TORREÓN, COAH.- Alfredo Ríos “El Conde” viene dispuesto a cortar un rabo en la corrida nocturna del viernes 30 de abril, ya que en sus anteriores presentaciones en Torreón ha conseguido orejas e indultó dos toros, según lo manifestó ayer el propio matador vía telefónica desde la ciudad de Querétaro.
“El Conde” acudió ayer a la ganadería de Barralva para estar presente en el embarque del encierro, aprovechó la oportunidad para participar en una tienta.
Alfredo Ríos está contento por venir de nueva cuenta a Torreón, ciudad a la que considera como su segunda tierra.
Adelanta que la corrida en puerta será un gran acontecimiento por el peso de los astados y la presencia de sangre española por primera vez en el coso de la colonia Moderna.
“Es una corrida para Madrid, la de mayor peso que voy a matar en mi vida, además de que tengo la responsabilidad de colocar un par de banderillas”.
Se ha creado grandes expectativas alrededor de la corrida nocturna del próximo viernes, pues le tocará lidiar toros de mucho trapío, de pitones impresionantes y gran peso.
Recuerda que en esta plaza ha tenido grandes tardes desde su época de novillero, el dos de noviembre de 1991 indultó el novillo Criticón de la ganadería de Manolo Martínez, que le valió ganar el premio Cuauhtémoc.
Años después indultó a un toro de la ganadería Cerritos, en esa ocasión alternó con Óscar Sanromán y Federico Pizarro.
Admite que es difícil alternar con Leonardo Benítez y José Luis Angelino, pues son dos grandes toreros, aunque el segundo de ellos tomó hace dos años la alternativa.
Reconoce que Arturo Gilio Handam es uno de los mejores empresarios mexicanos, pues trata a los toreros como debe ser, les da la importancia que merecen, en el renglón económico cumple y en ocasiones da dinero de más.
“Es un empresario de mucha palabra, un hombre en toda la extensión de la palabra”, insiste Alfredo Ríos.
Algo especial
Para el venezolano Leonardo Benítez, entrevistado también vía telefónica, representa algo muy especial pisar por primera vez la Plaza de Toros Torreón.
“Aunque tengo varios años de vivir en México, en donde me he formado como matador, no había tenido la oportunidad de torear en Torreón”.
Viene dispuesto a dar su mayor esfuerzo, pues es una plaza en la que le gustaría actuar seguido.
“Tengo fe en Dios y en mí mismo, de que se me dé el triunfo de manera especial”.
Califica al encierro de Barralva como propio de una plaza de Madrid, por el peso, su casta y la simiente de sangre hispana.
“Voy por el triunfo, no obstante que alterno con dos grandes matadores, pero si quieren ir por delante, deberán superarme”.
Es la tercera ocasión en que lidia toros de la ganadería de Barralva, primera de simiente española.
Para finalizar, envió un mensaje a la afición taurina de La Laguna, a la que recuerda que “hay un Dios hermoso que nos ama, Cristo nos ama”.
