Visiblemente molesto, el secretario de Gobierno y aspirino a ocupar la silla grande del Palacio Rosa, Raúl Sifuentes, se presentó de improviso en un programa de noticias que transmite un canal de televisión allá en la capital peronera de Coahuila.— Don Raúl estaba “como agua para chocolate” por una serie de comentarios y críticas que el conductor del programa le dedicaba con todo cariño cotidianamente.— Desde luego don Raúl está en todo su derecho de replicar a las críticas y más si éstas favorecen casualmente a su archienemigo polaco el alcalde Humberto Moreira, quien también quiere jugar a sustituir a don Quique cuando dentro de poco tiempo obligadamente haga las maletas.— Pero lo malo del caso fue que don Raúl, durante su intervención ante las cámaras, se mostró intolerante y hasta agresivo, dando la imagen de un hombre bronco y de piel muy sensible, lo que dio lugar a que los grillos profesionales, que ahora están en funciones veinticuatro horas al día, comentaran que la actitud del secretario deja entrever cómo sería su forma de gobernar si se le hace el milagrito, lo que no va con los tiempos modernos. Además, las gentes que lo rodean asumen también actitudes semejantes; dicen son muy dados al golpeteo político, las amenazas, el revanchismo, la intolerancia y la cerrazón, lo que nada ayuda a la imagen de su “suspirante gallo”; hay veces que son más papistas que el Papa y ya se sienten despachando como jefes en el Palacio Rosa, olvidándose que en política las cosas cambian radicalmente de un día para otro.
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Y ya que andamos por aquellas tierras saltillenses, nuestros subagentes nos comentan que el alcalde Humberto Moreira desperdició una oportunidad de oro para demostrar que tiene los arrestos para ser gobernador. Resulta que un grupo de “estudiantes” de la Universidad Antonio Narro hicieron en días pasados de las suyas, causaron daños en propiedad ajena, secuestraron a un policía para canjearlo por “estudiantes” a los que se detuvo en flagrante delito y todavía exigieron el pago de los gastos originados con motivo de la atención médica que hubo necesidad de brindarles a los “angelitos” que participaron en la trifulca con los policías. El municipio, al través del director de Seguridad Pública, Segismundo Doguín, suscribió un convenio para tal efecto, supuestamente con la autorización de Moreira, aunque luego éste lo negó. La ciudadanía y los organismos sociales le reclamaron al alcalde su actitud complaciente y con sobrada razón, pues si ésa va a ser la forma en que gobierne el municipio y su carta de presentación para la gubernatura, ya estuvo que la aplicación de la Ley, el principio de autoridad y el orden van a quedar supeditados a los intereses de los grupos de poder que, como los “estudiantes” de la Antonio Narro, están acostumbrados a salirse siempre con la suya pisoteando los derechos de los particulares.
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La polémica entre diversos sectores de la comunidad lagunera en torno a la construcción de las presas continúa, lo que evidencia que no hay confianza en las autoridades y persisten las dudas sobre los beneficios y perjuicios que esas presas pudieran ocasionar. Incluso hay quienes creen que la presa “Cañón de la Cabeza” no sólo será reguladora, sino también almacenadora para garantizar riegos, no obstante que el gerente regional de la Comisión Nacional del Agua, Miguel Ángel Jurado, haciendo honor a su apellido, haya (jurado y perjurado) en los diferentes foros donde se presentó para hablar del proyecto, que no almacenará ni un litro. Lo que pasa es que el que se quema con leche, hasta al jocoque le sopla.
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La población de Francisco I. Madero está inquieta porque los bomberos, que nunca antes habían fallado en su labor, no pudieron apagar una palma culpando de ello al cambio de comandante, que de ser un jefe operativo, pasó a ser de escritorio, que ni siquiera se presentó en el incendio. Resulta que la noche en que se festejó “El Grito”, uno de los cohetes prendió fuego a una palma ubicada en la parte posterior del Seguro Social. Los bomberos arribaron, pero tuvieron problemas técnicos con la presión del agua y faltaba además coordinación. Tuvo que ser uno de los ex bomberos de nombre José Trinidad, a quien destituyeron hace unas semanas y que se encontraba en el lugar participando de la ceremonia como cualquier civil, el que ayudara al acoplamiento de los otros. Los maderenses se han manifestado molestos y asustados, pues si no se pudo apagar una palma ubicada a una cuadra de la central de bomberos, ¿qué pasará con una vivienda en alguno de los ejidos?
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Al que se le ve muy seguido en conocido restaurante en horas de trabajo y tal vez atendiendo asuntos del PAN, (dime con quién andas) es al secretario del Ayuntamiento, Alfonso Tafoya, quien sesiona en ese lugar con Jesús de León Tello y la reivindicada secretaria general del PAN en Torreón, María del Carmen Fernández Ugarte. Los grillos profesionales se preguntan: ¿qué tramarán ahora luego de que sobrevivieron al “Garciavillazo”.
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Nuestros subagentes radicados en el municipio de Cuencamé nos reportan que los abogados acusados de inventar denuncias-fraude para extorsionar a comerciantes de diferentes estados de la República son de armas tomar. El pasado miércoles 15 de septiembre algunos medios de comunicación estuvieron presentes en aquel municipio para tomar nota de esta denuncia pública. Varias personas manifestaron su temor porque los “abogados”: Rafael Martín Domínguez Puentes, Fernando Soria Rentería y sus guaruras estaban rondando los alrededores del Juzgado Mixto de Primera Instancia a bordo de una camioneta Ford “Lobo” blanca de reciente modelo. Los policías preventivos montaron un operativo para ubicar a estas personas y casi sucede una tragedia. Extraoficialmente se dio a conocer que los policías preventivos detuvieron a los cinco sujetos a bordo de la camioneta; los abogados y sus guaruras no permitieron que se les practicara una revisión de rutina y estuvieron a punto de enfrentarse a balazos con los agentes municipales. Los policías prefirieron retirarse porque vieron muy decididos a los abogados y tal vez recordaron aquello de “Más vale decir: Aquí corrió que aquí murió”. Posteriormente Domínguez Puentes y Soria Rentería se trasladaron a Seguridad Pública y amenazaron a todo el personal y al propio director. ¡Vaya que estos sujetos son de armas tomar! Lo que causa sorpresa es que a pesar de la denuncia pública las autoridades no han actuado para aclarar este problema. ¿Será que algunos peces gordos “van en la polla” en este asunto que al parecer resultaba muy productivo para los litigantes?
