Peligrosos “cuellos de botella” se forman diariamente en el bulevar Constitución a la altura de la calzada Abastos debido a las obras de ampliación del camellón central que ya ha sido “construido” en dos ocasiones, esto por instrucciones del titular de Desarrollo Urbano, Eduardo Jiménez Saracho, quien según los trabajadores del lugar “no le ha gustado cómo lo dejan”. Uno de nuestros subagentes reporta que ciudadanos se quejan de la falta de señalización en toda esa área, donde además el Simas realiza la interconexión de un colector, de bulevar a bulevar, precisamente a la altura de la calle Caracas. Consideran que los trabajos son lentos y engorrosos y que en el día y más por la noche, hace falta mayor protección para automovilistas y peatones. Curiosamente donde aparece Eduardo Jiménez Saracho hay problemas y al parecer “no da una”. Vale la pena recordar el caso del cambio de vialidades al norte de la ciudad, en la González Calderón y Cobián, cuando se “agarró” con los vecinos de las colonias aledañas en defensa de un proyecto que finalmente no fructificó; otro caso es cuando clandestinamente se puso a maquilarle estructuras de acero a Jorge Viesca Martínez para ayudarlo con el DVR y que luego se conoció públicamente que Obras Públicas del estado era el nuevo cliente de su empresa JIMSA y otro asunto ventilado el año pasado cuando se descubrió también públicamente que su empresa le realizaba trabajos de reparación de colectores al Simas, aprovechando que el gerente Fernando Alatorre es su pariente político y desde luego, de su puesto al frente de Desarrollo Urbano.
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La confianza del gobernador Enrique Martínez en el equipo Santos Laguna, no fue de la gracia de muchos. El Mandatario tuvo la ocurrencia de apostarle a su homólogo de Sinaloa con motivo del juego de los Guerreros contra los Dorados de Culiacán, el equipamiento computacional de una aula de educación básica. El problema es que el buen gober no aclaró que si en caso de perder la apuesta la pagaría con dinero de su bolsa o del erario público. Por este motivo la presidenta del Comité Directivo Estatal de Acción Nacional, Esther Quintana, calificó el acto de irresponsable y lo exhortó a resolver los verdaderos problemas de educación que existen en la entidad. A este exabrupto deportivo hay que agregarle los anuncios de don Enrique en las contraportadas de revistas de circulación nacional, así como el spot de reciente aparición en la televisora del Ajusco. Todo sea por la Presidencia de la República.
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Los destapes para la alcaldía de Torreón comienzan a ser ya comidilla en los cafés de la localidad, donde podría darse una competencia entre mujeres. Laura Reyes Retana ya coquetea con una posible postulación del tricolor, aunque ella se hace del rogar. Y en el PAN el nombre de Margarita Lascuráin comienza a tomar fuerza e incluso el chisme ya llegó a Saltillo donde la idea no desagrada del todo al comité estatal.
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El director de Fomento Agropecuario en el municipio de San Pedro, Héctor Fernández Trujillo no pudo evitar la molestia que siente al ver que los productores de melón que estaban dentro de un proyecto que él organiza, se salieran a buscar con otras personas mejores opciones de comercialización. Tal parece que entre él y algunos meloneros no existe simpatía, ya que dice que se buscarán a las personas que realmente tengan la vocación necesaria para llamarse productores. Son ciertas también sus aseveraciones de que a falta de organización de los meloneros éstos sean víctimas del coyotaje, pero habría que analizar allí qué razones tuvieron los productores para salirse de un proyecto que parece viable para todos ellos y que sobre todo en un futuro garantizará el precio del melón. El problema parece ser más que una simple diferencia, más bien por las declaraciones de Fernández Trujillo la cosa va más hacia lo político, ya que llamó a uno que otro productor como “grillero” y que hay otros con mucha más vocación.
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Nuestros subagentes de Francisco I. Madero nos informan que el Patronato de Bomberos, que dirige Héctor Güereca Robles, dejó de llamarse como tal y ahora lo conocen como “Cuatronato de Bomberos”, pues los regidores aseguran que se ha pasado lo que lleva de su gestión poniéndole “cuatros” al comandante Gilberto Lozoya Guerrero, a quien después de tres intentos fallidos, finalmente lograron destituir. Los ediles han manifestado su desaprobación, pues cuando se dio de baja al anterior director de Seguridad Pública, Andrés Izaguirre Castro, se realizó una ceremonia con todos los honores, mientras que para retirar a Lozoya Guerrero, quien también es director de Protección Civil y precisamente acababa de recibir una presea como ciudadano distinguido por esta causa, únicamente se le envió un oficio donde se le avisó que ya no era comandante por acuerdo de Cabildo, aun cuando en la sesión se convino en llamarlo a comparecer, mas no en quitarlo. Por cierto que las sospechas sobre la compra de los regidores de Francisco I. Madero para la aprobación de la cuenta pública se escuchan con más fuerza en los pasillos de la Presidencia. Resulta que había un tope de 300 mil pesos en la Tesorería para préstamos a los empleados, pero cuando los trabajadores afiliados al Partido de la Revolución Democrática lo solicitaron con el alcalde, José Luis Marrufo Álvarez, les dijo que ya habían agotado la cantidad con los regidores, porque a varios se les prestaron 40 mil pesos. Los perredistas se mostraron molestos porque dicen que los regidores son precisamente los que tienen mayor solvencia económica, además que en sesión de Cabildo se acordó que se prestarían hasta dos quincenas de sueldo, pero a ciertos ediles se les otorgaron hasta seis.
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Al parecer será en el transcurso de esta semana cuando los regidores de Gómez Palacio reciban el botín, perdón, la compensación de 100 mil pesos que se ha dado por llamarle “bono de marcha”. Los ediles no quieren dejar nada antes de abandonar el “hueso” y ya son varios los problemas o discusiones que se han presentado desde que aprobaron este bono, primero los presidentes de los partidos cayeron como “buitres” para cobrarles el diez por ciento y las cuotas que tenían rezagadas y como es lógico a los regidores les duele el codo soltar la lana. Otra controversia que se ha suscitado por este dinero es entre los regidores que abandonaron el cabildo para contender una diputación, el panista Gerardo Nolazco perdió la elección y regresó a calentar la silla, ahora su suplente Teresa Zúñiga (quien se hace llamar la dieciseisava regidora) quiere una parte de este bono y Nolazco no quiere darle ni un peso, además este edil anda esquivando a los cobradores de su partido que también se lo quieren ajusticiar. La otra diferencia surgió en el bando priista, resulta que Rigoberto Flores también pidió licencia en el mes de marzo, él ganó la elección y será diputado en el Congreso Estatal, sin embargo es mucha su avaricia y quiere que su suplente Hipólito Pasillas le comparta del pastel y luego de estas escenitas los políticos aseguran que ellos andan en la polaka para servir al pueblo, será más bien para servirse del pueblo.