Le llovió feo en su “milpita” al secretario de Fomento Agropecuario de Coahuila, Enrique Salinas Aguilera; esto ocurrió durante el “Encuentro Nacional de Ganaderos y Lecheros (Engalec), donde un grupo de inconformes ejidatarios de San Pedro y Madero, liderados por Gustavo Guerrero Rodríguez (por cierto, de un ejido de Tlahualilo, Durango) le reclamaron a Salinas su falta de apoyo oportuno para la compra de semilla, misma que desde principios del año le habían solicitado. Ante los gritos del líder; el que salió al quite buscando cubrir a su jefecito fue el subsecretario de Agricultura, Carlos Román Cepeda, quien molesto por los gritos e insultos, dicen portándose poco políticamente, perdió la serenidad, (pero no el peinado), contestándole al citado líder, también a gritos y con violentos ademanes, que su municipio era de Durango y que por lo tanto no era su asunto, recordando además que ese tipo de cultivos no estaban dentro de los programas de apoyo. Comentan que durante el “round” verbal, el secretario Enrique Salinas ni la boca abrió, pues como ya es costumbre en él, no sabía ni de qué se trataba.
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Sobre el anterior comentario, se tiene conocimiento que desde diciembre del año pasado los ejidatarios le habían solicitado el apoyo de la semilla al subsecretario de Economía Juan Antonio García Villa, quien prometió conseguirla, pero el tiempo pasó y no le volvieron a ver ni el polvo, por lo que decidieron apoyarse en la Secretaría de Fomento Agropecuario de Coahuila, donde al parecer los atendió (o desatendió) un tal José Luis Gutiérrez, quien finalmente tampoco sacó “el buey de la barranca” buscando alguna solución. Al paso del tiempo le reventó el problema al secretario Salinas, de quien persiste el sentir entre numerosas gentes del campo, de que tiene un absoluto desconocimiento y poco interés en los problemas del agro lagunero.
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Es tiempo de que el gobernador Enrique Martínez tome seriamente en sus manos el problema de la explotación del agua para siembra de alfalfa en el “Valle del Hundido”, porque son preocupantes los resultados de la Tercería solicitada por el Instituto Nacional de Ecología, en los que se establece que los acuíferos del citado valle y las pozas de Cuatro Ciénegas pudieran estar comunicados y que la empresa Lasser y Asociados”, contratada por Conagua, modificó un mapa ecológico con la intención de demostrar que no había interconexión. Lo anterior es grave y deja mal parados, tanto al jefazo de la Conagua, Cristóbal Jaime, como a los empresarios laguneros que invirtieron recursos para sembrar y extraer agua del lugar basados en un estudio, por lo visto falso y que de confirmarse podrían verse afectadas con un daño ambiental irreparable las pozas de Cuatro Ciénegas que son patrimonio de la Nación. Por estas razones se hace necesario que el gobernador Enrique Martínez intervenga definiendo la postura del Gobierno del Estado. Se trata de una decisión histórica en la que parece estar en riesgo esa zona de preservación ecológica. Si don Enrique tiene intenciones de jugarla en la grande, aquí tiene una buena oportunidad de lucirse actuando en bien de México.
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La grilla está desatada en Durango. De todos es conocida la pugna que se está dando al interior del PRI entre dos grupos: por un lado los del candidato a la gubernatura, Ismael Hernández Deras y de otro los del gobernador Ángel Sergio Guerrero Mier. Al decir de nuestros informantes, don Ismael busca apoderarse de la estructura del partido para impulsar su campaña y llevarlo al triunfo, pero el Gobe parece resistirse a dejarle toda la fuerza de un jalón y más cuando el otro actúa como si ya fuera gobernador. Es por ello que don Ángel le hace olitas y no lo deja colocar todas sus piezas en el tablero. Aquí en Gómez Palacio no cantan mal las rancheras. Algunos ingenuos piensan que es el último año del sexenio de los Herrera, pero la realidad es que no están dispuestos a perder el poder y el control de la Comarca Lagunera de Durango. Para ello Carlos Herrera, apoya a su incondicional David Núñez como candidato en Lerdo y a Octaviano Rendón para la alcaldía de Gómez Palacio. De lograrlo, dicen, seguiría siendo el poder tras el trono; algo así como el “Maximito de Petatiux”.
