El Pontífice visita Lourdes para celebrar el 150 aniversario del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
14 de agosto de 2004
Lourdes, (Notimex).- El Papa Juan Pablo Segundo rezó hoy "como uno más" de los cinco millones de peregrinos que cada año visitan este enclave religioso, enfermo y débil, en la gruta de las apariciones del santuario de Lourdes.
En el primer acto oficial de su segundo viaje al famoso centro mariano el Papa dijo "estoy con vosotros, soy un peregrino más ante la Virgen, comparto con vosotros un periodo vital marcado por el sufrimiento físico".
El Pontífice realizó su primer acto público tras su llegada este mediodía a Lourdes para celebrar el 150 aniversario del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
Como es tradición, a su llegada a la cueva en la que en 1858 la Virgen se le apareció una joven de esta localidad del sur de Francia según la iglesia católica, el Papa bebió agua del manantial que brota del interior de la roca, a la que se atribuyen varias curaciones milagrosas.
El Papa, gran admirador de la figura de la Virgen María, rompió el programa previsto y se arrodilló con gran dificultad en un reclinatorio situado la entrada de la cueva en donde rezó durante algunos segundos, con los ojos empañados en lágrimas. Sin embargo, Juan Pablo Segundo, de 84 años y quien sufre de Parkinson y artrosis, no pudo leer el saludo a los enfermos que había preparado.
En su lugar, la declaración fue leída por el cardenal francés Roger Etchegaray que acompaña al Papa junto a otros altos cargos eclesiásticos.
El acto fue el principal celebrado en Lourdes luego de la llegada del sumo Pontífice a las 11 horas locales, (9:OO GMT), al aeropuerto de la cercana localidad de Trabes, en donde fue recibido por el presidente francés Jacques Chirac y su esposa Bernadette.
El Papa, que ha dado varias muestras de debilidad a su llegada a Francia, leyó con dificultad en francés un breve discurso luego de una alocución de bienvenida pronunciada por Chirac.
En Lourdes, adonde viajó en el "Papamóvil", fue recibido por decenas de miles de personas de las más de 300 mil que se desplazaron al santuario para participar en los actos previstos con motivo de su visita de 31 horas de duración y que concluirá este domingo.
Los peregrinos, venidos de todo el mundo pero principalmente de otras localidades de Francia y de la vecina España, cuya frontera se encuentra ubicada a menos de un centenar de kilómetros, tomaron las calles de Lourdes, cuyos accesos por carretera se encuentran cortados.
El Papa descansará de su viaje hasta poco antes de las cinco de la tarde, hora en la que tiene previsto el inicio de una procesión de cinco estaciones, y pernoctará en un centro especializado en el cuidado de enfermos.
La visita del Papa está marcada por un importante dispositivo de seguridad de mil 700 policías y mil gendarmes desplegados en un radio de alrededor de 40 kilómetros.
