Nuestros subagentes en Torreón se preguntan: ¿cuál será la percepción o significado del concepto deuda pública que tiene el director de Finanzas, Jorge Handam? El funcionario asegura que Torreón no cuenta ya con deuda pública, debido a los buenos oficios administrativos y de austeridad, todo eso se pagó en año y medio con un pasivo heredado de la anterior administración de veinte millones de pesos.- Jorge Handam no reconoce como deuda pública los más de dieciocho millones de pesos que se solicitaron con aval del Gobierno del estado y del Congreso del estado para comprar el edificio del Banco de México. El funcionario sostiene que no es deuda pública esa suma, aunque se dio el diez por ciento de anticipo. El dinero salió con la aprobación oficial de la Legislatura, debido a que se otorgaron en garantía las participaciones estatales. Ante este panorama, si Guillermo Anaya por alguna causa no alcanza a pagar, dejará comprometidas las participaciones al próximo Gobierno Municipal.- En suma, de acuerdo con la resolución del Congreso del estado, cuando le autorizó al municipio hacer la transacción, asentó muy claramente en los documentos que es “conforme a la Ley de Obra Pública” y están involucradas las participaciones, entonces, ¿qué es? Hay que sumarle la deuda por la compra de cuarenta vehículos nuevos y casi tres mil parquímetros, lo que hace un gran total de cerca de treinta y cuatro millones de pesos. Ante esto sólo queda preguntar nuevamente: ¿cuál es el concepto de duda pública?
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También por los territorios de Torreón nuestros subagentes nos comentan que la advertencia está dada: Guillermo Anaya dice que le “ajustará las tuercas” a sus colaboradores a mitad del camino para que se pongan a trabajar, para que no hagan grupitos, desquiten su chamba y se dejen los “chacalismos” a un lado. El objetivo es que el equipo de trabajo se integre cuando falta año y medio para que concluya la administración y es que según los rumores que se escuchan en los pasillos de la Presidencia, el equipo de Anaya nunca ha sido un grupo compacto.- El Alcalde afirma que hasta ahora a nadie le ha pedido su renuncia y “nadie se la ha presentado”; de ser así, a quien lo hiciera se la aceptaría, ya que según él, con todo y las amistades no se tendrá a nadie a la fuerza. Pronto veremos si es cierto.
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Y el que ya está haciendo sus maletas es el alcalde de Lerdo, Luis Fernando González Achem, quien a pesar de constantemente declarar a los medios de comunicación que es un hombre pobre y de recursos limitados, el dinero le alcanzó para invitar a los regidores a una “comilona” organizada en el restaurante Mazatlán, ubicado en el ejido Álvaro Obregón.- Según las malas lenguas, que nunca faltan, el dinero para el ágape de referencia salió de la Tesorería Municipal, nadie sabe con exactitud a cuánto ascendió la cuenta, pero como los regidores de esta administración se han caracterizado por su buen diente, seguramente el desembolso no fue “baba de perico”.- El Alcalde los invitó a comer a manera de despedida, pues en una semana más tendrá que entregar su silla a la alcaldesa electa, Rosario Castro Lozano, de quien se espera sepa cuidar más la figura de sus regidores y no gaste el dinero del pueblo en esas tradicionales comilonas que hacen temblar al erario.
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El que ya no sabe cómo hacerle es el presidente municipal de Monclova, Jorge Williamson, pues primero peleó muchísimo el fideicomiso de seguridad y cuando al fin lo tuvo en sus manos se vio obligado a depositarlo con los recursos de la nómina del Ayuntamiento que preside, pues resulta que carece de fondos para utilizar el gasto corriente de la alcaldía, lo cual no fue muy bien visto por los representantes de las diferentes cámaras empresariales y otros sectores, pues ya hubo por “Monclovita la Bella”, más de un par de reclamos al Edil de marras y a lo mejor hasta estalla una manifestación.
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Debido a los rumores que han corrido sobre la señora Marta Sahagún y la fundación “Vamos México” que ella preside, algunas personas involucradas en la misma han pagado el precio de esos decires. En días pasados, la ex candidata a la alcaldía de Saltillo, Tomasa Vives Preciado, quien fue nombrada por la señora de Fox para ser la encargada o delegada de la oficina de esa fundación en Coahuila, se quedó con las ganas de actuar. Nos cuentan nuestros subagentes que doña Tomasa llegó al Congreso del estado para que los diputados apoyaran la fundación de manera económica; luego fue a la Presidencia Municipal de Saltillo y así anduvo vagando por la ciudad y nadie quiso aportar nada. Quién sabe cómo le van a hacer para mantener las oficinas de este organismo que en un principio estuvieron instaladas en uno de los edificios administrativos de la Universidad Autónoma de Coahuila, exactamente en Campo Redondo. Sólo que se saquen la lotería.
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Y en Francisco I. Madero los problemas no terminan. Resulta que el alcalde, José Luis Marrufo Álvarez, ratificó al director de Seguridad Pública, Fernando Maldonado Díaz, luego que terminaron sus tres meses de interinato. Sin embargo, la decisión del Edil no pasó por el seno del Cabildo.
Los regidores presentes en la ratificación del funcionario en este cargo se mostraron molestos porque el Presidente Municipal no tomó en cuenta al resto de los miembros del Ayuntamiento, a pesar que así lo indica el Código Municipal.
Ésta no es la primera vez que el Alcalde se pasa por alto a la autoridad del Ayuntamiento; anteriormente lo hizo al nombrar a Alfonso Mata Ramos como director de Autotransporte sin consultar al Cabildo y con la comisión de Desarrollo Rural Sustentable, donde colocó a su hermano, Martín Marrufo Álvarez, de coordinador y posteriormente “avisó” al resto de los funcionarios de su decisión.
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Por cierto, nos comentan subagentes policíacos que fue a través de un “pitazo” interno, como varios agentes de la Policía Ministerial e incluso quienes dejaron de serlo, lograron evadir la acción de la justicia, luego que durante la “lista” que todos los días se toma en la explanada de dicha corporación, el pasado lunes se corrió la voz de que saldrían varias órdenes de aprehensión relacionadas con el caso del “narcosoborno”. Ahí se les dijo que quienes tuvieran “cola que les pisaran”, mejor sería que pusieran tierra de por medio y presentaran su renuncia. También se les advirtió, que si tenían oportunidad avisaran a sus ex compañeros, con el objeto de que no los detuvieran y pusieran a disposición de la autoridad federal. Hay que mencionar que algunos lo hicieron desde tiempo atrás, luego que la Procuraduría General de la República los citara a declarar al encontrar sus nombres contenidos en una lista elaborada por la gente de “El Danny”, donde se especifica la corporación a la que pertenecía y la cantidad que se les daba por semana.
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Seguramente como una respuesta a la campaña que se ha generado en esta región, mediante la cual distintos grupos políticos locales buscan que el próximo Gobernador de Coahuila sea un lagunero, en Saltillo, seguidores del alcalde, Humberto Moreira, comenzaron su propia campaña repartiendo panfletos y pegotes con la leyenda: “Un profesor para Gobernador”. Obvio es que el único precandidato que milita en las filas del magisterio es precisamente don Humberto, mejor conocido en el mundillo de la grilla como “El Hijo del Pueblo”. Sin embargo los promotores de esa campaña y el mismo Alcalde peronero que cuando menos la consiente, parecen olvidar que en La Laguna se concentra más del cuarenta por ciento de los electores del estado, de manera que al apoyarse en ese tipo de lemas propagandísticos lo único que logra es hacerse odioso a los ojos de quienes habitan esta región del estado. Pero cada quién juega sus cartas como quiere y esos actos dan pauta para que los enemigos de don Beto justifiquen que es él quien ha estado alentando (afirman que hasta pagando) algunas plumas para que ataquen a los laguneros, seguramente con el ánimo de demeritar la posición de su archienemigo, el secretario Raúl Sifuentes. Pero al hacerlo está socavándose solo el piso y enemistándose con los electores de La Laguna. Si sigue así, en su salud política lo hallará.
