La obra del artista lagunero Juan Carlos Rangel destaca en Estados Unidos
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- La magia, los colores y el corazón de México están presentes en la obra de Juan Carlos Rangel, pese a que hace algunos años dejó su tierra para llevar sus creaciones al vecino país.
Originario de Torreón, el artista conocido como el “Hijo de la Luna” radica actualmente en Atlanta, en donde ha tenido la oportunidad de montar algunas exposiciones y trabajar en proyectos de publicidad y mercadotecnia de distintas empresas.
El City Hall de Atlanta fue el escenario en donde se presentó por primera vez como artista plástico en los Estados Unidos, en donde algunos críticos coincidieron en la influencia que predomina en su obra del maestro Rufino Tamayo.
“Soy un ferviente admirador de él y de otros grandes artistas mexicanos”, comenta el creador en entrevista exclusiva vía telefónica.
Dicen que los viajes ilustran y Juan Carlos está de acuerdo con esto. Y es gracias a ellos, que el artista se ha dado cuenta de que lo que hace la diferencia entre un país y otro es su cultura y sus costumbres.
“Qué increíble cuando entre tanta diversidad de costumbres y cultura, en alguno de tantos renglones como seres humanos siempre coincidimos y eso es lo maravilloso del arte visual: que no importa dónde vivas, ni de dónde seas, ni qué lenguaje hables, si la expresión visual es auténtica y está bien lograda siempre trasmitirá un mensaje, ya que el arte visual es universal”.
¿Dicen que nadie es profeta en su tierra, crees en esta aseveración?
Pues profeta no soy y en la tierra no vivo ya que siempre estoy en la luna (risas), como buen “Hijo de la Luna”.
Hasta el momento, ¿qué es lo más importante que te ha pasado en la vida, profesionalmente hablando?
¡Descubrir mi pasión y el gran poder de la creatividad! Y me refiero al poder de realización y materialización de una idea, de un proyecto en todas las formas de expresión gráfica y tridimensional. El experimentar y darme cuenta de que soy un creativo profesional y de que el único límite de realización es hasta donde llegue la imaginación. El poder expresar gráficamente lo mismo un sentimiento o una idea, que transmitir un mensaje a través del diseño de una campaña publicitaria, realizar el proyecto de un periódico, plasmar un cuadro de arte, diseñar una prenda de ropa o un mueble, hasta tener el poder de atrapar un momento del tiempo en una fotografía.
Lo más importante que me ha pasado profesionalmente hablando es descubrir que tengo un gran poder creativo.
¿Y cómo es que surge tu interés por el arte visual?
Desde siempre... desde que recuerdo siempre mi atención fue atrapada por los colores y las formas. Desde muy niño, por ahí de la edad de tres años dibujaba al lado de mi padre, algunos de mis amigos no me creen, pero tengo recuerdos desde esta edad; tal vez por eso no olvido nunca un rostro aunque nunca pueda recordar ningún nombre y hasta sea disléxico a veces (risas), pero creo que tener memoria fotográfica es una ventaja… bueno al menos para mí lo ha sido... a Dios Gracias.
¿Qué hay de tus raíces y que hay de lo que has encontrado en otras tierras en cada una de tus obras?
-Si te refieres a que si encuentro reflejos de mi tierra en mi obra, creo que es evidente. La magia, los colores, el alma, corazón y vida de un país tan rico como mi México están expresados en mi obra de forma ineludible. Uno de mis puntos principales de inspiración que es la luna, grita México al observarla.
Y cuando Juan Carlos habla de la luna, se proyecta totalmente. Ese astro que para los mayas fue una diosa a la que le rindieron culto. Lunas y lunas, figuras humanas, eso es lo que pinta el lagunero, sin dejar de lado los colores vibrantes y apasionados. Tal vez por eso se le ha llamado el “Hijo de la Luna”.
Retoma el tema la importancia de sus raíces en cada una de sus creaciones y afirma que “el arte mexicano hace muchos, pero muchos años atrás ha dejado de ser la típica fotografía de un pueblecito, de un burrito o un nopalito. Creo que en México hay tanta riqueza en cultura y arte que traspasa idiosincrasias y fronteras, ya que el arte de México es la viva y apasionante expresión de un pueblo mágico. Esa magia se hace presente en sus obras, asegura.
¿Podrías hacer una comparación entre el arte visual mexicano y el de Estados Unidos?
Podría decirte lo que para mí los hace diferentes. El arte visual de Estados Unidos indiscutiblemente es el que más vende, por eso es el “rey del marketing”; además, cuenta con la tecnología para producirlo, pero precisamente es ahí donde radica la gran diferencia y es que es completamente comercial, sólo vende, está hecho pensando en la función de vender, falto de corazón, alma y vida. En cambio, el arte visual de México es rico en tradiciones, colorido, empapado de costumbres, alegrías, sentimiento, pasiones... en otras palabras es auténtico, lleno de magia y vida.
¿A manera de autocrítica, como calificarías tus creaciones y en que genero las ubicarías?
Dicen que soy muy criticón así que acabaría conmigo (risas). En lo que concierne a mis obras pictóricas, creo que son una expresión directa de mi admiración por la belleza de la figura humana, por la naturaleza y como amante de la luna. Con respecto al género, las ubicaría en figurativa y abstracta.
¿Qué es lo que sigue para Juan Carlos Rangel?
¡Guau! son muchos proyectos (risas). Lo mas cercano es Emparejado con la Luna, que es la nueva colección de pinturas que presentaré en ¡Vívelo! el 14 de febrero. Se trata de un show latino donde se presentan en Atlanta nuestras diferentes expresiones artísticas. Este mismo día haré el lanzamiento de la pagina web del Hijo de la Luna (www.sonofthemoon.com).
En marzo estaré en el Festival de Cultura Caribeña, que llevará como imagen gráfica una de mis obras; y en abril tendré una exhibición individual en un restaurante importante de la ciudad.
Al mismo tiempo, el lagunero afirma que seguirá apoyando la creación plástica de los latinos en Estados Unidos, abriendo brecha con cada una de las exposiciones en las que participa.
“Pero todavía queda mucho por hacer y expresar, sobretodo para poner el nombre de México muy en alto”, concluye. De su obra por estas tierras, hasta el momento no hay planes, pero quizás muy pronto sus paisanos tengan más noticias de él.
Su obra...
Todo artista lleva consigo el equipaje que conforma los elementos básicos que sirven de inspiración, los valores adquiridos durante su formación humana y profesional, vividos dentro de la privilegiada cultura mexicana.
Y Juan Carlos Rangel no olvida sus raíces. Al plasmar su amor por la figura humana, evoca la perfección divina, el respeto por la mujer y al mismo tiempo, la conjunción de la anatomía humana y la animal, la pasión por la música y el baile.
El folclor de su México está presente en cada una de sus creaciones. Diferentes instrumentos musicales que conforman el orgullo musical de su tierra, la diversidad en el uso de los colores acentúan la diversidad étnica de sus raíces y la variedad del paisaje en el cual están inmersos.
Entreteje texturas, planos, colores cálidos -como el rojo- y fríos -como el azul-. La obra del Hijo de la Luna es una lograda muestra de sublimidad por la forma humana, la naturaleza, la geometría y, obviamente, la luna.
Algunas representaciones llevan implicadas movimiento, armonía y ritmo en cada trazo, las figuras danzan y contagian su ritmo haciendo al espectador cómplice del calor que emanan.
UNA TRAYECTORIA
Juan Carlos Rangel es el “Hijo de la Luna”, su musa inspiradora, fuente de luz, romanticismo y pasión.
- Nace en Torreón hacia 1970.
-A la edad de tres años, realiza junto a su padre sus primeros dibujos, siendo éste el punto de partida de lo que será su carrera profesional.
-El joven y apasionado artista ingresa al Iscytac La Salle, donde tiene la oportunidad de descubrir diferentes facetas del mundo del diseño para egresar con el título de licenciado en Artes Gráficas.
-Durante su etapa universitaria, conoce a quien fue su gran maestra, Marcela López. Bajo su tutela concreta proyectos en variadas técnicas de las artes plásticas, como acrílicos, pasteles, tapices, vitrales, grabados, diseños textiles y fotografía.
-El discípulo, emprende, ya por su cuenta, desafíos de mayor envergadura, que le brindan la oportunidad de crear, desarrollar y dirigir campañas publicitarias y de comunicación visual para compañías reconocidas tanto en el ámbito nacional como internacional.
-Al mismo tiempo se une al plantel docente de la facultad de diseño de la Universidad Iberoamericana (UIA) Torreón, impartiendo clases en varias asignaturas.
-Sus extensos viajes satisfacen el desmesurado interés por descubrir nuevas culturas, admirar la grandeza de pequeños detalles y agudizar la imaginación, lo que le permite lograr composiciones únicas en cada propuesta que comienza.
-Llega la hora de forjar nuevos horizontes en la ciudad de Atlanta, incorporándose al equipo de trabajo de una importante firma, en donde tiene a cargo la ejecución del diseño de imagen de uno de los más reconocidos tequilas.
-Participó en la aparición del periódico El Norte de Atlanta, en donde el lagunero logra desarrollar el formato profesional y de color.
-Sus realizaciones independientes abarcan no solo el campo de las artes gráficas, sino también el del diseño de indumentaria, creando su propia línea de ropa y souvenir, diseño industrial de mobiliario, y diseño de tarjetas, convirtiéndolo en un artista multifacético.
-A lo largo de su trayectoria profesional, resalta la pasión por el arte y el diseño, demuestra su gran sensibilidad y logra crear composiciones que exaltan detalles exquisitos.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón