EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- La banda tocaba desenfrenadamente, al tiempo que el público se ponía de pie para ver entrar a su “gallo” al ruedo.
El ambiente que se vivía adentro del palenque Vicente Fernández en nada se parecía con lo que pasaba afuera. En el interior, la temperatura de las dos mil 807 personas que asistieron estaba tan alta, que nada podía “enfriar” aquella fiesta popular, mientras que en el exterior la pertinaz lluvia mojaba cada centímetro de la piel.
A las 12:39 de la noche, del sonido local salió un poderoso “Ki ki ri ki... ¡ya llegó el gallo de 24 kilates: Valentín Elizalde!”.
Como si se tratara del mejor gallo de pelea, el intérprete apareció en el redondel dirigiendo la mirada a todo el público, demostrando desde el principio que tiene las mismas cualidades que el más fino de los gallos: nobleza, determinación y disposición al sacrificio para defender con la vida el triunfo sobre el rival, el cual no existió.
Desde el primer minuto de espectáculo, el palenque de la Expo Gómez se convirtió en un salón de baile. En las gradas o arriba de las butacas los jóvenes movían su cuerpo al ritmo de El Huizache, Y se Parece a Ti y Loba del Mar, pero lo que también estuvo presente durante la noche fueron el tequila y la cerveza, provocando que hubiera varios pleitos en las dos horas del concierto.
Tanto hombres como mujeres, se desvivían por llamar la atención del hijo de Lalo Elizalde, sobre todo éstas últimas, especialmente una de ellas que logró llegar hasta él y -además de besarlo- hizo que le autografiara su pantalón en el área de “las pompis”.
La tambora y los timbales resonaban en todo el sitio; ya fuera “de brinquito” o “pasito duranguense”, las sexies vaqueritas y los “sombrerudos” bailaron Mi Amante, La Banda Borracha, Camarón Pelao, El Pávido Návido, La Más Deseada y El Venadito.
“A ver, ¿cuál quieren? ¿La Papa? Pues La Papa...”. Lo que para entonces era ya un total festín, vino a desatarse más con esa canción. Sombreros, cintos, botas, zapatos y hasta un sostén color blanco volaron desde las alturas para que el intérprete se los firmara. Él jamás se negó, al grado de que juntó un “montón” entre los instrumentos.
Entre el licor y los alegres sonidos de la música de banda sinaloense, el tiempo se fue sin sentir. En un abrir y cerrar de ojos el reloj marcó las 2:45 de la madrugada. Nadie quería irse, pero era el momento de que “el gallo” más querido por los laguneros volviera a su lugar. No era una jaula, sino el camerino donde pudo disfrutar su triunfo, el triunfo de un auténtico “Gallo de Oro”.
FIESTA AL ESTILO SINALOENSE
Pese a que en anteriores presentaciones Valentín Elizalde ha logrado llenar los sitios en donde actúa en la Comarca, el sábado únicamente convocó a dos mil 807 personas, según datos del empresario Felipe Radrigán.
-Inicio: 00:39 horas.
-Fin: 2:45 horas.
-Tema más coreado: Mi Amante y La Más Deseada.
-La esperada: Vete Ya.
-La más pedida: La Papa.
-Lo bueno: La entrega y sencillez de Valentín Elizalde.
-Lo malo: Los pleitos que hubo.
-El detalle: Como se ha hecho costumbre en las presentaciones que el “Gallo de Oro” tiene en La Laguna, el niño torreonense Oziel Hernández estuvo con él durante el espectáculo. Pequeñito y artista cantaron y bailaron juntos, incluso Valentín le cedió el micrófono para que entonara solo el tema Volveré a Amar.
-Para reconocer: La sencillez del artista, ya que permite que sus fans se le acerquen además de que les firma autógrafos durante todo el show.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón