Nacional Claudia Sheinbaum Seguridad Narcotráfico Generación Z Pensión Bienestar

Ven amargo futuro fábricas de dulces

En México, siete de cada diez metros lineales de producto en venta son de origen extranjero, advierten.

NOTIMEX

México, DF.- La pujante industria nacional del dulce está en alerta roja. El cierre de la planta en Guadalajara, Jalisco, de la compañía La Corona es, para los empresarios del ramo, un foco prendido que no debe ignorarse.

Frente a una ofensiva de prácticas depredatorias, barreras no arancelarias y competencia desleal del extranjero que amenazan con transnacionalizar el mercado interno, desacreditar las exportaciones mexicanas y acabar con cientos de pequeñas fábricas de esta pujante rama productiva, veteranos empresarios dulceros no ven luz en el túnel y afrontan divididos la problemática.

Agrupados en la Asociación Nacional de Fabricantes de Dulces y Chocolates (ANFDCH), dirigida por Noel Lecuona, por cierto director de La Corona y quien se negó a ser entrevistado, no perciben representatividad de su gremio ante el Gobierno Federal y hablan con recelo de su situación.

Jorge Bueno y Jorge Coronado, directores generales de La Suiza y del Grupo Lorena, respectivamente, observan impotentes cómo siete de cada diez metros lineales de productos en los grandes centros comerciales son de importación.

Además, los dulces extranjeros gozan de ventajas de privilegio desde su fabricación hasta su venta al distribuidor, mientras que a los nacionales les toman su mercancía a consignación.

Dijo que algunas de las “grandes cadenas de autoservicio, como Wal Mart, Price Clubo o Sams Club, no tienen raíces nacionales. Sus propios compradores van a las ferias internacionales a comprar confitería, no siempre de mejor calidad que la mexicana, pero les sale más barato allá por el alto costo de la materia prima para nosotros”, puntualizó Bueno.

Reveló que los contenedores repletos de confitería extranjera regresan vacíos a países socios como Chile, cuyos exportadores tendrán que pagar una cuota más alta a las compañías navieras por ese motivo.

Aunque es uno de los segmentos productivos más resistentes a las crisis, la falta de incentivos que hoy enfrenta es tan grave que ha desaparecido de los estándares como industria de capital nacional.

Bueno observó un desplazamiento paulatino de empresas mexicanas como La Azteca, La Corona de México y muchas plantas pequeñas que están a punto de la quiebra, mientras que en otros casos “estamos desesperados”.

Explicó que por la globalización los precios internacionales de la azúcar, el cacao, la leche en polvo y todo tipo de insumos “nos llevan a una invasión” de productos de Europa, Sudamérica y los Estados Unidos.

Incluso hay fabricantes mexicanos que, por tales circunstancias de producción, maquilan en el extranjero. Es el caso de la compañía Nestlé que el año pasado, por estrategia, tuvo que fabricar el chocolate “Carlos V” en Venezuela.

“Cualquiera puede observar que lo importado nos está desplazando. Si queremos vender a tiendas de autoservicio, tiene que ser a consignación. La Ley Federal de Competencia no sirve para nada.

La Comisión en la materia no actúa frente esas prácticas depredatorias tan sigilosas”.

Los grandes centros comerciales pagan antes de importar los productos y al final absorben el costo con el remate de los dulces al final de la temporada, pero a los mexicanos se los devuelven.

La transnacionalización de la industria chocolatera es tan evidente que si antes la gente tomaba las marcas hachas en el país, hoy las compañías extranjeras ofrecen una formulación sui géneris de productos instantáneos, en tanto que algunas nacionales, para competir, comercializan sucedáneos de grasa vegetal, no de chocolate.

“Estamos muy tristes porque no vemos viabilidad de negocios y sí un futuro muy incierto”, externó Bueno.

Para Coronado, del Grupo Lorena, en México no hay barreras para detener la invasión de mercancías del extranjero. Citó el caso del “Ulkerín”, un chocolate turco que no tiene problemas de calidad, pero es más barato que el mexicano y significa una competencia desleal.

Lamentó que mientras en otras naciones como Brasil hay restricciones arancelarias y proteccionistas para defender a su industria, en México, a pesar de la ANFDCH, no les hacen caso. “Buscan destruirnos desde fuera y no hay respuesta oficial”, se quejaron los empresarios y llamaron a la unidad de los industriales para enfrentar la acometida del extranjero.

ORDENAR EL MERCADO AZUCARERO

El presidente de la sección 22 de la Canacintra, Alfonso Vega Hernández, informó que del ramo dependen 27 mil empleos

*19 mil pertenecen a obreros del caramelo y ocho mil más a trabajadores del chocolate.

*Todos ellos conforman las 900 empresas ubicadas en Jalisco (65 por ciento), Distrito Federal y Área Metropolitana (25 por ciento), Nuevo León y Puebla (diez por ciento).

*La problemática de la elevación en el precio del azúcar y por consiguiente, las situaciones generadas en diversos sectores industriales como consecuencia, es ya motivo de atención prioritaria entre legisladores mexicanos, como medida de apoyo a este sector productivo.

*El 29 de abril el Senado de la República aprobó el Dictamen a la Iniciativa de Adiciones a la Ley de Desarrollo Rural Sustentable.

*El documento contiene el proyecto de decreto que adiciona tres artículos transitorios a ese ordenamiento, publicado en el Diario Oficial de la Federación el siete de diciembre de 2001, que enuncian la elaboración y publicación del Programa Especial Azucarero.

*Turnada para su aprobación a la Cámara de Diputados, la iniciativa, que los senadores esperan entre en vigor en enero de 2005, tiene entre sus propósitos centrales propiciar el ordenamiento, fortalecimiento y transparencia del mercado interno del azúcar.

FUENTE: Notimex

Preocupa el contrabando

Fabricantes de dulces, chicles y chocolates concentrados en la sección 22 de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) reportaron que las importaciones de confites al país son de 22 millones de dólares, aunque es un hecho que avanzan a paso firme.

La introducción de dulces de Argentina, Brasil y Centroamérica, así como de chocolates de Bélgica y Suiza no han afectado en forma directa al mercado en México, pero sí el creciente contrabando de miles de toneladas de bombón, chocolate y mazapán que incluso legisladores ya ven con preocupación.

Las importaciones constituyen 25 por ciento del producto vendido en territorio nacional, por lo que la oportunidad de los empresarios locales se mantiene estable mientras las mercancías del exterior no sigan ganando terreno.

Con ingresos de mil 200 millones de pesos al año, la industria mexicana del dulce y el chocolate conserva sus elevados estándares de calidad, pese a que enfrenta dificultades como el precio del azúcar.

El costo por kilogramo de azúcar es, a nivel nacional, tres veces mayor que en países como Guatemala, donde asciende a 2.80 pesos, mientras que a nivel local es de siete pesos.

La campaña de difusión negativa que industriales de Estados Unidos han emprendido contra dulces mexicanos, dirigida en específico a aquellos elaborados con picante, no ha logrado robar posicionamiento a dichos productos ni desplazar a las empresas mexicanas que penetran con éxito en aquel mercado, pero la amenaza proteccionista está latente Preparados para “una guerra declarada y que va en serio”, los empresarios mexicanos mantienen firmes principios como el de no fusionar sus empresas, seguir maquilando en territorio nacional para evitar el cese de empleos y, con el mismo fin, reducir costos y utilidades.

El presidente de la sección 22 de la Canacintra, Alfonso Vega Hernández, informó también que del ramo dependen 27 mil empleos, de los cuales, 19 mil pertenecen a obreros del caramelo y ocho mil más a trabajadores del chocolate.

Todos ellos conforman las 900 empresas ubicadas en Jalisco (65 por ciento), Distrito Federal y Area Metropolitana (25 por ciento), Nuevo León y Puebla (diez por ciento). La problemática de la elevación en el precio del azúcar y, por consiguiente, las situaciones generadas en diversos sectores industriales como consecuencia, es ya motivo de atención prioritaria entre legisladores mexicanos, como medida de apoyo a este sector productivo.

Un paso definitivo se dio el pasado 29 de abril del año en curso, fecha en que el Senado de la República aprobó el Dictamen a la Iniciativa de Adiciones a la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, promovido por las Comisiones Unidas se Agricultura y Ganadería; de Desarrollo Rural, y de Estudios legislativos.

El documento contiene el proyecto de decreto que adiciona tres artículos transitorios a ese ordenamiento, publicado en el Diario Oficial de la Federación el siete de diciembre de 2001, que enuncian la elaboración y publicación del Programa Especial Azucarero.

Turnada para su aprobación a la Cámara de Diputados, la iniciativa, que los senadores esperan entre en vigor en enero de 2005, tiene entre sus propósitos centrales propiciar el ordenamiento, fortalecimiento y transparencia del mercado interno del azúcar.

Asimismo, busca impulsar la mecanización del campo cañero y el desarrollo tecnológico, además de la modernización y optimización de la capacidad instalada en los ingenios azucareros, y de vigilar el estricto cumplimiento de los acuerdos internacionales en la materia signados por México.

El ex presidente de la de la Comisión de Agricultura y Ganadería del Senado de la República, Germán Sierra Sánchez, quien se separó del cargo luego de dicha aprobación, indicó que la industria azucarera tiene, en México, un carácter social.

La afirmación, dijo, se desprende de las cifras que contemplan a los trabajadores del rubro en general, como cortadores de caña y transportistas, sumando un total de dos y medio millones de personas que dependen de esta industria y de los 60 ingenios que hay en el país.

En consecuencia, sostuvo que es de vital importancia que el Ejecutivo Federal “voltee los ojos” hacia ese sub sector agrícola para apuntalarlo de manera prioritaria y sostenida.

Esto implica, dijo, tener un plan azucarero anual, de acuerdo con los movimientos del mercado, para saber cuánta caña de azúcar sembrar y, en consecuencia, no tener problemas de comercialización.

Lo anterior deriva de que, explicó, en el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), Estados Unidos se ha acogido a las llamadas cartas paralelas y no al texto formal del documento, llevando el asunto a los órganos e instrumentos para dirimir controversias.

“Si Estados Unidos estuviera comprando las 500 mil toneladas que le sobran al comercio interno de azúcar, no habría problema; por eso fue también que se puso el impuesto especial de producción y servicio a los refrescos y bebidas que se endulzan con alta fructuosa, y de cero por ciento para quienes utilicen azúcar mexicana”, añadió.

Estas medidas llevaron a la estabilización del mercado azucarero en México; el año pasado, en la Ley de Ingresos el gravámen se disminuyó del 100 al 70 por ciento, para ayudar a algunas ramas de la industria, todas altamente generadoras de empleo, y que se vieron afectadas con el incremento en el precio del producto.

“La confitería o industria de los dulces es la más afectada en este sentido; por ello, lo que necesitamos es que, con ese plan azucarero anual, se tenga muy claramente establecida la superficie conforme a los rendimientos por hectárea de caña de azúcar y de sacarosa por tonelada”, continuó.

Sierra advirtió que, de esta manera, no se sobresaturará el mercado para evitar una baja en el precio del azúcar ni tampoco caer en una escasez del producto que implique importarlo o que la elevación desmedida de su precio.

De ahí que el Programa Especial Azucarero esté pensado para equilibrar el mercado y disminuir el precio del endulzante; tenerlo en un nivel “que sea justo para los productores de caña de azúcar y para quienes la utilizan como ingrediente de su producto”.

Aseguró que los industriales del dulce y chocolate han sido escuchados y apoyados, por lo que sigue en pie la lucha por estabilizar el mercado, lo que incluye cabildeos en Estados Unidos, para efecto de que sus homólogos en ese país se acojan al TLCAN.

Sierra afirmó que los industriales mexicanos del dulce “están posicionados” y que, de hecho, el año pasado se importaron cerca de 300 mil toneladas de azúcar, lo cual también implica altos costos.

Dicha importación estuvo a cargo de empresas dulceras transnacionales y algunas mexicanas, debido a que la industria refresquera absorbió gran parte del azúcar que se tenía.

“Esto demuestra que hay contradicciones que se deben a la carencia de una estrategia, porque no tenemos un plan como país, como nación, como Estado mexicano, en donde tienen que participar las industrias azucarera, refresquera, confitera y todas las que tengan que ver con el sector”, remarcó.

Coincidió con empresarios en la previsión sobre la pérdida de 20 por ciento de los empleos en esta rama fabril durante el año en curso, ocurrirá, principalmente entre aquellos trabajadores identificados como eventuales.

El presidente de las Comisiones de la Industria Azucarera y de Estudios Legislativos del Senado de la República, Fidel Herrera Beltrán, consideró que la falta de una política integral industrial en el Gobierno Federal es una de las causas que “ponen a esa industria en condiciones francamente de emergencia”.

Otros motivos, agregó, son “el planteamiento en defensa de la industria azucarera que ha posicionado muy bien en el mercado nacional el precio del dulce; el costo de la fructuosa, la no utilización de vastas cantidades de piloncillo y la importación de dulce de otros países”.

“Hace falta una resolución del Gobierno Federal para defender a la industria dulcera mexicana, relanzarla y abrirle las posibilidades de exportación al mercado norteamericano”, subrayó.

“Esta es una más de las sinrazones a falta de política industrial del gobierno: tratar de enfrentar a unos industriales con otros, cuando lo que debería plantearse es un esquema conforme al cual los programas de equilibrio fueran subsidiados por el gobierno”, precisó.

Con la iniciativa aprobada, “lo que queremos saber es dónde están los registros de los planes de importación temporal de azúcar barata o a precio más reducido”, anotó.

Herrera mencionó que no se trata simplemente de luchar contra otra industria, sino que hace falta una política industrial que garantice apoyo a todas las ramas fabriles por igual.

Es necesario, siguió, permitir que la industria dulcera adquiera ingenios “que ya deben ser vendidos” y, entonces, que los industriales del ramo logren una integración como la de los refresqueros y otros sectores que utilizan como materia prima el endulzante.

Recordó Herrera que en el 2008 será común el mercado de endulzantes de México, Estados Unidos y Canadá, con un universo de casi 300 millones de consumidores.

Acerca de la problemática del contrabando, los legisladores coincidieron en que éste no se limita a la introducción ilegal de azúcar, sino también abarca miles de toneladas de bombón, chocolate, mazapán, provenientes de todas partes del mundo.

Responsabilizaron a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y a la Administración General de Aduanas de no poner freno inmediato al problema.

No sólo debe atacarse al contrabando “hormiga”, en cajuelas de coches, sino el masivo que entra en contenedores que llenan bodegas completas sin ninguna restricción, concluyó.

Leer más de Nacional

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nacional

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 87647

elsiglo.mx