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Vicios que matan|Un 'compañero' de cuidado

MARÍA ELENA HOLGUÍN

EL SIGLO DE TORREÓN

En pequeñas cantidades los vinos y licores tienen una función eupéptica en el organismo.

COMARCA LAGUNERA.- Las bebidas alcohólicas han sido, a lo largo de la historia, el invitado que no deja de asistir a las reuniones sociales, familiares o de amigos; igual puede estar presente en encuentros de futbol que en bodas o simplemente, en el transcurso de una tarde calurosa o una noche fría.

En pequeñas cantidades, el alcohol tiene una función eupéptica en el organismo, pues se considera que la ingestión de una copa de vino al día, contribuye a estimular la liberación de enzimas pancreáticas que ayudan en la digestión.

El alcohol etílico se obtiene de la fermentación de diversos granos, frutos y plantas y se encuentra contenido en diferentes proporciones en las bebidas alcohólicas; la mayor parte de los vinos de mesa contienen de un diez a un 12 por ciento; la cerveza entre un cuatro y seis por ciento y los licores y destilados de granos poseen concentraciones que varían del 20 hasta un 60 por ciento de alcohol.

El etanol constituye un fármaco de consumo legal que se encuentra contenido en las bebidas alcohólicas, aunque tiene una función de antiséptico externo de baja potencia como producto de uso médico.

El consumo de estas bebidas puede pasar de ocasional o social a convertirse en un hábito, provocando lo que se conoce como alcoholismo, una enfermedad crónica caracterizada por una conducta anormal de búsqueda de alcohol y que siempre lleva a la pérdida de control en la forma de beber, con efectos severos en la salud, así como en el nivel familiar y social.

En el corto plazo, el uso de alcohol genera una sensación de mayor libertad y confianza; menor coordinación motora y lentitud de reflejos; lenguaje poco claro, errores de pronunciación; cambios intensos en el estado de ánimo y falta de capacidad para concentrarse en un tema.

A largo plazo puede revertirse en gastritis o malestares gastrointestinales, deficiencias vitamínicas, impotencia sexual, cirrosis, daños cerebrales, alteraciones en la memoria y en el corazón, pulmones, músculos y páncreas, entre otros males.

Al igual que el tabaco, el alcohol predispone al individuo a recurrir a otro tipo de drogas o combinarlas para aumentar el efecto psicotrópico.

A partir de 1952, la Organización Mundial de la Salud asumió el alcoholismo como una enfermedad progresiva y mortal, con lo que se le despojó de ese calificativo de “vicio” que hasta entonces se le otorgaba.

Hígado, el más afectado

Jesús García López, gastroenterólogo del Hospital General Torreón de la Secretaría de Salud, explica que los daños por el consumo de alcohol en el sistema digestivo son directos, además de irreversibles cuando surge la cirrosis hepática.

Una vez que el alcohol se ingiere, es absorbido principalmente por el intestino e ingresa a la circulación sanguínea a través de todo el organismo; en el hígado, sufre una serie de transformaciones convirtiéndose en sustancias como el acetato y acetaldehído, los que vienen a propiciar efectos negativos a nivel microcelular.

Es entonces cuando se llegan a presentar alteraciones que causarán una inflamación en el hígado, la cual puede repercutir en una hepatitis alcohólica y en la acumulación de grasa, debido a que el alcohol no permite la utilización de los ácidos grasos y éstos se incrementan.

Tanto la hepatitis alcohólica como el hígado graso, son consideradas como lesiones pre cirróticas que pueden ser reversibles si la persona deja de beber; de lo contrario, se convierten en un paso seguro hacia la cirrosis hepática que no tiene remedio.

García López refiere que aunque la mayoría de los alcohólicos “definiendo así a todos los que consumen cualquier cantidad de alcohol”, no son cirróticos, casi la generalidad de quienes enfrentan este padecimiento sí es asiduo al alcohol, salvo aquéllos que lo llegan a presentar como una complicación posterior a una hepatitis viral.

El término cirrosis proviene del griego kirros, que significa color rojo y constituye un proceso de regeneración anormal del hígado, lo que hace que su tono natural avinado se vuelva rojizo.

Las sustancias tóxicas que derivan del alcohol, producen una inflamación de las células hepáticas y terminan por morir (necrosis hepática), ocasionando fibrosis y la formación de nódulos de regeneración, es decir, que el órgano se cubre de bolitas rojizas.

El hígado, que constituye el principal laboratorio del cuerpo porque recibe la sangre de todo el aparato digestivo, aprovecha sus nutrientes y la desintoxica de todas las sustancias nocivas, se convierte entonces en una especie de piedra porosa de manera que el fluido sanguíneo que le llega, no consigue atravesar por la vena porta.

La presión dentro de esta vena se incrementa y produce una hipertensión portal, una de las complicaciones de la cirrosis hepática.

El gastroenterólogo explica que la sangre busca otro camino para llegar al corazón “brincándose” el hígado, por lo cual el bazo crece y surgen várices dentro del esófago, que pueden llegar a romperse cuando se eleva la presión, provocando una hemorragia.

Otra de las complicaciones de la cirrosis es la insuficiencia hepática, que surge cuando el hígado ya no puede sintetizar y formar proteínas como la albúmina y cuya carencia hace que el cuerpo se hinche por la pérdida de control de líquidos.

Cuando existe insuficiencia hepática, el color de la piel y ojos del paciente se vuelven amarillentos, debido a que se incrementa la producción de bilirrubina; esto obedece a que el hígado se vuelve incapaz de hacer que este pigmento conjugado (tóxico para el sistema nervioso) se elimine por las heces fecales y la orina, devolviéndose a la sangre.

También se altera la coagulación al dejar de producir la proteína que la propicia, la protrombina.

Las encefalopatías son otras deficiencias que surgen cuando el hígado deja de funcionar, pues el órgano convierte el amonio en urea, pero retiene las proteínas que se transforman en amonio y se transmiten al cerebro, lo que puede generar un coma hepático.

En el páncreas –explica Jesús García López- el consumo de alcohol en forma excesiva puede desencadenar una pancreatitis, que constituye una inflamación severa y puede costarle la vida al paciente.

A nivel cardíaco, el alcohol causa destrucción de las fibras musculares y miocardiopatía dilatada, es decir, que el corazón crece y surge la insuficiencia.

Cuando el alcohol llega a las neuronas, hay alteraciones que van desde la manifestación de alegría de quienes lo ingieren; otros se quedan dormidos o se vuelven agresivos, además de enfrentarse a la pérdida de reflejos que resulta en accidentes violentos o automovilísticos si se le combina con el volante.

Gastritis severas, úlceras, cálculos biliares, una mayor susceptibilidad a contraer infecciones porque dejan de producirse defensas en el organismo; incluso el síndrome hepato renal –cuando el riñón deja de funcionar, generalmente en una etapa terminal-, son consecuencia de un consumo descontrolado de bebidas alcohólicas, que surgen dependiendo de factores como el sexo, el grado de nutrición, genéticos y ambientales, entre otros.

AA: Dejarse escuchar

Creado desde 1935, el programa de Alcohólicos Anónimos (AA) sigue representando una de las pocas alternativas para quienes tienen problemas con su manera de beber y quieren lograr un cambio de vida.

Uno de sus principios fundamentales es el anonimato, debido a lo cual no mantiene archivos ni historias clínicas de los miembros; aunque cada grupo es autónomo y no celebra sociedad con ninguna instancia, colabora transmitiendo su mensaje mediante convenios con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Secretaría de Educación Pública y la Secretaría de Salud.

En la actualidad, existen 115 grupos (con un promedio de diez a 12 personas cada uno) en el área Laguna Coahuila, que integra los municipios de Parras de la Fuente, San Pedro, Matamoros, Viesca, Torreón, Francisco I. Madero, con sus respectivas comunidades.

Tan sólo en Torreón existen 54 grupos en el área urbana.

Para los familiares existen los grupos denominados Al-Anón, como una alternativa para quienes rodean a la persona que tiene problemas con la bebida y a la vez, enfrentan las consecuencias de ello en el ámbito familiar, laboral, económico y social.

José, encargado de la Oficina Intergrupal en el área urbana, explica que AA agrupa a personas de todos los niveles, desde profesionistas y sacerdotes, hasta jornaleros, albañiles y desocupados con un deseo en común: abandonar el alcohol.

Sin recurrir a diagnósticos médicos o psicológicos, servicios de hospitalización, enfermerías o drogas a modo de sustitución, el único tratamiento que la agrupación brinda a sus integrantes consiste en que éstos compartan sus experiencias en terapias grupales, admitiendo desde un principio que son alcohólicos.

Para José, es difícil hablar de recuperación si se toma en cuenta que el alcoholismo es una enfermedad incurable; lo importante es conseguir que la persona mantenga su interés de detener el problema.

Aunque algunos se conforman con dejar de beber, para otros no significa mucho porque ello no les cambiará el carácter ni les hará recuperar lo que han perdido.

“El alcohol destruye todo lo bueno que hay en ti, no sólo se enferma el cuerpo de pies a cabeza, sino además la mente y el espíritu; pierdes todos tus valores y resaltas tus defectos”, expresa José.

Considera que la bebida es un detonante para fugarse de una realidad que implica responsabilidades y compromisos, aunque también es una justificación para cometer los actos más aberrantes.

SIGNOS DE CIRROSIS

Aunque la cirrosis hepática sólo se puede diagnosticar mediante una biopsia de hígado, existen algunas características de estos enfermos. Hay quienes la padecen y aún no han presentado síntomas (cirróticos compensados) debido a que éstos surgen cuando el hígado está dañado casi en un 80 por ciento.

- Por la transformación que sufren las hormonas femeninas, en los hombres comienza a caerse o adelgazarse el vello de las axilas, mientras que el púbico crece en forma triangular como en las mujeres. Denotan además crecimiento de los senos.

- Enrojecimiento de mejillas y palmas de las manos.

- Las uñas de las manos comienzan a crecer en forma redondeada.

- Abdomen pronunciado, debido a la retención de líquidos (ascitis.)

FUENTE: Hospital General Torreón

CARACTERÍSTICAS

La definición de un alcohólico no se basa en la cantidad o frecuencia con que éste bebe, sino en ciertos indicadores:

· Cuando es incapaz de controlar la bebida y a pesar de que se haga el propósito de tomar moderadamente, termina en estado de embriaguez.

· El alcohol se vuelve un medio para “escapar” o “solucionar” problemas que requieren reflexión y capacidad para tomar decisiones.

· Presenta cambios importantes en su personalidad.

· Es muy tolerante al alcohol, es decir, que bebe grandes cantidades y no muestra signos de embriaguez, hasta cierto límite.

· Ocasionalmente tiene bloqueos o “lagunas mentales”, pues es incapaz de recordar lo que hizo mientras estaba ebrio.

· Tiene problemas en el trabajo, la escuela y sus relaciones sociales como consecuencia del alcoholismo.

FUENTE: Centros de Integración Juvenil

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