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Victoria para la democracia/Actitudes

José Santiago Healy

La sorpresiva afluencia de votantes en las elecciones de Estados Unidos es una buena señal para la democracia mundial.

De 125 millones de ciudadanos registrados se calculaba que votaría más del 50 por ciento, lo que significa un avance cívico muy importante.

Lo peor en estos tiempos de terrorismo y de falta de credibilidad en los políticos y partidos sería que el abstencionismo repuntara en el país considerado como la cuna de la democracia.

Las razones principales de este incremento en la participación son dos:

Los norteamericanos no quieren que se repita el desastre electoral de 2000 cuando George W. Bush y Al Gore quedaron atrapados por semanas en litigios y conteos que dejaron muy mal parado al sistema electoral norteamericano.

La segunda razón es refrendar con su participación el régimen democrático. La población estadounidense es patriota y conservadora por tradición y considera que mediante su voto aleja al terrorismo y a los sistemas anárquicos que amenazan al mundo.

Al momento de escribir este artículo todavía no había resultados oficiales de la elección. Sin embargo, las encuestas e incluso las apuestas daban como favorito a George W. Bush por un margen de cuatro a seis puntos.

Es muy probable que así ocurra porque en honor a la verdad al controvertido texano le funcionó de maravilla su estrategia electoral.

Desde hace muchos meses los norteamericanos duermen con el temor de no despertar al día siguiente. La psicosis de los ataques terroristas ha llegado a extremos insospechados.

Pero en las últimas semanas se minimizó el tema de la inseguridad al grado que nadie se acordó de las alertas naranja o roja. Vaya, hasta el mensaje por video de Osama bin Laden del pasado fin de semana fue minimizado en los medios de comunicación.

Muy distinto a lo ocurrido en España en las elecciones de marzo cuando un terrible atentado en un tren de Madrid cambió diametralmente el resultado de las elecciones. El presidente José Aznar perdió las elecciones por su posición bélica en apoyo al Gobierno de Bush.

No hay que descartar una sorpresa de última hora como otras tantas ocurridas en elecciones recientes.

Por alguna extraña razón las encuestas de preferencias electorales en estos tiempos no coinciden con los resultados oficiales, pareciera que hoy más que nunca los ciudadanos optan por esconder sus gustos o bien seleccionan a sus candidatos en el último momento.

Otra sorpresa en estos comicios es el registro récord de votantes latinos. Fueron casi nueve millones en toda la Unión Americana, dos millones más que en el año 2000.

Lamentablemente la participación de los hispanos suele ser menor al de otras etnias, pero si en esta ocasión deciden acudir a las urnas en forma masiva podrían dar la victoria al senador John Kerry.

Son cinco estados claves con fuerte presencia latina en donde el voto puede ser decisivo. Hablamos de Arizona, Florida, Nuevo México, Nevada y Colorado. California, con toda su alta concentración de hispanos, se considera ya un bastión demócrata.

Kerry, a diferencia de Bush e incluso de Al Gore, invirtió cantidades importantes en publicidad en español, no desdeñó el voto hispano.

Hoy miércoles es probable que usted amanezca con la noticia del triunfo de Bush o de Kerry. Gane quien gane creemos que el mundo sale victorioso en estas elecciones pacíficas y aparentemente limpias que mandan una clara condena al terrorismo y a tantos enemigos acérrimos de la paz y la democracia.

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josahealy@hotmail.com

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