JULIO... CÉSAR... CHÁVEZ...
Decir adiós no es tan fácil, menos cuando se ama tanto la profesión de la que se despide; el boxeo ha sido todo para Julio... César... Chávez, así como él también ha sido mucho para el deporte de los puños, un romance único y una proyección total.
Cuántos no han dicho ¡Salve César! y es que 107 peleas a cuestas, con 102 triunfos y 86 por la vía rápida, con sólo tres derrotas y dos empates, además de cinco títulos en tres diferentes divisiones, no son cosa de todos los días, son pocos los fenómenos como el mejor libra por libra de todos los tiempos en nuestro país.
El solo hecho de nombrarlo como el mejor mexicano es ya mucho, pues son bastantes los ídolos guardados en el recuerdo, desde el lagunero Alberto ?Baby? Arizmendi, Rodolfo ?Chango? Casanova, Luis Villanueva Páramo ?Kid Azteca?, Raúl ?Ratón? Macías, Vicente Saldívar, Rubén ?Púas? Olivares, Sal Sánchez, Ricardo ?Finito? López y otros más.
Hay muchas cosas que le han cuestionado a Julio, sobre todo a últimas fechas en su vida personal, pero algo habrá de quedar claro, así de auténtico como fue en el ring, así también ha conducido su vida, simplemente franco.
El César ha dejado en la memoria récords para la posteridad, como haber reunido a 132,274 personas en el Estadio Azteca, el 20 de febrero de 1992, para derrotar a Greg Haugen, imponiendo una marca Guinnes; contando esa y tres peleas más, en un año reunió a 262,272 personas.
Él mismo es quien más peleas de campeonato mundial ha disputado, con 36, en peleas titulares tiene 31 triunfos, dos empates y tres derrotas, dos de éstas fueron al intentar conquistar su cuarto título en la división welter.
El originario de Ciudad Obregón, Sonora, pero adoptado por Culiacán, Sinaloa, defendió 29 veces sus títulos, estuvo 13 años, 11 meses y 24 días invicto, desde su debut en 1980.
Por si fuera poco, Julio es el boxeador con más peleas de título ganadas por la vía rápida, habiendo peleado la mayoría de sus combates en los Estados Unidos y México, además España y Francia.
Chávez nació el 12 de julio de 1962, en su carrera amateur ganó 14 peleas por una sola derrota, al iniciar como profesional empezaron a llegar las victorias a raudales, cada vez que subía al cuadrilátero era ofrecer un verdadero espectáculo, un boxeo en corto, inteligente, acomodado al rival en turno, de mucho intercambio y como siempre destacándose su resistencia al castigo y su potencia, además del hábil manejo de manos en corto, sus combinaciones solían ser mortales, la experiencia, además, le fue dando la visión de análisis profundo para desnudar las intenciones del rival.
Con su cintilla en la cabeza era tradición verlo subir al encordado, respaldado por su equipo de trabajo, el 13 de septiembre de 1984 tuvo su primera gran pelea, fue en Los Ángeles, California, donde derrotó a Mario ?Azabache? Martínez y conquistó así su primer título en la división superpluma del CMB.
Luego de nueve defensas decidió subir al peso ligero para retar al puertorriqueño Edwin ?Chapo? Rosario, de quien dio cuenta en 11 episodios para ganar su segundo título.
Más tarde unificó el título AMB con su compadre José Luis Ramírez, a quien venció en una salvaje pelea, recordada para siempre en 11 round y por vía decisión técnica; un pleito en el que se graduó, ya no era el pequeño y naciente campeón, sino una realidad del buen pugilismo.
Fue muy rápido que subió a superligero para disputarle el campeonato a Roger Mayweather, a quien también venció, para más tarde confirmar su reinado y tambalear por primera vez dentro del ring, cuando el 17 de marzo de 1990, según la cadena de televisión estadounidense HBO tenía a Meldrick Taylor como claro ganador por puntos, sin haberle dado un solo round a Chávez, esto forzó a Julio a sacar un potente golpe que tendió noqueado al moreno a nueve segundos de que concluyera la pelea.
Esa fue la consagración, le quitó el título de la FIB para defenderlo junto al del CMB durante ocho pleitos más, hasta que el 20 de febrero de 1992 ocasionó la locura en su país, por primera ocasión una pelea de box fue transmitida por televisión, sólo por pago por evento. Por cierto, fueron insuficientes los establecimientos que la transmitieron.
Luego de eso, Pernell Whitaker no concedió la oportunidad a Julio y terminaron empatando en el intento del mexicano por alcanzar el título en la división welter, regresó a su división para una defensa más en el superligero, pero eran evidentes ya las malpasadas de Chávez y el desorden personal y de entrenamientos; por eso para muchos no fue sorpresa su primera caída; no sólo visitó por primera vez la lona ante Frankie Randall, sino que también perdió ese inolvidable 29 de enero de 1994.
Luego de ese berrinche tremendo, tomó conciencia por unos meses más para el siete de mayo del mismo año recuperar su cetro y ofrecerlo en cuatro ocasiones, defendiéndolo de manera exitosa.
En el ocaso de su carrera y cuando los resultados ya no le acompañaron, volvió a perder, ahora ante Óscar de la Hoya, en donde muchos consideran entregó la estafeta; Julio había llegado con una herida en la ceja sin cicatrizar por completo, así que salió tinto en sangre.
Luego empató con otro mexicano, Miguel Ángel González y en la revancha con De la Hoya quizás dejó en claro el corazón enorme que siempre cargó encima, ese que salía a los guantes para impactar a los rivales, volvió a perder, pero entregó su vida entera tratando de sacar aires de juventud cuando cargaba ya con 36 años, por 25 del ?Golden Boy? pleno en facultades; Julio fue todo pundonor y entrega, sus golpes cargados de veneno, pero en cámara lenta en relación a la velocidad de Óscar.
Las historias del ?César? son más que éstas, pero nunca nadie podrá dejar en el olvido el limpio gancho de izquierda, el ?uper? tan marcado y los golpes de marro que a más de 70 estremecieron en la lona.