MONTANA; EL HOMBRE DEL SÚPER TAZÓN
Con el Súper Tazón a la vuelta de la esquina, sería oportuno recordar a uno de los más destacados jugadores en los juegos finales; Joe Montana, el niño lindo de los 49ers de San Francisco escribió grandes páginas en su vida deportiva, algunas de ellas en los Súper Domingos.
Hoy recordaremos sólo un poco de ese talentoso jugador.
Montana se convirtió muy pronto en el líder que los Cuarenta y nueves necesitaban, gracias a sus pies y a sus brazos, el equilibrio perfecto para un mariscal de campo.
A principios de los ochentas fue reclutado por los 49ers y fue el siete de diciembre de 1980, cuando dio muestras de su brillantez; apenas en su segundo partido como titular, ante los Santos de Nuevo Orleáns, su equipo perdía 35 por 7 al medio tiempo, pero tuvo el coraje y la determinación para hacer volver a su equipo y ganar 38 por 35.
En 1982, el 24 de enero, coronó una gran temporada; luego de dejar en el camino a los Vaqueros de Dallas entre otros, el equipo de San Francisco se impuso en el Súper Tazón XVI a los Bengalíes de Cincinnati por 26 a 21; ahí, Joe demostró ese grado exacto para colocar sus envíos, justo en la zona para que sus receptores se lucieran y los defensores se quedaran atónitos; su actuación ese año significó su primer título al Jugador Más Valioso.
Tres años después, el 20 de enero, Montana cerró con otro anillo de ganador y otro MVP la temporada 1984–85; completó 24 de 35 pases para 331 yardas y tres anotaciones sobre los Delfines de Miami en la edición XIX del Súper Domingo.
En 1986, el nueve de noviembre a menos de dos meses de haber sido operado de la espina dorsal y haberle removido un disco, Montana fue nombrado el jugador ofensivo de la semana en la Liga Nacional de la NFL, gracias a 13 pases completos de 19 enviados, para una ganancia de 270 yardas y tres touchdowns; ese día los Niners ganaron 43 por 17 al equipo de San Luis.
Cincinnati fue el mejor cliente de Joe, el 20 de septiembre de 1987, no pudieron consumir todo el reloj y dejaron oportunidad para que Montana encontrara a su receptor estrella, Jerry Rice, quien recibió y anotó para ganar el partido 27 por 26 sin tiempo para más; como a ningún otro equipo, Joe le ganó cuantas veces quiso a los Bengalíes.
De nueva cuenta, en el Tazón XXIII, el 22 de enero de 1989, los Bengalíes se toparon con Montana y los 49ers; luego del apretado partido, apenas con 34 segundos en el reloj, Joe conectó un envío de diez yardas con John Taylor para ganar 20 por 16 y coleccionar su tercer anillo de campeón. Randy Cross jugador de línea de los Niners dijo alguna ocasión: “Si quieres ganar un partido, anotar un touchdown o ganar un campeonato, el único que puede es Joe Montana”.
Detrás de la línea, Joe siempre cuidó las trayectorias de sus receptores, para leer las defensivas se pintaba solo y respetuoso del esfuerzo del equipo obligadamente corría un sistema perfecto, aunque habrá que dar mérito al extraordinario grupo de compañeros que lo acompañaron para ganar como nadie más en una década.
Como una verdadera costumbre, Montana y su equipo aparecieron de nuevo en el gran fin de semana de enero, en 1990 dominaron de cabo a rabo un partido ante los Broncos de Denver, se impusieron con facilidad, 55 por 10 terminó el tablero y además de su cuarto tazón ganado, por tercera ocasión Joe fue galardonado con el título de Jugador Más Valioso; aquel día lanzó cinco pases de anotación.
En 1993, los Jefes de Kansas City se hicieron de los servicios del veterano de 36 años Joe Montana, quien en el par de años que jugó para ellos los llevó a la postemporada, para quedar satisfecho de su carrera y con 38 años encima decidir dejar el juego que le dio todo, pero al que le regresó sin dudar lo que pocos mariscales han ofrecido al deporte de las tackleadas, la inteligencia de comandar a un equipo dentro del campo y especialmente en situaciones complicadas, le encantaba la presión de los últimos cuartos.
Montana nació en New Eagle, Pennsylvania, el 11 de junio de 1956 y estudió en la Universidad de Notre Dame, de donde pasó con los 49ers de San Francisco.
Aún queda mucho que platicar y saber de Joe, esto nos compromete a regresar al tema en fechas próximas.
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