Pues resulta que aún no hay fecha para realizar el ya tristemente famoso cambio de vialidades. El alcalde Guillermo Anaya declaró la semana pasada que era un hecho, pero no dice cuándo, lo mismo sucede con el secretario del Ayuntamiento, Alfonso Tafoya Aguilar, quien comenta que se sigue consensuando con los vecinos de los alrededores de las calles González Calderón y Feliciano Cobián, para analizar las mejores alternativas de manera que los problemas viales en toda aquella parte de la ciudad se solucionen. El secretario del Ayuntamiento dice que no sabe cuándo se pueda sacar avante este proyecto de modernización vial, que sin duda cambiará la actual dinámica en varias colonias del norte de la ciudad, pero dice que hay avances. Destaca que el alcalde, Guillermo Anaya, tiene interés en impulsar estos cambios sin ningún tipo de presiones para los ciudadanos, ya que ante todo, “le apostamos al diálogo”. Dice que la participación de los ciudadanos será trascendental en este proyecto y serán los primeros en recibir los beneficios de que el tránsito vehicular se haga más seguro pero a la vez, fluido. Por lo pronto los señalamientos de las mencionadas calles permanecen tapados con bolsas negras en espera de que la máxima autoridad municipal decida por fin fajarse los pantalones.
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Ahora que el gobernador Enrique Martínez reconoció la necesidad de darle pastillas de “ubicatex” a sus secretarios, uno de nuestros subagentes recomienda que la primera dotación sea para Ignacio Diego Muñoz, secretario de Planeación y Desarrollo. El flamante funcionario siempre se maneja con total hermetismo con los reporteros y es casi una misión imposible obtener información. Y a manera de muestra, un botón: este medio ha intentado desde hace 15 días obtener una entrevista con Ignacio Diego Muñoz, para obtener información acerca de los paros técnicos que importantes empresas, sobre todo de la región sureste del estado, han implementado en lo que va del año. No obstante que se le ha intentado entrevistar en eventos organizados tanto por Gobierno del estado como por la Iniciativa Privada, invariablemente elude hablar al respecto. El funcionario olvida que por su posición, posee información privilegiada que en su caso podría tranquilizar a los coahuilenses preocupados por los índices de desempleo y que además, está obligado a proporcionar en aras de la mentada transparencia. De plano, le caería bien un tratamiento intensivo de “ubicatex”.
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La dependencia federal que desde el pasado martes se encuentra acéfala es la Procuraduría Federal del Consumidor ya que el ciclo de Sigfrido Macías Pérez, ahora ex delegado de la Profeco, simplemente se cerró. Lo cierto es que para la delegación de esta dependencia ya se postula entre las oficinas del Partido Acción Nacional a Óscar Mohamar, ex coordinador de campaña de Manuel López Villarreal en la pasada contienda por las diputaciones federales y a quien le cerraron una estación radiofónica utilizando a elementos del Ejército porque la radiodifusora operaba sin permiso; el otro posible gallo albiazul para la delegación de la Profeco es el actual secretario general del “partido del cambio”, José Guadalupe Martínez Valero, a quien se lo disputan en varios estados para que trabaje en delegaciones de dependencias federales. A ver quién se saca la rifa del tigre.
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En el caso del Distribuidor Vial Revolución, donde hay varias empresas apuntadas para realizar la tercería, con cobros que van desde un millón hasta dos millones de pesos, existe un ofrecimiento por parte de los ex alumnos laguneros de la Universidad Nacional Autónoma de México, a través de la Facultad de Ingeniería Civil, pero tal parece que no ha sido tomada en cuenta por el director de Urbanismo y Obras Públicas, Jorge Viesca Martínez, ya que no ha mencionado nada al respecto, no obstante que los servicios profesionales no causarán una erogación tan fuerte, toda vez que la UNAM no cobra por esos trabajos, pues son colaboraciones que hace a la sociedad en todo el país cuando es requerida.
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Muy adelantados se encuentran los trabajos de investigación que realiza la Contraloría del estado al mando de Inés Garza Orta en la oficina del secretario particular o representante del Gobierno del estado en esta ciudad, Gustavo Muñoz. Dicen los que saben de este caso, que aunque se “perdió” unos días, el buen Gustavo ya se volvió a dejar ver, ahora con la gira que realizó en esta ciudad el gobernador Enrique Martínez. Dicen que en mucho tuvo qué ver para que los colores le salieran a su rostro el hecho de las gestiones que anduvo haciendo en su favor Lucrecia Santibáñez, quien no pierde la esperanza de ser la mandamás del PRI municipal próximamente. Por otra parte, al parecer los auditores de la Contraloría ya reunieron material fotográfico de la computadora marca Alaska que entregó Gustavo en vez de la que tiene un valor de 15 mil pesos que envió el Gobierno del estado originalmente. Igualmente hay fotos de las llantas, las únicas que cambió, cuando hubo partida presupuestaria para mejorar todas las unidades que operan en el edificio Coahuila.
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A su llegada a Torreón el pasado jueves, procedente de Viesca Coahuila, el gobernador Martínez y Martínez recibió una entusiasta bienvenida por parte de un grupo de manifestantes encabezados por un personaje que se autonombra “El Bocho” del ejido Hormiguero y el bien conocido Raúl Onofre Contreras. Ellos se quejaron del alcalde de Matamoros, Felipe Medina Cervantes, supuestamente porque no les hizo llegar diversos apoyos. Quienes vieron los hechos aseguran que los dos camiones que utilizaron para transportarse hasta el aeropuerto, fueron patrocinados por el alcalde de Saltillo, Humberto Moreira Valdés y con el apoyo del diputado Eduardo Olmos, de quien sería muy lamentable que descuidara sus funciones legislativas, por inmiscuirse en las “guerritas de papel” que desde hace tiempo sostienen muchos de los que se dicen aspirinos a una posible candidatura para el Gobierno del estado.
