UN ARQUERO GOLEADOR...
Perdone usted por volver a hablar de futbol a una semana de haberlo hecho, pero creo que vale la pena.
Envuelto en una fiesta, llena de sus amigos y de los ?Grandes de América? como él los nombró, el arquero paraguayo José Luis Chilavert recibió su partido de homenaje.
Son muchas las anécdotas que ese par de guantes y ese par de botines se llevarán a la eternidad, no, claro que no exagero, menos de un guardameta que, debiendo de estar encerrado en el arco anotó setenta goles en una historia brillante.
Hace unos días, Denis Ramón Caniza, compañero de ?Chila? con la selección paraguaya traía al recuerdo las andanzas del ?gordo?, un tipo fascinante, carismático a más no poder y con un solo vicio, pero enorme, la pasión por la perfección.
Concentrado vivió siempre en su objetivo final, destacar entre los grandes y dejar enseñanza, como uno de los grandes porteros que el balompié sudamericano a de aquilatar y como un líder natural, con una voz seca y profunda que en los más airados entraba con los consejos del veterano.
Favorito de los chavales de los equipos en que estuvo, con frecuencia les hablaba de lo cuidadosos que debían ser con su dinero, de ser inteligentes para invertir la plata y sobre todo su consejo favorito ?practicar?.
Apenas hace unas horas le escuché en el programa Simplemente Futbol de Kike Wolf: ?todo lo conseguís si uno lo practica?, esto luego de recordar que jugando para Vélez Sarsfield de Argentina anotó un gol en tiro libre, un balazo salió de su pierna al poste del portero y sin atravesar la barrera, el arquero de aquel equipo declaró un día después que -Chilavert hacía siempre el mismo tiro, potente y al poste del portero, que nunca le volvería a anotar gol-, José Luis, entendiendo el mensaje comenzó ese mismo día a practicar los disparos por encima de la barrera.
En verdad era un enviciado del trabajo, Denis Caniza recuerda que siempre es el primero en presentarse a la práctica y el último en irse, al pendiente de cada detalle en torno a su equipo, involucrado por los entrenadores y con la misma directiva, partícipe de las decisiones importantes y un capitán en todos los sentidos.
Él mismo platica que su esposa le regañaba cuando regresaba del entrenamiento, le cuestionaba dónde se había metido, y le recriminaba que de seguro andaría de pachanga, pero tenía que explicar una y otra vez que su empuje compulsivo por la perfección le hacían entretenerse parando por horas debajo del arco, o pegándole a la pelota puliendo sus intenciones.
Un día le escuché a Chilavert recordar cuando se enganchó con Diego Maradona en un duelo verbal antes de un partido de la liga Argentina; confiesa que de haber cedido ante la presión psicológica del Diego habrían perdido, pero sacó la valentía y su equipo sacó el triunfo; Vélez visitaba al Boca Juniors de Maradona y Canigia, antes del juego en pleno volado, Diego Armando le dijo ?ya ?Chila? esténse tranquilos, son un desastre, les vamos a pasar por encima?, la respuesta fue por demás brusca: ?no estés tan seguro que habrá control antidoping?. Aún le remuerde la conciencia el haber agredido así a Diego, o a cualquier otro compañero de profesión, pero todo se permite en una cancha de futbol, dice el paraguayo, menos una patada artera. Luego de eso, Maradona quedó caliente y desconcertado, minutos más tarde saldría expulsado y su equipo se desfondó.
Entre otro de sus mágicos recuerdos, la mayoría con el Vélez con que fue campeón de la Copa Libertadores, la primera por cierto para el ?Virrey? Carlos Bianchi, como técnico, se trata de un tiro de penal, esa ocasión le tocó estar en la fusilera, cuando prefirió aproximarse al manchón penal para intimidar al rival, lo consiguió, eso que muchos le quisieron hacer cuando le tocaba ser el castigador, pero su pericia, o quizás mejor dicho su inteligencia estaba en muchas ocasiones por encima de los rivales, por eso sus logros a raudales.
Aunque su carrera como portero es más larga, a partir de 1993 Chilavert descubrió su capacidad para anotar goles, 70 son pocos para un delantero, pero demasiados para un arquero, de entre todos me quedo con uno que le hizo a River Plate, hubo una falta a favor de Vélez algunos metros detrás del medio campo, cuando todos se entretenían por discutir, reacomodarse, el golpeado en levantarse y los rivales en agruparse, ?Chila? se encaminó al balón y aceleró el paso cuando notó que el arquero de River había salido de su área a dialogar con sus defensas, a toda velocidad apareció desde atrás, cuando sus compañeros lo ven y le decían ?detente?, pero su respuesta fue: ?agáchate o te mato?, así de feroz fue aquel disparo por todo lo alto; el portero de River volvió pero totalmente confundido y mareado que se cayó entrando a las redes, exactamente donde el obús de José Luis fue a detenerse.
Sus notables atajadas fueron determinantes para darle éxito a los equipos en que participó.
Nació el 27 de julio de 1965 en Luque, Paraguay, a los 15 años de edad estaba ya debutando en la primera división con el Sportivo Luqueño, donde jugó desde 1980 a 1983, para el ?84 pasó al Guaraní de su país y en 1985 tuvo su primer experiencia en Argentina con el San Lorenzo de Almagro, de ahí pasó al Zaragoza de España para jugar de 1988 a 1991 y luego volver a Argentina para consagrar una carrera y ocho años jugando para Vélez Sarsfield desde 1992 hasta 2000 en que volvió a Europa con el Racing Strasbourg de Francia; los últimos momentos de su carrera en 2004 los vivió con la playera que más quiso, la de Vélez, en donde ganó títulos por todas parte, en la liga argentina, en la Copa Libertadores y en la Intercontinental ante el Milán Italiano.
Desde 1989 debutó con la selección de Paraguay, donde después se convirtió en el capitán y máximo referente nacional, considerado durante varios años el mejor arquero del mundo y aunque no hay un premio como tal, podría ser nombrado un ?tipazo del futbol?.
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