UNA SOMBRA, CON VIDA PROPIA...
Este día había sido ya muy esperado por mí, no quería que se llegara pero tendría que suceder, el paso inevitable del tiempo pega a cualquiera, incluso a quienes más aman el deporte, que quisiera tener la gracia de conocer a Scottie Pippen, pero aún así, a la distancia no se necesitaría mucho para descubrir a uno de los más profesionales jugadores que la duela ha conocido.
Scottie ha dicho adiós a la NBA, a sus 39 años sabe reconocer que la juventud se impone y como cabal profesional no gusta de la derrota, prefiere encarar la realidad antes de verse vencido.
Yo esperé este día para poder recordar tantas cosas que bajo el número 33 de la playera de los Toros nos hace recordar.
¿Les parece bien si la frialdad de los números nos acompañan la primera parte de este navegar por la historia?; finalizaremos con las hazañas.
Scottie debutó con Chicago en la temporada 1987?88, se mantuvo diez años con ellos en su primera época, jugó para los Rockets de Houston la campaña 1998?99, con Portland estuvo de 1999 al 2003 y su última campaña 2003?2004 estuvo de vuelta en casa, con los Toros.
Sus primeros cinco años veía los juegos iniciar sin él, pero luego ligó 567 partidos jugados y todos como titular, fueron once años consecutivos los que fue considerado de arranque, hasta su última campaña en que una lesión de rodilla le permitió jugar apenas 23 partidos.
Vayamos con los números: en cuatro temporadas promedió más de 20 puntos por partido, la mejor fue la de 1993?94 cuando terminó con 22 de promedio, aunque al año siguiente apenas bajó a 21.4 puntos. En su primer año apenas había promediado 7.9 puntos por partido, pero fue el único año, junto al último en que no estuvo por arriba de los diez de promedio. Un chico muy aplicado.
En la temporada 1991?92 promedió siete asistencias por partido aunque de por vida le quedó un 5.2, en cuanto a rebotes defensivos tuvo un 4.6 de promedio, 1.8 en rebotes ofensivos y 6.4 rebotes totales promedio de por vida, a estos números se le suman .8 bloqueos por juego y dos robos de balón cada encuentro. Estos datos hicieron que los expertos lo consideraran hace unos años uno de los mejores 50 de todos los tiempos.
Su porcentaje de efectividad en tiros de castigo de por vida quedó en .704, en tiros de campo de .473 y en disparos atrás de la línea de tres, que nunca fue su fuerte de .326.
Pippen permanecía siempre en la duela, cada uno de sus entrenadores sabía de su calidad y sólo jugando podría demostrarla, por eso promedió 34.9 minutos de juego por partido en su carrera.
Jugó en total 41,069 minutos en la NBA, logró 7,420 encestes, 978 disparos de tres, 3,122 tiros libres, 2,307 robos de balón, 946 bloqueos, 7,494 rebotes, 6,135 asistencias, cometió 3,329 faltas, tuvo 13 partidos de dobles dígitos y al final se fue con 18,940 puntos en su vida deportiva.
Las cifras podrían seguir y los justificantes también para estar hablando hoy de él, sin duda tiene su lugar entre los inmortales, pero más allá de eso en los mejores recuerdos, en una de las más ricas épocas del baloncesto de los Estados Unidos, un baluarte en los seis títulos de los Toros en los noventas.
Originario de un pequeño pueblo de Arkansas, el más joven de 12 hermanos, se ganó un lugar en la universidad hasta que los buscadores de talento dieron con él. Elegido en la primera ronda por los Toros tuvo que vivir a la sombra de Michael Jordan, nunca tuvo problema con eso y sí, ?Air? tendrá mucho que agradecerle por siempre, como ya lo ha hecho, perfectamente entendió que el complemento de su equipo lo hicieron lucir tanto, pero por encima de cualquier otro siempre estuvo Scottie.
Una sombra que tomó vida propia, detrás del gran Michael, Pippen tomó la responsabilidad en aquellos juegos de poca inspiración del astro, él hacía el trabajo sucio y si Jordan era un gran defensivo, en ese sentido Pippen fue su maestro, pero tan profesional uno como el otro.
Las muchas nominaciones al Juego de Estrellas, la medalla dorada de Barcelona 1992 con el primer Dream Team fue por méritos propios, como también así se logró un lugar entre los cinco titulares de aquellos partidos; nombrado Defensivo del Año de manera consecutiva y un verdadero ejemplo de entrega dentro de la duela.
Yo guardaré en mi recuerdo por siempre muchas jugadas de Michael, pero no olvidaré jamás una de las más bellas; en uno de esos tantos robos de balón de Scottie, salió a toda velocidad al aro rival, con la marca encima se elevó entrando a la pintura, se suspendió en el aire y flotó el balón sobre la canasta, esperando todos la llegada de alguien que remachara la jugada, pero fue él mismo que con la mirada perdida en la tribuna y a mano contraria, con el coraje de una linda estampa, remolcó la pelota en las piolas, sellando así el talento que siempre tuvo en sus manos.
Gracias Scottie Pippen, por haber dejado tu vida en la duela; esa te la han robado ya, sólo te quedó el corazón.
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