El candidato del PRI al Gobierno de Durango, Ismael Hernández Deras, se siente “soñado”, o como alguien dijera “amarrado”, estimando que los candidatos de los partidos de oposición no cuentan, por lo cual actúa con triunfalismo y autosuficiencia, a pesar de las impugnaciones presentadas por la CNC en el proceso interno donde el PRI lo designó candidato. Para don Ismael ya no hay tela de dónde cortar, desvalora las impugnaciones y considera que los aspirinos del PRD, PT y PAN son solamente figuras decorativas que le dan sabor al caldo electoral; prueba de ello es que se siente “Don Guadalupe Victoria”, llega tarde a los eventos, como recientemente ocurrió en la entrega de reconocimientos académicos, lugar donde hasta estacionamiento exclusivo le pusieron, como si fuera gobernador. Numerosos duranguenses opinan que el candidato Hernández Deras se subió en un ladrillo y se mareó, como el mal ejemplo cunde, así se comportan también sus achichincles y colaboradores, pues cuando los reporteros y fotógrafos se acercan al “intocable”, sobran las frases de: “Atrás de la línea que va a pasar el Senador”, “Háganse a un lado que están tapando la vista del Senador”. La realidad es que a Hernández Deras y su orquesta les está faltando sensibilidad política y social para presentarse ante la comunidad.
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Tal como estaba programado, ayer se realizó el Foro sobre la posible construcción de las presas El Cañón de la Cabeza y El Tigre, en el río Aguanaval, en donde participaron especialistas en el tema y legisladores. El delegado de la Semarnat, Ignacio Corona Rodríguez, dio a conocer que ya está disponible en Internet, el estudio de impacto ambiental; pero como la burocracia es especial y en este caso buscan complicar las cosas a los grupos ecologistas y a otros ciudadanos de sana intención, resulta que para obtener información precisa, primero tienen que llenar un formato de la Secretaría de Hacienda y pagar el material requerido para la impresión. Es obvio que el anterior requisito burocrático resulta una aberración y por lo tanto un obstáculo para la obtención de una información simple y confiable para la comunidad. De lo anterior se puede deducir que en el ambiente del foro realizado se sintió un rechazo a la construcción de las presas y en todo caso, una tibia aceptación a la construcción de la presa reguladora del Cañón de la Cabeza. De todo este alboroto se puede deducir que existen intereses oscuros en la realización de las obras y que el Gobierno Federal no ha sido suficientemente claro para convencer a la comunidad.
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El caldero político electoral que se vive en la Facultad de Ingeniera Civil y Arquitectura de la Universidad Juárez del Estado de Durango, está emitiendo feos olores de manipulación, por lo que entre los maestros y alumnos se vive un clima de incertidumbre en el proceso electoral para designar al nuevo director del plantel el próximo viernes. En los pasillos de la facultad, se escuchan voces argumentando que prevalece la vieja práctica de “cubrir las espaldas”, al director saliente, Vicente Reyes Espino, quien pretende, para que no le muevan las aguas, dejar amarrado a su sucesor, en este caso al secretario Administrativo que conoce de todos los tejes y manejes de la lana. Esta práctica a la antigüita no deja de llamar la atención y es motivo para que al único candidato de “oposición”, lo estén hostigando y desacreditando ante el electorado, circulando versiones de que con un cambio la escuela se vendría abajo. Estos cuentos y maniobras deberían llamar la atención del rector de la UJED, quien desde su arribo a la dirección de la Máxima Casa de Estudios en Durango, declaró que todos las elecciones internas se harían en un clima de equidad y libertad. Esto parece no estar sucediendo en la Facultad mencionada.
