EL PRIMER GRAN PELOTERO
Hace apenas unos días recibí vía mail la sugerencia de un lector de recordar a grandes, o más bien gigantes del deporte de todos los tiempos; no sé si por algo en especial, Héctor Gerardo Castañón Cuadros, en su listado inicia con seis peloteros de los más emblemáticos, Willie Mays, Hank Aaron, Babe Ruth, Michey Mantle, Joe DiMaggio y Ted Williams, pero al tratar de responder a su invitación encontré en mi máximo tesoro, los libros, que antes de ellos existió un hombre simplemente genial en los diamantes, le llamaron “Ty” como abreviatura de su nombre, pero lo que nunca nadie pudo abreviar fue su capacidad de conectar de hits, de anotar carreras y robar las bases.
Los antecesores de las grandes figuras de mediados del siglo pasado tuvieron a dos grandes pilares en la rica historia del Rey de los Deportes; uno de ellos Ty Cobb y el segundo Babe Ruth, dos estilos totalmente diferentes dentro del juego de pelota, pero quizás el orden que se guardó en Cooperstown, en el Salón de la Fama dicte el orden generacional de ambos; Cobb fue el primero en ocupar un lugar en el recinto de los inmortales, en 1936 se abrieron las puertas para él, justo un año después que “El Bambino” se retiró.
Tyrus Raymond Cobb nació el 18 de diciembre de 1886 en Narrows, Georgia, Estados Unidos y antes de cumplir los 20 años se había convertido en profesional del beisbol, debutó con su equipo de toda la vida los Tigres de Detroit un 30 de agosto de 1905.
Desde aquel año y durante más de dos décadas, hasta 1926 vistió con la franela de los felinos, a los que dirigió siendo jugador de 1921 hasta que se fue a Philadelphia para cerrar su carrera como jugador en los años 1927 y 28.
Durante muchos años y hasta la época moderna del beisbol Ty mantuvo las mejores marcas dentro de los libros históricos, sigue siendo parte de ellos y nada más recordar su .366 en porcentaje de bateo de por vida para estar ubicado en el sitio de honor, además de ser segundo en hits conectados con 4,189, cuarto en robos con 892 estafas y segundo en carreras anotadas con 2,245.
En 12 ocasiones Cobb fue el líder de bateo de la Liga Americana, nueve de esos títulos fueron consecutivos de 1907 a 1915, además en tres temporadas bateó por encima del .400, su más alto porcentaje lo alcanzó en 1911 con un .420 y hablando del porcentaje de Slugging, es decir la cantidad de contactos con la pelota al encontrar gente en bases, de por vida se quedó con un .512.
La figura, seca, alta y espigada de Cobb quedará guardada en las pinturas de aquellos años; aunque para lanzar su perfil era derecho, al tomar turno en la caja de bateo se paraba como zurdo, con los brazos tirados para atrás, el compás bien abierto y concentrado en el siguiente lanzamiento; los que lo vieron relataron que era de esos jugadores inteligentes y capaz de ajustarse a cada lanzador que tenía entre ojos, simplemente un jugador adelantado a su época.
Para sus años de jugador no existía aún el reconocimiento al Jugador Más Valioso de la temporada, pero sin duda lo hubiera ganado por unanimidad.
Contrario a lo que muchos pudieran pensar, Tyrus nunca fue un jugador de poder, más bien conectaba con frecuencia, pero en 24 temporadas, apenas conectó 118 cuadrangulares, sin embargo aquellos fueron años de muchos cambios y por supuesto el vuelo de la pelota se modificó según la fabricación y en sus últimos años, para ser precisos en 1925 en un solo partido conectó tres estacazos de vuelta entera.
Su sobrenombre “The Georgia Peach”, le acompañó durante toda su carrera, pero junto a eso le acompañó un talento impresionante, una visión perfecta para elegir los lanzamientos y también un rígido carácter que muchos le cuestionaron, pero eso será más parte del mito que de una realidad poco conocida, un tipo que simplemente robó la liga en los años que la jugó.
La sugerencia de Héctor, habla también de varios atletas, nadadores, basquetbolistas, pilotos y miembros del futbol americano; sólo repito mi respuesta; ojalá tengamos tiempo suficiente de revivir cada gran momento y a cada gran deportista.
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