Hace unos días, el alcalde Guillermo Anaya prometió nuevamente a la comunidad llevar a cabo la modernización del transporte público de autobuses. Probablemente don Memo se olvida que los torreonenses ya no creen en estos ofrecimientos, pues la historia de este servicio público se ha caracterizado, primero: por el desinterés e incapacidad de los concesionarios para prestar un servicio moderno y eficiente y, segundo, por el temor y falta de voluntad política (o de otras cosas) de los alcaldes para hacerle frente al “pulpo camionero” y exigirles la necesaria reestructuración, so pena de cancelar las concesiones. El paso de los años confirma esta lamentable realidad que se ha traducido en un pésimo transporte que no está a la altura del crecimiento de Torreón y cuyas deficiencias constituyen el diario sufrir de los usuarios que son transportados como ganado y que ya no creen en estas repetidas promesas que en cada trienio ofrecen los alcaldes. Conviene recordar a don Memo que ya está en su segundo año de Gobierno y si en el corto tiempo de este año (porque el siguiente es de elecciones) no logra ponerle “el cascabel al gato” realizando la reestructuración de rutas y exigiendo la adquisición de nuevas unidades, seguramente también pasará a engrosar las filas de los presidentes municipales que mucho ofrecieron y no cumplieron por no traer bien fajados los pantalones para enfrentar el desorden e intereses encontrados de los concesionarios del transporte.
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El ambiente polaco cada vez se calienta más en Durango. Mientras los priistas toman instalaciones, los panistas descalifican a su propio candidato a gobernador Andrés Galván, quien todavía funge como presidente del partido. Numerosos militantes del blanquiazul están exigiendo se le practique una auditoría, pues al parecer no está muy claro el uso de los recursos. Se comenta que lo anterior está motivado por el descontento que existe ante la imposición que de él hizo Juan de Dios Castro Lozano. La realidad es que algunos panistas siguen suspirando por Campos Murillo; incluso en la capirucha alacranera todavía se aprecian espectaculares del ex delegado de la PGR como precandidato del PAN. Finalmente tendrán que apechugar, por aquello de que “palo dado ni Dios lo quita”.
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Entre los grillos gomezpalatinos se dice que el candidato del PRI a la alcaldía Octaviano Rendón se alejó un poco de los perfumes de la “élite” para darse baños de pueblo y el pasado jueves asistió a la tradicional función de Lucha Libre en la Olímpico Laguna. La presencia del precandidato no pasó desapercibida, inclusive tuvo que aguantar una que otra broma hecha a sus costillas, además de simular alegría en un medio populachero que está muy alejado de su realidad, pero como dicen, todo sea por la mullida silla que pretende calentar por tres gloriosos años.
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Es vedad que le bulevar Independencia mejoró con la arregladota que le dieron, pero por esas cosas tan nuestras, la obra fue entregada antes de ser terminada. Por ello ahora están dándole los “últimos toques”, lo que no está mal, pero los encargados parecen estar convencidos que Torreón sigue siendo un rancho grande, pues para hacer los trabajos que faltaron escogen precisamente las “horas pico” para cerrar tramos del citado bulevar creando un caos vial en cada ocasión trastornando la vida citadina. Dicen que en otras ciudades con autoridades más cultivaditas, trabajan de noche. Aquí seguramente ni siquiera se les ocurre.
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Y a propósito de obras inconclusas, desde hace más de dos meses se colocaron dos nuevos semáforos en el bulevar Constitución, en los cruces de las avenidas Antonio Cofiño y Pedro Camino. Sin embargo, el costoso gasto no ha servido para nada, pues sólo los prenden con luz preventiva. Las citadas avenidas tienen numeroso tráfico de vehículos y se hace necesario que los pongan a trabajar para darle fluidez a la circulación. ¿Qué pensarán de esto los consejeros de vialidad?
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Finalmente, nuestros subagentes apostados estratégicamente en Gómez Palacio reportan un incidente algo más que notable: la tremenda regañada que recibió el director del Sideapa, Adelmo Ruvalcaba Nieto y nada menos que de Doña Leticia. Resulta que el funcionario no se cansa de mostrar su falta de tacto para tratar a los medios de comunicación. Cuando fue cuestionado por una reportera de El Siglo de Torreón sobre las fallas en la red de drenaje en el ejido San Ignacio, mismas que provocaron el hundimiento del pavimento, la ignoró. Una vez más fue cuestionado y la reportera volvió a ser ignorada.
Y cuando un reportero de otro medio de comunicación le hizo la misma pregunta, Ruvalcaba Nieto explotó gritándole que lo único que quería era dinero pero que no le daría nada. Los gritos entre el funcionario y el reportero se escucharon en toda la Presidencia Municipal.
La Alcaldesa se dio cuenta de la situación y delante de todos los reporteros le llamó la atención diciéndole que era la última vez que le permitía ese tipo de actitudes hacia la prensa, Adelmo se dijo acosado y acusó a la reportera de El Siglo de Torreón de mentir sobre las lombrices y tierra que amas de casa de la colonia Santa Rosa han denunciado, pero Leticia Herrera lo paró en seco.
Después de tremenda y pública regañada, al funcionario no le quedó más remedio que responder a las preguntas de los reporteros sobre las fallas en San Ignacio. La Alcaldesa le dejó muy en claro que los medios merecen respeto, pero sobre todo las mujeres: “Adelmo, que no se te olvide que tu Alcaldesa es mujer”.
