EL SIGLO DE TORREÓN
Es necesario realizar estudio integral para conocer contaminación en aire, agua y superficie, dicen ambientalistas
TORREÓN, COAH.- Las medidas de remediación ambiental contribuyeron a que de 2000 a 2002 se registrara una disminución importante de las concentraciones de plomo en suelos, aunque los resultados obtenidos en 2003 son muy similares a los del año anterior y siguen siendo demasiado altos, comparados con los máximos permisibles en Estados Unidos.
El investigador, Francisco Valdés Perezgasga, dijo que por lo tanto, es importante que en nuestro país se apruebe la Norma Oficial Mexicana que regulará la concentración de plomo y otros metales en suelos; a nivel local, urge la realización de un estudio integral para conocer la contaminación en el aire, el agua y la superficie.
Los resultados se obtuvieron mediante un muestreo del polvo que se practicó en 30 diferentes puntos de la ciudad, como parte de un proyecto que el Instituto Tecnológico de La Laguna está llevando a cabo junto con la Universidad Autónoma de Barcelona, encaminado al desarrollo de sensores potenciométricos que puedan aplicarse a la vigilancia de terrenos contaminados.
Según la investigación, cuyo artículo se publicó por Valdés Perezgasga y Julián Alonso Chamarro, de la institución española en la edición de enero pasado de la revista Scientific American -una de las más prestigiadas en el campo de la ciencia- se hallaron concentraciones de plomo en un máximo de 16 mil partes por millón en las muestras que correspondían a las áreas más cercanas a la planta Peñoles.
Para 2002 hubo una diferencia notoria, pues el máximo detectado fue de ocho mil 700 partes por millón, con resultados similares en el muestreo de 2003.
Los números siguen siendo críticos si se considera que en Estados Unidos, el máximo permisible de concentraciones de plomo en suelos es de 400 partes por millón.
A este respecto, el investigador del área de Postgrado del ITL manifestó que el año pasado surgió una propuesta de Carlos Santos Burgoa, a través de la Dirección General de Salud Ambiental de la Secretaría de Salud, para que ante la inexistencia de la NOM, se aplicara un criterio especial en el caso de Torreón, con máximos permisibles de 260 partes por millón.
Aunque fue una propuesta razonada, porque tomaba en cuenta las características de esta ciudad y cualquier otra del vecino país (Torreón es más polvosa y su población infantil juega más en el suelo o en la calle, en comparación con la forma de vida de los niños en Estados Unidos), no tuvo respuesta y fue una oportunidad perdida, refiere el ambientalista.
El investigador aclaró que con los resultados obtenidos hasta ahora, no se puede negar o afirmar que la principal fuente de emisión continúe fuera de control.
EN PROYECTO
El Instituto Tecnológico de La Laguna y la Universidad Autónoma de Barcelona, trabajan en un proyecto conjunto para el desarrollo de sensores que se puedan aplicar a la vigilancia de suelos contaminados, como los del área urbana de Torreón.
· Los sensores de plomo serían una alternativa de menor costo en comparación con el método de referencia que se aplica, basado en espectómetros de absorción atómica, cuyos instrumentos son también de alta inversión económica.
· Aunque ya hay resultados de muestreos que se practicaron desde 2000, ninguna instancia gubernamental ha solicitado la información.
· A pesar de que los niveles de concentración se redujeron casi a la mitad de 2000 a 2002, éstas siguen siendo elevadas (ocho mil partes por millón), en comparación con los máximos permisibles en Estados Unidos, de 400 partes por millón.
· El desarrollo del proyecto cuenta con un financiamiento parcial de la empresa Peñoles y concluirá el año próximo.
FUENTE: Francisco Valdés Perezgasga
