Deportes Cristiano Ronaldo Selección Mexicana Mundial 2026 Liga MX selección nacional

Voz deportiva

Adrián Martínez Morales

LOS DELFINES PERFECTOS...

Uno de los mejores equipos de todos los tiempos en la NFL será por siempre el de principios de los setentas de los Delfines de Miami, nadie ha sido capaz de igualar lo realizado por ellos en la campaña 1972-73 cuando se fueron perfectos y terminaron con marca de 17 triunfos sin conocer la derrota, coronando la campaña al vencer a Washington en el Súper Tazón VII.

Comandado por Don Shula, el entrenador y jefe que más tiempo ha dirigido a los Delfines, aquel equipo que un año atrás había perdido el Súper Tazón venía deseoso de venganza y listo para cumplir el objetivo por encima de todo.

Aunque el año 1972 no inició como ellos lo querían, lo que vendría después los mantendría guardados en las más gloriosas páginas del deporte.

En el Súper Tazón VI, jugado el 16 de enero ante más de 80 mil espectadores en Nuevo Orleáns, los Vaqueros de Dallas llegaban como un equipo más completo y por eso vencieron 24 por 3 a los Delfines que fueron testigos del concierto de Roger Staubach, el mariscal de campo del equipo texano quien pasó para más de 100 yardas, con gran efectividad, sin ser interceptado y con dos pases de anotación.

Sin embargo, luego del receso de la pretemporada y con la cita de una campaña más en la NFL, Shula motivó a sus muchachos para iniciar una campaña perfecta, que nada fácil fue hilvanarla.

La semana uno presentó a Miami un escollo complicado, los Jefes de Kansas City, a los que doblegaron 20 por 10, a la siguiente semana vencieron 34 por 13 a Houston; para el primero de octubre el rival pactado era Vikingos de Minnesota, uno de los que más trabajo les costó vencer apenas 16 por 14; contra los Jets al siguiente partido se impusieron 27 por 17; a San Diego lo doblegaron 24 por 10; y llegó el primer duelo ante un rival añejo, los Bills de Búfalo, apenas los derrotaron con pizarra final de 24 por 23.

Fue el primer gran susto, y luego de respirar con tranquilidad en la siguiente semana, el 29 de octubre, cuando aplastaron 23 por 0 a Baltimore, de nuevo la pesadilla, Búfalo, aunque ahora fue más fácil y pasaron sobre ellos por marcador de 30 a 16; de quienes no tuvieron piedad fue de los Patriotas de Nueva Inglaterra, 52 por 0, y terminó el partido a favor de Miami, con tres anotaciones de Mercury Morris, dos de Marlin Briscoe y una de Larry Csonka.

El 19 de noviembre el triunfo fue sobre los Jets por 28 a 24; ante San Luis ganaron 31 por 10; en su siguiente partido, para el dos de noviembre, volvieron a doblegar a los Patriotas, ahora 37 por 21; a los Gigantes les pegaron por 23 a 13; y como sana costumbre volvieron a dejar en cero a Baltimore al pegarles 16 por 0.

En el primer partido de postemporada Miami anotó diez puntos en el primer cuarto y se fue en cero en el segundo y tercero, cuando Cleveland acechaba, volvieron a marcar diez en el último período para un triunfo de 20 por 14 como regalo de Navidad el 24 de diciembre, y así avanzaron a la final de la Conferencia Americana, a disputarse el último día del año, un apretado triunfo de 21 por 17 sobre los Acereros de Pittsburg, quienes se adelantaron en el marcador con anotación en el primer cuarto, Miami respondió con siete puntos y el empate antes del descanso, en el tercer cuarto la ventaja ya la tenían los Delfines al anotar 7 por 3 de la Cortina de Acero y en el último cuarto cada uno tuvo una anotación, suficiente para dar por segundo año consecutivo a Miami el pase al gran domingo.

Instalados ahí, el 14 de enero de 1973, ante más de 90 mil espectadores reunidos en el Coliseo de Los Ángeles, se vivió uno de los juegos más dramáticos y la ilusión de los Pieles Rojas quedó desecha en los últimos segundos.

Miami coronó una temporada perfecta; Don Shula se decidió por Bob Griese para tomar los controles, con un pase de 28 yardas para Howard Twilley ingresaron los primeros puntos a la cuenta y el punto extra de Garo Yepremian fue bueno; Giese mandó un pase bomba a Paul Wardfield, pero un castigo lo borró del marcador, sin embargo una intercepción de Nick Buoniconti regresada 32 yardas y un acarreo de una yarda de Jim Kiick dieron en el segundo período el 14 por 0 para Miami.

El juego tenía vida por delante y más cuando un tan seguro pateador como Yepremian vio que bloquearon su patada y al intentar pasar soltó el balón que fue recogido por Mike Bass y llevado 49 yardas a la zona de anotación en el último cuarto para poner los únicos siete puntos de los Redskins.

La temporada finalizó para los Delfines con el anillo de campeones en sus manos, entre tantas cosas dejaron marcas impresionantes en la liga como 291 primeros y diez, 5.6 yardas ganadas en promedio por jugada, 55.6 promedio de efectividad en los pases, 385 puntos a favor y 171 en contra, un promedio de 27.5 puntos por juego, 45 anotaciones, 26 por tierra, 17 por pase y dos en regresos; Csonka corrió para 1,117 yardas por 1,000 de Morris; Morral lanzó para 1,360 yardas y 11 touchdowns, en tanto que Griese apenas tiró cuatro anotaciones y 638 yardas, pero llevó al equipo a su primer título de la historia, sin saber que les vendría otro al próximo año.

Aunque como es costumbre los defensas no son muy nombrados, Manny Fernández tuvo 17 tackleadas en el Súper Tazón, Bob Heinz cerró tantos espacios como jugadas intentó Washington, Nick Buoniconti además de aquella intercepción fue el líder natural de los linebackers y por si fuera poco, el más valioso de aquel juego fue el safety Jake Scott, quien tuvo dos intercepciones y fue el primer defensivo galardonado como el MVP del juego.

Aquella defensiva no repetía sus formaciones nunca, era imposible de leer y por eso se les llamó ?La Defensiva sin Nombre?.

vozdeportiva@yahoo.com.mx

Leer más de Deportes

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Deportes

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 115811

elsiglo.mx