Dicen los enterados que durante la gira por Estados Unidos a la que fue invitado por el presidente Vicente Fox, el gobe Enrique Martínez amarró la visita de la señora Martita Sahagún para que fuera a Saltillo a inaugurar el “Primer Simposium Internacional para la Atención Integral de los Adultos Mayores”. Pero visto lo que sucedió el lunes pasado en la peronera capital, se les pasó la mano en el recibimiento a la “primera dama”, pues le dieron trato de jefa de Estado y hasta niños de las escuelas acarrearon para que la vitorearan y saludaran. La visita duró apenas una hora, pero a diferencia de la ocasión anterior, en esta Martita sí se echó un “spich” que con generosidad respondió don Quique y hasta le dijo que no se preocupara por las críticas que le hacen sobre el manejo faccioso de los recursos de la Lotería Nacional, pues el “tener éxito” siempre acarrea críticas, pero éstas deben servir para “para reforzar ese carácter”. Al margen de los cebollazos es evidente que doña Martita se siente a gusto en Coahuila y el gobe la apapacha por aquello de que “nunca estorba una conocida en un baile” y él está más puesto que un calcetín para entrarle al bailongo de la sucesión presidencial, al igual que doña Marta, pero si las cosas se ponen de modo y los aires le soplaran a su favor, con el mismo entusiasmo con que hoy la recibe, la degollaría.
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Hace unos días los tres poderes del Estado de Coahuila firmaron un convenio para llevar a cabo una reforma en materia de fortalecimiento del sistema judicial y aunque los diputados locales, que pastorea Abraham Cepeda, presumen que ellos fueron los promotores de la iniciativa, quienes saben de estas cosas sostienen que la idea es del gobernador Enrique Martínez, pues “le cayó el veinte” de que a la actual legislatura del Congreso ya se le fue año y medio y sus integrantes sólo han sacado la Ley de Arbitraje Médico y eso sucedió hace apenas unos días porque se la encontraron en el cajón de un escritorio, ya que ese proyecto estaba por allí desde que Heriberto Ramos traía el báculo de pastor del rebaño. Además, en ese acto se dijo con todas sus letras que el Tribunal Superior de Justicia, desde antes, ya les había entregado a los diputados unos proyectos completos con el fin de que los consensuaran y se “pararan el cuello” aprobándolos y otros más se están elaborando en la secretaría General de Gobierno, donde don Raúl Sifuentes trae a su gente trabajando a marchas forzadas para que les hagan la talacha a los señores legisladores, pues todo indica que eso de arrastrar el lápiz no se les da.
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“Con Dios y con el Diablo” es la frase que algunos malpensados podrían aplicar a la contralora Municipal de Torreón, Natalia Virgil Orona, quien por un lado desempeña el puesto público y por el otro es asesora fiscal y/o contadora del grupo Jiménez Berumen (JIBE), es decir, los primos hermanos del titular de Desarrollo Urbano, Eduardo Jiménez Saracho. Esos malpensados que nunca faltan suponen que se podría colar por ahí información privilegiada en cuanto a licitaciones. JIBE fue la empresa constructora más favorecida con obra pública durante la administración de Jorge Zermeño Infante y curiosamente, Natalia también fue funcionaria entonces. Ahora JIBE empezó a presionar y se dispone a sacar una buena tajada, al participar en varias de las licitaciones que se harán con recursos de la Alianza Coahuilense, lo que por primera vez en la historia le permitirá al Municipio, concursar obras por un monto de la nada despreciable suma de cien milloncejos de pesos. Se teme que la “mano santa” de la Contralora pudiera influir o presionar de alguna forma al Alcalde para que la balanza se incline a favor de sus patrones, lo que de paso afianzaría las relaciones laborales de Natalia, precisamente recomendada con Guillermo Anaya para el puesto por el senador Jorge Zermeño.
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El director de Cultura Municipal, Alberto González Domene, presume una “reliquia” muy singular. Se trata de un esqueleto completo, que según él, corresponde a los restos del mismísimo Leonardo Zuloaga, uno de los fundadores de Torreón. Uno de nuestros subagentes se dio a la tarea de preguntar por ahí de dónde provenían los huesos y no faltó el acomedido que asegura que del panteón de Parras, donde fueron sustraídos seis esqueletos que estaban en una suerte de tumba comunal sin lápida, ni nombres, lo que significa que no se sabe quiénes estaban enterrados ahí. Como a nuestro inquieto subagente no le satisfizo mucho la versión, escuchó algo sorprendente: cuentan personas que trabajan en la Dirección de Cultura, que para establecer la ubicación de la tumba, González Domene se basó en el libro de Eduardo Guerra, el cual no precisa cuál es la lápida de Don Leonardo, lo que nos diría si lo que dicen es cierto, que en materia de cultura estamos en manos de las corazonadas. Algo así como lo que ocurrió hace años con Doña Eulalia Guzmán y los huesos de Cuauhtémoc.
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Merodeando en los terrenos de Doña Justicia, uno de nuestros subagentes se encontró con un botón que es muestra de que en Coahuila la seguridad pública, la procuración y la administración de justicia, son un sueño inalcanzable para el ciudadano promedio. Dígalo si no el joven que a las afueras de su domicilio fue salvajemente golpeado en forma tumultuaria, (o sea en bola) por cinco individuos de veintiuno a veintidós años de edad, entre los cuales se encuentra el hijo de un ex senador por Coahuila, emparentado por afinidad con un magistrado en funciones, del Tribunal Superior de Justicia. Nótese que no se trata de mozalbetes de catorce o quince años, sino de jóvenes adultos plenamente responsables y por lo mismo, judicial y penalmente reprensibles. Según constancias que obran en el expediente, la víctima presentó su denuncia al Ministerio Público, ofreció testigos que presenciaron los hechos, reconocieron a los agresores por su rostro, nombre y apellido y los señalaron como los responsables de haber golpeado al denunciante, en grupo y todos al mismo tiempo, tirándolo al piso en donde lo tundieron a golpes y puntapiés. El médico legista adscrito a la Procuraduría dictaminó que las lesiones inferidas son de las que tardan más de quince días en sanar, lo que ameritaba que el caso fuera consignado a un juzgado penal de primera instancia. Pero he aquí la primera zancadilla que le propina la Procuraduría: el caso es remitido a un juzgado local letrado o de jerarquía menor, como si las lesiones hubieran sido levísimas y tardaran unas horas en sanar. El segundo golpe (patada en los bajos), lo recibe la víctima en el Juzgado Segundo Local Letrado que está a cargo del licenciado Carlos Jaime Cepeda Zamorano, quien resuelve la situación jurídica de los inculpados en el expediente 2/2004 de manera increíble, pero cierta. El Juez decreta auto de libertad o no sujeción a proceso, porque según él, ni la víctima ni el ministerio público precisaron “qué tipo de lesión le ocasionó (cada agresor) al ofendido y con qué golpe...”, lo que al no haberse probado impide procesar a los acusados, que de esta suerte quedan libres de cargos. El tercer golpe es un puñetazo (descontón) que recibe el denunciante de la propia Ley Penal de Coahuila, que establece que en contra ese tipo de resoluciones no procede ningún recurso, por lo que la víctima tendrá que pedir perdón a quienes lo agredieron, si no quiere que le repitan la dosis o lo acusen y encarcelen por andar denunciando a quien no debe. El procurador Óscar Calderón y el presidente del Tribunal Superior, Ramiro Flores Arizpe, deben una explicación al agredido que ya no se queja del dolor de las lesiones, sino de la paliza que ha recibido del sistema de justicia, que para mal impera en Coahuila.
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Nuestro subagente en Matamoros reporta un caso, que por infantil, resulta hasta cómico. Hace unos días, regidores de oposición de los partidos Acción Nacional y Unión Democrática Coahuilense, se quejaron de que el presidente municipal, Felipe Medina Cervantes, para enterarse de la opinión pública, tiene suscrito el ayuntamiento sólo a un periódico de la región. Argumentan que en varias ocasiones han manifestado esta inconformidad ante Medina Cervantes por considerar que tanto el propio Alcalde como ellos mismos, deben estar enterados de las críticas que les atañen en todos los medios de comunicación y aseguran que invariablemente la respuesta de Medina es: “si quieren leer otro diario, cómprenlo”. Tal vez sea que el edil esté cansado de recibir tantos señalamientos sobre su gestión y quiera tapar el Sol con un dedo porque “se le pone malo el cuerpo”, pero lo cierto es que los regidores cada día están más inconformes con el estilo de gobierno de Don Felipe al que tienen por capitán. Más grave sería (no lo puntualizó nuestro subagente) que el único periódico que reciban, sea de la competencia de este diario.
