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México, DF.- El Arzobispo Primado de México, Norberto Rivera Carrera, presidirá hoy la misa en honor de santo Tomás Moro, declarado patrono de la función pública por el Papa Juan Pablo II en el año 2000.
La Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis Primada de México señaló en un comunicado que la cita será con políticos católicos del país sin distinción de partido, para asistir en calidad de “personas”, y no de “funcionarios públicos” a la parroquia de santo Tomás Moro, en Vito Alessio Robles 206, colonia Florida, a las 19:00 horas. Precisó que ante la celebración la Iglesia siente gran estima por la misión confiada a los políticos y a los gobernantes; por eso, recuerda la dimensión fundamental del servicio, que debe distinguir la actividad de los representantes del pueblo y de toda autoridad pública.
“Un llamado a la santidad” es el tema para esta ocasión, pues el servicio político pasa a través de un diligente y cotidiano compromiso, que exige gran competencia en el desarrollo del propio deber y una moralidad a toda prueba en la gestión desinteresada y transparente del poder.
Como cada año, a partir del Jubileo del año 2000, el Sumo Pontífice erigió a santo Tomás Moro como el santo patrono de los políticos y gobernantes, pues en santo Tomás Moro no hubo señal alguna de esa fractura entre fe y cultura, entre principios y vida cotidiana.
Fueron muchas las razones a favor de la proclamación de santo Tomás Moro como patrono de los gobernantes y de los políticos, entre éstas la necesidad que siente el mundo político y administrativo de modelos creíbles, que muestren el camino de la verdad en un momento histórico en el que se multiplican arduos desafíos y graves responsabilidades, apuntó el documento.
Así, fenómenos económicos muy innovadores modifican las estructuras sociales, en el que se pierde de vista la protección de la persona y el bien común, lamentó la arquidiócesis.
Por eso la Iglesia venera entre sus Santos a numerosos hombres y mujeres que han servido a Dios a través de su generoso compromiso en las actividades políticas y de gobierno, explica el texto.
Entre ellos, Santo Tomás Moro, quien supo testimoniar hasta el martirio la “inalienable dignidad de la conciencia”.
Aunque fue sometido a diversas formas de presión psicológica, rechazó toda componenda, y sin abandonar “la constante fidelidad a la autoridad y a las instituciones” que lo distinguía.