EFE
VIENA, AUSTRIA.- El peligro de que se produzca un ataque terrorista con material nuclear es mayor de lo que la opinión pública percibe, advirtió ayer en Viena la experta estadounidense en proliferación nuclear, Laura Holgate, subdirectora para Rusia de la Iniciativa de Amenazas Nucleares (NTI).
“Con materiales nucleares del tamaño de una naranja, un ingeniero podría hacer un artefacto atómico que quepa en una camioneta, como la usada en el atentado contra las Torres Gemelas (de Nueva York) en 1993”, dijo Holgate ante la prensa en el marco de la 48 Conferencia general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
En el centro del peligro se encuentran Estados Unidos y Rusia, de donde procede casi la totalidad del material nuclear que podría ser usado para fabricar bombas nucleares.
No obstante, la materia prima para las bombas atómicas existe “en cientos de lugares, en docenas de países, donde no se protegen siempre con la seguridad necesaria”, añadió la experta de la NTI, una organización especializada con sede en Washington.
Recuperar estos materiales es el principal objetivo de la Iniciativa de Reducción de Riesgos, lanzada por Estados Unidos y Rusia y que celebró su primera conferencia el fin de semana pasado en Viena.
“Sabemos que ya han ocurrido intentos de robos (de materiales nucleares) en Rusia. En los años 90 hubo 23 intentos. Sabemos que estos 23 fallaron, pero no sabemos cuántos tuvieron éxito y nunca fueron detectados”, dijo Holgate.
Sin embargo, parece que los terroristas todavía no han conseguido hacerse con el material necesario para una bomba.
“Si los terroristas tuviesen esos materiales, ya los habrían usado. Los conocimientos científicos están disponibles, pero el problema es el material”, señaló la experta.
“Pero nosotros tenemos que ser eficaces todos los días, mientras que los terroristas sólo tienen que conseguir su objetivo una vez”, advirtió Holgate.
“Hasta ahora hemos tenido la suerte de que la demanda y la oferta todavía no hayan coincidido”, añadió.
Los expertos consideran que las cantidades de materiales nucleares teóricamente disponible en el mundo son enormes.
Sólo en la antigua Unión Soviética, se produjeron más de mil toneladas de uranio altamente enriquecido, bastante más que en Estados Unidos, aseguró Holgate.
Además, unas 20 toneladas de ese material fueron distribuidas en la segunda parte del siglo XX por Rusia y Estados Unidos para reactores científicos civiles en distintas partes del planeta.
Aunque por uranio altamente enriquecido se entiende el que contiene más del 20 por ciento de pureza, para el uso militar se requiere un grado de enriquecimiento superior al 90 por ciento.
El uranio altamente enriquecido tiene también aplicaciones civiles como en reactores de investigación o reactores de generación de electricidad.
Otro peligro para el mundo son las miles de armas nucleares tácticas que existen todavía en Rusia.
Según distintas fuentes, Estados Unidos tiene en su territorio más de mil 600 armas nucleares tácticas, mientras que en Rusia el número supera incluso las tres mil 600 unidades.
Un arma nuclear táctica tienen una potencia de 0.1 a 15 kilotones (las lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945 tenían unos 20 kilotones), y puede ser una mina terrestre, un artefacto arrojado por un cazabombardero, disparado desde cañones de artillería o mediante misiles.
“Las armas nucleares tácticas en Rusia pueden ser fácilmente robadas y deben recibir por eso mucha más atención”, aseguró Holgate quien recordó que la Iniciativa de Reducción de Riesgos no incluye el control de estas armas.