En los corrillos políticos se comenta con insistencia la forma en que el gobe Enrique Martínez le ha dado mayor jugada al secre de Finanzas y aspirino a calentar la silla grande del Palacio Rosa, Javier Guerrero, pues además de ser el principal vocero de Coahuila ante la ?Conago?, lo trajo paseando de plaza en plaza durante los Informes Regionales. Lo anterior, aunado al hecho de que según afirman los que dicen que de él lo escucharon, el propio Guerrero sostiene que comenzó ya un plan de posicionamiento, pues hasta hace poco se le veía agazapado y manteniendo un bajo perfil en comparación a otros calefactos. Lo cierto es que a Guerrero no lo ven con malos ojos un buen número de sectores sociales, porque mantiene relaciones cordiales con los hombres de empresa y los del comercio, así como con los grupos populares, en razón de que don Javier es de origen campesino y siempre ha mantenido la vinculación con esos grupos y los de las colonias periféricas. Sin embargo, se ha mantenido alejado del proselitismo político y si en verdad quiere jugarla para la silla que ocupa don Quique, tiene que darse prisa para recuperar el tiempo perdido, pues sus adversarios no sólo van ya encarrilados, sino que algunos hasta andan desbocados.
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Esta semana dieron inicio las comparecencias de los secretarios del Ejecutivo estatal ante el Congreso de Coahuila. Entre lunes y martes hicieron acto de presencia ante las comisiones del Congreso, los secretarios de: Seguridad Pública, Salud, Bertha Castellanos y de Desarrollo Social, Horacio del Bosque. De ellos, al que le fue como en feria es a Antonio Garza García, de Seguridad Pública, porque los diputados de oposición lo cuestionaron severamente y él puso su parte para que las cosas salieran mal al afirmar categórico que no obstante que la Procuraduría de Justicia investiga a ochenta de sus elementos, a su juicio todos los policías son honestos hasta que no se les demuestre lo contrario. Olvida el secretario que en muchos casos la ciudadanía acusa a los policías de corruptos, no de ?tontejos? que dejen la cola afuera por lo que difícilmente se les puede probar que hayan incurrido en actos de corrupción, pero no por ello se puede decir que son ?honestos?. Nadie en su sano juicio, conociendo al secretario, esperaría que Garza García hiciera un ?mea culpa? ante los diputados; pero tampoco que los defendiera de esa forma, que más que explicación sonó a burla.
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Ni Guillermo Anaya ni su flamante secretario del Ayuntamiento, Alfonso Tafoya, que a pesar de los años no ha sabido entender lo que es oficio político, entienden eso de consensuar algunas tomas de decisiones o cuando menos ?cabildearlas?; en cambio, se enojan y se empecinan en hacer lo contrario. Prueba de ello es que, sobre todo Alfonso Tafoya, ha mostrado por todos lados su proyecto de reestructuración de rutas del transporte urbano, menos con los directamente involucrados. Como que Alfonso Tafoya pretende venderle al Alcalde la idea de que hay que acudir con los líderes de opinión, con los empresarios cuando les conviene y pasarlos por alto cuando reciben una crítica, ya fue corriendo con los comerciantes de la Cámara de Comercio y ayer con los organismos representados en el Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada. En cambio, nunca ha informado de reuniones con organizaciones transportistas, urbanos y suburbanos, las cuales desconocen las bondades del proyecto, si es que las hay. Tal vez teme que se le cuestione cuánto es el flujo de viajeros, (algo así como setenta mil) que dejará de acudir a la zona centro de la ciudad precisamente porque los suburbanos sólo llegarán hasta la Central Mega Abastos, ?La Jolla?, allá por la Universidad Tecnológica Torreón, (UTT).
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El problema con la venta de cerveza en el ejido ?El Cambio? de Matamoros, tiene más intereses que un adeudo en el banco. Por un lado existe un grupo que no quiere más venta de cerveza y por el otro, la mayoría, que sí. Las autoridades municipales no le han querido entrar al ruedo y agarrar al toro por los cuernos, pero como están las cosas, deberían ya tomarlo por otras partes, pero tomarlo. Si bien es cierto que se debe tomar en cuenta la opinión de los habitantes, también lo es que para acabar con el problema, la autoridad debe darse a respetar y que los acuerdos que se tomen en Cabildo se les dé cumplimiento. La venta de alcohol en los ejidos no es nueva y tampoco podrá ser erradicada, pero sí controlada. Dicen que cuando el río suena, es que agua lleva y durante mucho tiempo se ha dicho que el Alcalde se beneficia con la venta de clandestinos y pareciera que sí, porque lejos de enfrentar el problema, Felipe Medina sigue argumentando que la solución de fondo es fomentar el deporte, pero en cualquier cancha de futbol o beisbol de Matamoros, se expende la ?cheve?. El plebiscito que se llevará hoy por la tarde, podría resolver o exacerbar los enfrentamientos entre los habitantes. La autoridad municipal deberá ser muy cuidadosa y no anteponer los intereses de unos cuantos por los de la mayoría.
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En la pasada reunión de Cabildo en el ayuntamiento de Matamoros, se pudo observar a un regidor cuyo estado físico no parecía el más adecuado para un edil. El priista René Manuel Mercado García se apareció en la sesión extraordinaria del sábado pasado, con algo más que aliento alcohólico, lo que reflejó cuando no estuvo de acuerdo con algunas propuestas de sus homólogos de oposición. Tanto fue su enojo, que la adrenalina de su cuerpo mezclada con el alcohol que traía en la sangre, provocaron que se pusiera a golpear la mesa del pleno, sin importarle la presencia de sus compañeras, la del Alcalde ni la de la demás gente que estaba presente. Fue hasta que se levantó para ir al baño, cuando se percató de la presencia de uno de nuestros subagentes (que estaba sobrio), por lo que de inmediato recibió la ayuda de una de las secretarias, que le proporcionó un chicle y un refresco en lata, para paliar los etílicos aromas; sin embargo, esto no fue suficiente. Tal vez por eso nunca han querido que los medios de comunicación estén presentes en las reuniones.
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Otro de nuestros subagentes nos reporta que en el Sideapa, el secretario general, Félix Reyes Ávila empezó a mover sus piezas buscando reelegirse en noviembre. El líder organizó un paro de labores para reclamar por el despido de uno de sus muchachitos, quien fue sorprendido mientras conectaba el servicio en una sala de masajes que tenía una toma clandestina. Como es costumbre, todos los trabajadores se manifestaron para apoyar a su compañero y este movimiento le sirvió a Reyes Ávila para ganarse el respaldo de sus agremiados, porque seguramente en estos tiempos difíciles, muchos se dedican a hacer estos ?trabajitos? extra durante sus horas libres. Sería prudente que las autoridades pusieran más atención a este tipo de detalles porque seguramente seguirán apareciendo irregularidades y el ?pato? lo pagan los sufridos habitantes de Torreón.
