacho Capin, Calderón, Ramírez y Gutiérrez, sin embargo ve con buenos ojos que el gobierno otorgue apoyos directamente a la contratación de trabajadores.
Explica que aunque el fisco pudiera perder ingresos por esa medida, los recuperaría con el pago de impuestos de los nuevos trabajadores.
