OTTEY, LA GANADORA SIN ORO
Uno de esos casos de longevidad llenó las piernas de Merlene Ottey, quien nació en 1960 y a sus 36 años en Atlanta 1996 se despidió de los Juegos Olímpicos tras haber participado en cinco ediciones.
Los seguidores del atletismo le llamaron ?la dama de bronce?, ya que por más que participó en mundiales y olímpicos nunca pudo ganar una medalla de oro en las pruebas que dominó por décadas, los 100, 200 y 400 metros planos.
Nació en Jamaica y brilló en las pistas de todo el mundo, con una zancada amplia y una velocidad de piernas que la tuvieron siempre ganando carreras, incluso completó récords y rachas impresionantes de carreras ganadas de forma consecutiva, pero a la hora buena nunca dio la entrega final.
Su presentación mundial la hizo en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, donde por primera ocasión se topó con el bronce en los 100 metros planos, nada malo para sus 21 años; en Los Ángeles 84 sus medallas fueron dos de bronce en 100 y 200 metros.
Para 1988, en plena madurez deportiva a los 28 años, Seúl fue su pesadilla y nada pudo lograr, a la final de los 100 metros ni siquiera llegó y en los 200 se quedó en la cuarta posición, ganando una serie de críticas y los pensamientos rondaban su retiro, que no llegó allí.
La siguiente cita olímpica de Barcelona 1992 la tenían como una de las veteranas y favoritas en las pruebas de velocidad, donde cogió otro bronce en los 100 metros.
Su preparación la acompañaba de dos grandes como Linford Christie y Frankie Fredericks, así llegó óptima a Atlanta 1996 donde en los 100 llegó pareja con Gail Devers en tiempo de 10.94, pero el ?photo-finish? dio el triunfo a la de casa, la norteamericana.
Así se despidió Ottey de los olímpicos, tras haber dejado un hermoso legado de velocidad y capacidad para correr las pistas con inteligencia, aunque le quedó la espinita de no alcanzar el oro, sin embargo es y será una gigante del atletismo.
Durante más de 15 años, la jamaicana se mantuvo entre las diez mejores velocistas del mundo, algo muy difícil de imitar, porque las pruebas de velocidad no ofrecen con frecuencia carreras muy longevas.
Una de las grandes rachas que extendió fue del 21 de mayo de 1989 al ocho de marzo de 1991, cuando encadenó 73 triunfos consecutivos en finales, más 15 eliminatorias; la racha se cortó cuando en una prueba bajo techo de 60 metros planos, la rusa Irina Privalova le ganó.
Su segunda mejor fila de éxitos fue de 57 en los 100 metros lisos, esa la inició en el mundial de 1987 y algunos años más delante hilvanó 36 victorias en los 200 metros planos hasta que perdió en Tokio 1991.
Marlene Ottey nació el diez de mayo de 1960 en Cold Spring, Jamaica y estudió la universidad en Estados Unidos, donde se graduó de Nebraska.
En total, Marlene ganó siete medallas olímpicas, dos de plata, ambas en Atlanta, en los 100 y 200 metros, además de cinco bronces, la primera en su debut en Moscú 1980, en la prueba reina del atletismo, además de dos en su segunda cita olímpica, en 100 y 200 lisos; luego de pasar inédita por Seúl 88, en Barcelona 1992 se colgó otra en los 200 y la última en los juegos mundiales fue en Atlanta 1996, en el relevo de 4x100 con el equipo jamaicano.
En tanto que en las justas mundiales ganó un par de bronces, en los relevos de 100 metros en Tokio 1991 y en Stuttgart 1993, en los 200 metros planos.
Tuvo también tres platas, la primera en Helsinki 1983 en 200 metros, una más diez años después en Alemania en los 100 metros y en la misma prueba dos años más tarde en Goteborg.
Y como era su costumbre, quedarse con los bronces, Ottey ganó siete en justas mundialistas, la primera en 1983 en Helsinki en el relevo de 4x100, dos más se colgó en Roma 1987, las pruebas fueron 100 y 200 metros, esa actuación la repitió en 1991 en Tokio y dos años después se quedó con otra presea en los relevos de 100 metros en Stuttgart y fue también en esa prueba que ganó su última medalla mundialista, en Goteborg 1995.
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