Las lluvias agudizan las condiciones de la colonia Las Gaviotas, que carece de agua potable, drenaje y tiene luz clandestina
Conforme se avanza, los charcos llenos de lodo multiplican sobre el camino que conduce a la colonia Las Gaviotas, al sur de la ciudad; las necesidades que existen cada vez son más agudas.
Dos niños caminan entre los arbustos rumbo a su hogar cargados de leña que llevan para prender fuego y alimentarse; dicen que no cuentan con estufa de gas y por eso su madre los manda a un aserradero cercano a buscar el material. No acuden a la escuela porque tienen que ayudar en su casa.
Luis, el mayor de ellos, comenta que su madre trabaja; por eso él tuvo que abandonar la escuela para cuidar a sus tres hermanos menores.
Las casas hechas de madera con láminas de cartón predominan en el lugar; cuentan además con letrinas, pero nadie dispone de los servicios de drenaje y agua potable.
Niños de diferentes edades deambulan por las calles enfangadas bajo el sol que les golpea ese rostro lleno de lodo, en condiciones insalubres, divirtiéndose con juguetes que otros despreciarían; además, se esconden ante la mirada de algún desconocido.
Dentro de este pobre paisaje se encuentra una tienda de abarrotes modesta, atendida por la señora Hipólita Navarro García, quien manifiesta que la colonia está en el olvido; ?jamás se han acordado de nosotros, sólo cuando necesitan algo?.
Pensionada y madre de cuatro hijos, dice que las condiciones en que viven son muy pobres; su pensión de mil pesos mensuales no le alcanza. Sus hijos la apoyan pero no es suficiente; además, mantener su hogar y pagar el terreno en que viven le resulta difícil. Su casa tiene dos cuartos de madera y láminas de cartón, además de dos cuartos de material hechos con ayuda de uno de sus hijos, el cual era militar.
?No contamos con agua potable, tampoco con energía eléctrica, sólo tenemos agua cuando nos reparte una pipa cada 15 días?, argumenta.
La energía les llega a través de tomas clandestinas, por las que la lideresa de la colonia, a quien llaman ?doña Chuya? les cobra 200 pesos.
Hipólita es una de las tantas personas afectadas por las torrenciales lluvias que han azotado a la ciudad, está temerosa de sufrir alguna inundación; ?por las noches tenemos que abrigarnos con cobijas, además de hules, para no mojarnos. Ya no sabemos si llueve más adentro o afuera?, añade. Ante estas condiciones asegura que nunca ha recibido apoyo de alguna autoridad; sólo le obsequian alguna despensa si acude a las juntas de líderes de las colonias vecinas.
Acompañada por dos perros, de los que dice que ahí abundan, menciona que no es la única que sufre por estas condiciones; en su derredor predominan las necesidades de vivienda, de atención médica, a la niñez; además, los vecinos carecen de empleo. Argumenta que no hay oportunidades; algunos como doña Hipólita tratan de sobrevivir con medios alternos, atendiendo su ?changarro?, como alguien los llama.
Observan alternativa
El señor Jesús Rodríguez igualmente atiende su ?tiendita?, es desempleado, carece de los medios económicos para sobrevivir de una manera más holgada; su casa también es de láminas de cartón con madera y sufre por los estragos de las lluvias. Él y su esposa, además de una hija, se preparan para hacer de comer; cocinan sobre una estufa de leña porque sus ingresos no les alcanzan para lo que ellos consideran un lujo: una de gas.
Al igual que las casas vecinas, caminan entre los charcos llenos de lodo, los sortean para no caer en uno de ellos. Carecen de agua, luz y drenaje.
Tratan de salir adelante pero algunas veces sus sueños les son arrebatados; mencionan que con el ánimo de construir su casa de material han acudido a las oficinas de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), pero se encuentran con que tienen que cubrir unos requisitos, mismos que no han podido cumplir por sus carencias económicas.
?Nos tienen olvidados, acá nadie se arrima porque se enzoquetan los zapatos?, menciona don Jesús; él es uno de los ?privilegiados? de la colonia en tener su propio auto, mismo que ?aduce- aún no termina de pagar. Su esposa Lucía sufre de diabetes, por lo cual sus necesidades se hacen más agudas; ella menciona que el terreno donde viven aún lo debe. Asegura que pretende saldar la deuda porque la casa será un patrimonio que espera dejar a sus hijos.
Lucía acude en busca de ayuda a las instituciones de salud para recibir atención médica; algunas veces ?comenta- no puede pagar 20 pesos de consulta, pues si lo hace se queda algunos días sin comer frijoles.
LÍDERES UTILIZAN A NECESITADOS
Como ella, muchas personas sufren por las condiciones precarias en que viven, desde vivienda hasta salud; algunos, inclusive, pagan 130 pesos de renta, mientras otros acuden a los llamados plantones de los distintos partidos políticos porque les ofrecen ayuda por medio de una despensa.
Varios vecinos de la colonia Las Gaviotas mencionaron que las autoridades los han olvidado; además, aseguraron que los distintos líderes han lucrado con sus necesidades, ya que éstos reciben los apoyos pero nunca los destinan a los necesitados, los utilizan para su beneficio personal sin que nadie haga algo.
ACCIONES
Subcomité de Vivienda
Con el objetivo de mantener una adecuada planeación de todas las acciones que se realicen en apoyo a la vivienda, el Subcomité de Vivienda del Comité de Planeación de Desarrollo del Estado (Coplade) ha generado diversas acciones y estrategias en sintonía con el Plan Estatal de Desarrollo.
Sin embargo, fuentes gubernamentales sostienen que hay más de 40 asentamientos irregulares tan sólo en la ciudad de Durango, a los que resulta mucho más costoso llevar servicios básicos como electricidad, agua potable y alcantarillado.
Según un documento del Subcomité de Vivienda del Coplade, uno de los objetivos a seguir es ?proporcionar las condiciones suficientes para que la sociedad en su conjunto esté en posibilidades de atender la demanda generada por el incremento proporcional y por el deterioro del paquete habitacional?.
Dicho Subcomité pretende mantener una estrecha relación con los municipios y sus Copladems para analizar sus propuestas de obra nueva, rehabilitación, ampliación y equipamiento de vivienda con la única finalidad de avanzar en el cumplimiento del precepto constitucional para que cada familia cuente con una vivienda digna y decorosa.
TEMOR
Señalan principales necesidades
Los habitantes de la colonia Las Gaviotas están temerosos ante el riesgo de inundaciones, debido a las torrenciales lluvias que han azotado a la entidad.
- Carecen de agua potable, drenaje y energía eléctrica.
- Necesidad de apoyo a la vivienda, pues viven en casas de cartón.
- Sufren condiciones insalubres.
- Falta de oportunidades.
- Atención a la niñez.
- Servicios de salud.
- Educación.
- Seguridad pública.
- Urbanización.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.