A menos de dos años de que el gobe Enrique Martínez termine su gestión, los priistas “calefactos” al trono sexenal se descalifican unos a otros haciendo correr rumores y manipulando información a través de los diferentes medios de comunicación. Se dice que a los que más les ha llovido feo en su milpita, es a quienes se destaparon prematuramente, como son: el senador Alejandro Gutiérrez y el alcalde de Saltillo Humberto Moreira. En los círculos de la grilla se comenta que el Gobernador será mano en la designación de su sucesor y en ese sentido don Enrique tiene sus preferencias, mencionándose que al primero que pondría al “bat” sería a su cuatacho José María Frausto Siller, ex rector de la UAC y actual Secretario de Educación Pública; otro de sus amigotes de confianza (aunque un poco salido del redil) es Alejandro Gutiérrez. Fuera de estos dos gallitos, la lista seguiría a otro nivel con: los secretarios de Gobierno, Raúl Sifuentes y de Finanzas Javier Guerrero; un poco más atrás en las preferencias ubican a Humberto Moreira y Jesús María Ramón. Este acomodo de piezas y posibilidades seguramente variará si al Gobernador se le hace “la chica” de ser candidato del PRI a ocupar la sillota con el águila nacional, pues en ese caso sobrarían jugosos “huesos” para repartir y todos quedarían contentos y él enloquecido de felicidad.
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Sobre los mencionados “aspirinos” del tricolor al Gobierno estatal, cabe mencionar que al menos dos de ellos: “Chema” Frausto y Raúl Sifuentes no cumplen con los estatutos del PRI, pues en su capítulo II, artículo 144 establece como requisito para ser gobernador, el haber tenido un puesto de elección popular a través del partido. Ninguno de ellos lo ha tenido, pues en el caso de Sifuentes en el 87 fue candidato del PRI a diputado local por San Pedro, pero perdió la elección y en cuanto a “Chema”, sólo ha ocupado cargos secundarios en el PRI. Se dice que el mencionado obstáculo reglamentario podría ser resuelto, sobre todo si Enrique Martínez llegara a ser candidato del PRI para la grande.
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En el asunto de los operativos para poner término a los taxistas “piratas” en la vecina Gómez Palacio, la alcaldesa Leticia Herrera, ante la “clemencia” solicitada por los choferes “piratas”, optó por “lavarse las manos”, ordenando retirar de dichos operativos a los policías municipales, argumentando que las familias de los choferes sin trabajo “comerían puros frijoles y tortillas”. Con este retiro de la fuerza pública, la orden del gobernador Ángel Sergio Guerrero Mier, (de realizar un operativo conjunto entre municipales y ministeriales del estado) quedó en puras intenciones. De continuar esta disposición, el tremendo “paquetito” de los taxis piratas en la ciudad tendrá que resolverlo solito el Gobernador. Este hecho provocó comentarios sobre un posible distanciamiento entre autoridades, por aquello de los resultados de la reciente elección del candidato del PRI a la gubernatura del estado. ¿Será?
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La respuesta municipal comentada envalentonó a los choferes, los que “ya con vuelo”, no lo pensaron dos veces para ir a tomar las oficinas de la Subdirección de Transporte del estado, donde por espacio de dos horas insultaron y presionaron al titular Francisco Torres Larriva. La propuesta era el diálogo; el funcionario accedió y la única petición que plantearon fue la suspensión del operativo, a lo que no accedió el jefazo y cuando intentó retirarse de la oficina, como “enjambre” lo siguieron los taxistas por varias cuadras obligándolo a regresar para una solución. Se comenta que el apabullado funcionario inútilmente trataba de comunicarse con sus superiores. Finalmente su jefe director en Durango, Ramón Guzmán, le ordenó que no reculara y que en todo caso reforzara su escolta para protegerse. No cabe duda que una cosa es ver los problemas desde la capirucha del estado y otra muy diferente venir a Gómez Palacio a enfrentar la realidad y buscar soluciones. Para don Paco la carga es dura, pero menos mal que son buenos los fletes.
