El escenario que plantean 28 de las 75 Agrupaciones Políticas Nacionales con registro, sobre la violencia en el país, es verdaderamente alarmante. A nivel mundial, México ocupa el tercer lugar en homicidios, dentro de los países que no se encuentran en guerra.
El diagnóstico invita a la reflexión: “El nuestro es un país plural, pero sin acuerdos; de partidos ricos, pero sin credibilidad, donde el nivel de confianza se refleja en una participación electoral de menos de 50 por ciento y un Congreso permanentemente confrontado que lleva al país al inmovilismo”.
Y hay más: Cuatro millones 300 mil delitos se cometen anualmente en México, según datos del Instituto Ciudadano de Estudios sobre Inseguridad Pública, pero ni la mitad de los delitos son denunciados y de los consignados, si acaso el cinco por ciento se resuelven; la impunidad, sin duda, demuestra la debilidad de las instituciones y del Estado de Derecho.
Y es que los líderes de las agrupaciones que se reunieron el pasado jueves con el secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, advierten que pese a la megamarcha del 27 de junio, ese sonoro y multitudinario reclamo de la sociedad civil, las instituciones públicas y políticas no han tenido capacidad para dar respuestas a las demandas de seguridad y combate efectivo a los altos niveles de impunidad que privan en nuestro país.
Tal vez fue el dirigente de la agrupación Encuentro Social, Hugo Eric Flores Cervantes, quien puntualizó con mayor vigor y de cara a Creel Miranda, el panorama real que sufre la mayoría de los mexicanos. “La cohesión social en México se sigue fracturando, porque las instituciones encargadas de procurar y administrar justicia están sumidas en el descrédito y no tienen ya capacidad de respuesta”, fue la gran afirmación de Flores Cervantes... y lo más grave de todo es que tiene razón.
