LOS ÁNGELES, EU.- Dormir debajo de unas tribunas, con el sofocante calor y el despiadado ataque de los mosquitos, forjó en los albores de su carrera el carácter de Vinicio Castilla, quien está a dos jonrones de llegar a los 300 en las grandes ligas de beisbol.
Tal proeza podría consumar en la serie que abre hoy en Denver su equipo Rockies de Colorado, en contra de los Gigantes de San Francisco.
El recuerdo de sus inicios como profesional en la Liga Tabasqueña, hace sonreír a Vinicio, cuyos ojos adquieren un intenso brillo. Le entusiasma volver al pasado, a reelaborar la historia.
"Había unos cuartos debajo de las gradas del estadio, donde vivíamos los jugadores en unas condiciones poco agradables, pero vivir estos momentos ayudan a madurar el carácter y a fortalecer el espíritu; a no decaer y a mirar siempre hacia adelante", dice Vinicio, en una narración en la que predomina la nostalgia.
"Sí, sufrí mucho para estar en el lugar donde estoy. Se requiere un gran sacrificio para llegar a escalar grandes cimas como las ligas mayores. Jugar en estos bellos escenarios no fue obra de la casualidad, sino de mucho esfuerzo y trabajo", comparte Vinny la reflexión.
Resalta que su trayectoria de 13 años en las grandes ligas ha sido de mucho sufrimiento y quiere seguir dos años más, para luego terminar su carrera y convertirse en un ejemplo para toda la gente que quiere ser alguien en la vida, especialmente peloteros.
Su andar por el mejor beisbol del mundo le ha permitido vivir momentos, más buenos que malos.
"No voy a olvidar mi primer llamado a las ligas mayores, algo que siempre soñé desde que era jugador de ligas pequeñas. Tampoco voy a olvidar mi primer hit ni mi primer jonrón. Desde que comencé a conectar cuadrangulares me propuse como meta llegar a los 300 y a las 1,000 carreras empujadas", comenta.
Y añade que esta hazaña será impresionante para él, porque nada más 100 peloteros han conseguido la mágica cifra en la historia de las grandes ligas.
"Arribar a ese selecto grupo será algo maravilloso para mí, para toda la gente que me sigue, para mi familia y para mis hijos", señala emocionado.
Vinny sigue desempolvando los recuerdos en la soledad del vestidor de los Rockies, en el Dodger Stadium.
Y a partir de hoy estará en casa, en el Coors Field, ante su público, intentando hacer historia.
No oculta la emoción que le provocó regresar al equipo que lo lanzó a la fama y al estadio que ha sido un paraíso para su bateo.