Reprueban usuarios desempeño de choferes.
EL SIGLO DE TORREÓN
A todas horas, taxis y camiones provocan tráfico en las principales avenidas de la ciudad.
TORREÓN, COAH.- Se estacionan en donde quiera para bajar o subir pasaje. Los transportistas son los dueños de los caminos, dado que no respetan las vialidades, según un grupo de usuarios.
No sólo en las horas “pico”, sino en todo momento, los trabajadores del volante forman un caos en las principales calles del centro de la ciudad. En la calle Acuña entre Presidente Carranza, Juárez y Morelos, resulta casi imposible transitar por ahí.
Los camiones que llevan pasaje a Gómez Palacio y Lerdo –Moctezuma y Cuauhtémoc- paran el tráfico, dado que estacionan sus unidades a todo lo largo y ancho de la calle. Usuarios como Maribel García, una joven estudiante de Contaduría Pública platica que no sabe qué es lo que le provoca más miedo, si subir o bajar de la unidad.
“Cuando espero el camión y al hacer la señal para que se pare, el chofer en lugar de bajar la velocidad parece que la aumenta y el enorme camión casi queda sobre mis pies cuando lo estaciona. Otras veces lo hacen casi en medio de la calle y uno tiene que correr para abordarlo, con el miedo de que el camión que viene al lado se le ocurra rebasarlo”.
Añade que cuando va bajar de la unidad, tiene que sostenerse con fuerza porque sabe que el chofer frenará abruptamente. “Ya me he caído varias veces, pues esos salvajes piensan que transportan animales”. Cuando se para el camión tiene que brincar, porque de lo contrario, la llevan hasta la otra cuadra.
A lo largo del bulevar Revolución, sobre todo a la altura de la Clínica número 16 del Instituto Mexicano del Seguro Social, la guerra entre los peatones y conductores es evidente. Los primeros sortean su vida cuando intentan cruzar de una acera a otra, ya que los segundos no les brindan el paso de cortesía y ni respetan la velocidad destinada para las áreas de hospitales.
Los taxistas también complican las vialidades. Transitan a toda velocidad zigzagueando entre los automóviles que van delante de ellos. Su meta casi siempre es la de salvar el ámbar. Ante la presencia de un posible usuario, si conducen por el lado izquierdo, poco les importa invadir el carril derecho aunque saben que atrás viene otro coche.
Luego que el cliente acepta el servicio, los conductores del transporte público en su modalidad de taxis, imponen su Ley y sin más, estacionan su unidad y paran el tráfico por completo. Todavía no conformes, se dan el lujo de subir o bajar –para la desesperación de los conductores que están atrás- la carga que transporta el cliente.
“Parecen toros broncos”, añade María Patiño, un ama de casa que usa los taxis de ida y vuelta de su hogar a la Alianza, donde surte su mandado. Ella comenta que va rezando porque el conductor maneja como si llevara un avión, ya que por la rapidez, llega a su casa en la mitad del tiempo estimado.
Critica la actitud de los agentes de vialidad quienes según ella, “hacen que trabajan para que les paguen”, ya que por sus narices sucede todo tipo de irregularidades. “No los multan, pues está claro que los choferes les vuelan los puntos”.
SITUACIONES
Muchas son las barbaridades que los transportistas comenten en las rúas de la ciudad:
· No respetan a los ciclistas.
· No toman en cuenta los señalamientos que indican la reducción de la velocidad.
· Los choferes de las rutas urbanas bajan pasaje en cualquier lugar. No respetan las áreas destinadas para ello.
· Los taxistas temerariamente invaden los carriles.
· Los transportistas se estacionan en doble fila.
· Según la Dirección de Tránsito y Vialidad por mes se levantan de entre mil 500 a mil 700 infracciones exclusivamente de los trabajadores del volante (taxistas y choferes de rutas urbanas).
· Las causas: Por descender y subir pasaje en sitios prohibidos, por no circular por el carril correspondiente y entorpecer la circulación vehicular.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón