REUTERS
MÉXICO, DF.- El monopolio estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) es visto por los análisistas internacionales como un latente riesgo para México, en virtud de que ha invertido menos de los esperado en exploración durante años, aunado a esto, el Gobierno lo ha obligado a ceder gran parte de sus ingresos para sostener el gasto público.
El reciente préstamos que el octavo productor de Petróleo obtuvo deun banco japonés, así como la emisión de deuda es una clara señal de que los resultados no han permido la reinvesión.
Ahora, con reservas que se diluyen gradualmente y un distante proyecto de reformas para permitir la inversión extranjera en el sector, los expertos consideran que México podría enfrentar una crisis de abastecimiento dentro de unos diez años.
Mientras los competidores ya hacen fila para llenar ese vacío, algunos analistas han advertido que México estaría perdiendo participación de mercado a menos que pueda asegurar la producción suficiente de petróleo y gas natural para enfrentar la futura demanda de estos recursos de parte de Estados Unidos.
Aún peor, México podría ser forzado a importar más gas natural y combustible refinado de Estados Unidos, su principal mercado de exportación.
?Hace falta infraestructura y tecnología?, dijo un funcionario de una de las empresas interesadas en ingresar al mercado petrolero mexicano. ?Esto podría llevar a México a una crisis dentro de 10 años. Si no se toman decisiones dentro de los próximos tres o cuatro años, el escenario es desolador?.
Abrir las puertas a empresas extranjeras del ramo, cuyo capital y tecnología podrían aprovechar las reservas mexicanas, violaría la Constitución y despertaría todo un debate por la protección del llamado ?oro negro? nacional.
En tanto, liberar más recursos mexicanos para la exploración, requeriría que el gobierno dejara de tomar los ingresos de Pemex, el monopolio energético que lo dota de la tercera parte del dinero para el presupuesto federal.
En el 2003, Pemex pagó impuestos por casi 35 mil millones de dólares ?61 por ciento de sus ingresos? lo que le generó una gran pérdida.
?En México está creciendo el consenso de que, sin una reforma energética y financiamiento privado, la hambrienta industria no podría financiar la producción de petróleo y gas en el futuro?, dijo el analista Carlos de León, de Deutsche Bank.
Al financiarse de mercados de deuda, Pemex está invirtiendo más cada año en exploración, y nuevos descubrimientos están por hacerse. Sin embargo, se necesita más dinero para marcar la diferencia.
?Nada importante podría suceder en el corto plazo sin que una crisis obligue a los legisladores a trabajar por reformas sustanciales?, consideró Lisa Pearl, de la consultoría Cambridge Energy Research Associates en la Ciudad de México.
?En el largo plazo, México corre el riesgo de perder la participación de mercado en Estados Unidos?.
Gas natural, primer paso
México, uno de los tres principales proveedores de crudo a Estados Unidos, extrae dos terceras partes de su petróleo del complejo de Cantarell, que llevó al país al auge en la década de 1970.
Especialistas del sector dicen que la producción en Cantarell empezará a decaer dentro de 10 años o antes. Los analistas tienen opiniones divididas de qué tan rápido se podrían recuperar las reservas con los nuevos yacimientos descubiertos.
Por ahora, los analistas coinciden en que México necesita capital extranjero y tecnología, lo que a su vez exige modificar la Constitución.
El presidente de México, Vicente Fox, no ha podido impulsar las reformas ?que son el preámbulo para todo un cambio en la política energética? en el Congreso, dominado por el opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó de 1929 al 2000.
Aún así, Pemex asignó recientemente varios contratos para la extracción de gas natural a empresas extranjeras, a las que paga por sus servicios pero a las que les niega el derecho a participar de la venta del gas.
Los contratos de servicios múltiples atrajeron sólo a algunos inversionistas, todos en espera de poder participar en el negocio de la venta del mercado energético en el futuro.
?La mayoría de los analistas ven la explotación en México como un tipo de acuerdo de producción compartida?, dijo George Baker, director de la consultoría Mexican Energy Intelligence en Houston.
?Aún está por verse si el gobierno de Fox encontrará una forma para que los contratos de extracción (de gas) incluyan al petróleo?, agregó.
El gobierno de Fox terminará en el 2006, tras las elecciones de julio de ese año. Algunos ya lo consideran como un presidente que ha dejado de ejercer influencia.
Tras más inversión
Pemex, con las manos atadas por el gobierno, continuamente se queja de que necesita la aprobación para poner más dinero en los nuevos yacimientos.
La empresa planea gastar unos 11 mil millones de dólares, principalmente financiados a través de bonos o préstamos, en exploración y producción durante el 2004. No obstante, algunos analistas le anticipan algunas dificultades para mantener su tasa de reposición de reservas en 75 por ciento para el 2006.
La exploración de Pemex en sus amplias reservas de gas se ha quedado en un segundo plano ante el lucrativo mercado del crudo. Como resultado, México ahora importa el 14 por ciento del gas que necesita.
Esto podría aumentar el riesgo de que sea relegado en el enorme mercado mundial, mientras Estados Unidos y otros países ven en el gas una fuente de generación energética.
En tanto, los nuevos productores petroleros podrían incluir a Irak y Canadá, que se espera que se convierta en un duro competidor para el 2012.
Aún pese a la presión por la competencia, nadie espera que México privatice su industria petrolera, que fue nacionalizada con bombo y platillo en 1938.