El antiguo dogma oriental del karma indica que toda acción que realice una persona, genera para su autor consecuencias que tendrá que enfrentar más tarde. La Biblia también lo dice: ?de lo que sembrareis, recogeréis?. La doctrina de la responsabilidad individual es una versión occidental del dogma oriental mencionado, es una filosofía ética que eleva al individuo al nivel global y que pone énfasis en la efectividad para relacionarse con los demás, principalmente en el trabajo. Cuando se logran buenas relaciones con los demás, la sociedad sale ganando pues el resultado de esa acción es la armonía.
La programación neurolinguística (PNL) es la base para lograr excelentes relaciones con nuestros semejantes. La PNL se originó cuando un grupo de científicos se interesó por saber como le hacían los grandes sicoterapeutas para conseguir los fantásticos resultados que obtenían con sus pacientes y que habilidades especiales poseían para influir dramáticamente en las decisiones que dichos pacientes tomaban. La conclusión fue que la clave estriba en la capacidad del terapeuta para comunicar sus ideas, consejos y recomendaciones en un estilo que armoniza o es acorde con el mapa mental preferido del paciente. Se descubrió que si armonizamos nuestro estilo comunicativo, nuestras palabras, gestos y lenguaje corporal con el estilo y mapa mental preferido de nuestro interlocutor, logramos una mejor recepción y aceptación de nuestras ideas mejorando así nuestras relaciones interpersonales.
De acuerdo con la PNL, existen tres modalidades o mapas mentales a través de los cuales las personas perciben o interpretan el mundo que los rodea, estas tres modalidades son: el mapa visual, el mapa auditivo y el mapa cinestésico. Las personas visuales ven el mundo, las auditivas lo oyen y las cinestésicas lo sienten. Algunos autores le otorgan a la PNL toda clase de poderes sobrenaturales, lo cierto es que el mismo nombre separa el mito de la realidad. La palabra ?programación?, tomada del campo de la informática, indica que nuestros pensamientos, hábitos y emociones, son el software mental que programa el disco duro de nuestra mente subconsciente. El prefijo ?neuro?, se refiere al mecanismo a través del cual ocurre dicha programación: nuestro sistema nervioso y sus circuitos mentales, nuestra mente consciente y subconsciente, así como también nuestros cinco sentidos. Finalmente el termino ?lingüística? que se refiere a nuestra habilidad para utilizar el lenguaje, las palabras y nuestro diálogo interno para programar y reprogramar nuestra mente.
Todos utilizamos los tres tipos de mapas mentales descritos por la PNL para interpretar los estímulos que recibimos del mundo exterior, pero siempre favorecemos uno de ellos sobre los otros dos. La persona visual, por ejemplo, prefiere ver las cosas. Cuando se le describe algo, trata de visualizarlo. Si sabemos cual de los tres mapas mentales es el que prefiere utilizar determinada persona para interpretar el mundo exterior, tendremos una herramienta muy útil para saber cual es la mejor manera de comunicarnos con ella, pudiendo ser de esta manera, más persuasivos y efectivos en nuestras relaciones personales. Debemos de recordar que uno de los factores que más contribuirán a nuestro éxito personal es nuestra habilidad para desarrollar mejores relaciones con las demás personas.
Richard Bandler, pionero en PNL, indica que aproximadamente 35 por ciento de las personas utilizan el mapa visual, estas personas comprenden mucho mejor algo si pueden verlo. Si a este tipo de personas les presentamos una idea en términos visuales, con palabras pintorescas y descriptivas, seguramente sonreirán, les brillarán los ojos como muestra de que están comprendiendo y captando perfectamente todo lo que les decimos. De hecho, las personas visuales utilizan frases que nos pueden indicar la clave para reconocerlas. Utilizan expresiones como ?muéstreme el producto?, ?tengo una idea clara de lo que me quieres decir? o ?lo puedo visualizar perfectamente?. Las frases anteriores hacen referencia al sentido de la vista que es el que este tipo de personas favorece. Cuando utilizamos palabras o expresiones visuales, este tipo de personas nos comprenderán más rápidamente y podemos crear de esta forma una atmósfera más favorable para la comunicación. Adicionalmente, debemos utilizar gráficas, imágenes y ademanes.
Por otra parte, las personas que prefieren el mapa auditivo, escuchan todo lo que sucede a su alrededor y mandan sus respuestas basándose en aquello que escuchan, más que en lo que ven. Este tipo de personas constituyen aproximadamente el 25 por ciento de la población, ellos prestan mucha atención a la forma como las demás personas dicen las cosas, utilizan frases como: ?no me hable en ese tono por favor?, ?todo lo que me has dicho es puro rollo?, ?eso me suena bastante bien?, ?dame más detalles?, ?me gustaría escuchar otras opiniones?. Todas estas expresiones están asociadas con el sentido del oído. Por ejemplo, una persona auditiva que esté comprando un automóvil, puede tomar la decisión de hacerlo basado en la calidad del equipo de sonido del radio o en lo silencioso que es el motor más que en el color, el precio o la marca del auto. A los auditivos les gusta mucho hablar por teléfono y prefieren hacer negocios a través de él que en persona, piensan en voz alta, les gusta hablar consigo mismos, prestan atención al volumen y tono de su voz y se toman su tiempo para decir las cosas.
El tercer grupo de personas son las cinestésicas, constituyen el 40 por ciento de la población y por lo general, basan sus decisiones en sus instintos e intuiciones, actúan dejándose llevar por lo que sienten y por las sensaciones que experimentan; hacen juicios rápidos acerca de si alguien les gusta o les disgusta. Todas las expresiones de los cinestésicos denotan el gran efecto que las emociones y el tacto juegan en sus decisiones, ?necesitamos poner los pies sobre la tierra?, ?hay que ser realistas?, ?¿Cómo nos afecta está decisión??, ?mi impresión al respecto es la siguiente?.?
Si deseamos comunicarnos de manera efectiva con una persona cinestésica, debemos apelar a sus sentimientos, preguntarle como se siente con lo que le hemos dicho o cuales son sus impresiones.
El éxito que podamos lograr en nuestras relaciones interpersonales dependerá en gran parte de nuestra efectividad para comunicar nuestras ideas utilizando un estilo comunicativo que le permita a nuestro interlocutor procesar mejor la información.
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