Pocas, poquísimas veces se ha sentido tan entusiasmado este columnista por viajar durante la semana mayor. Ello responde a varias razones –sobradas veces hemos venido platicando sobre las bondades implícitas en transportarnos a otras latitudes- y quizá la principal es poder alejarme del circo en estado de putrefacción que es (y ahora con mucho mayor enjundia) la política mexicana. Ello me significa que durante diez espléndidos días olvidaré todo contacto con el mundo moderno (adiós Internet, la respetabilísima vena periodística y objetividad de los informativos de TV AZTECA) para encontrarme con lo profundo; el México presente en apariencia pero olvidado en la práctica. De la “caja idiota” lo único que anhelaré con locura serán las inteligentes epístolas para vivir mejor que con suprema facilidad les receta “Mamalena” a la bola de imberbes que siguen la interminable saga de “Mirada de Mujer”; o parafraseando a respetable ortodoncista lagunero: “Mi garra de mujer”.
Vamos a Oaxaca, tan visceral e imponente; tan gentil y amable como sus habitantes. Sobra decir que, para variar y no perder la costumbre, el grupo que emprende tan caótica aventura está compuesto por un casting tan singular que ni Luis Buñuel y Salvador Dalí hubieran podido recrear cuando filmaron “El perro andaluz”: la familia inmediata entera y diversas admiradoras de Patricio su servidor que saben que sin la compañía femenina no sobrevivo ni 24 horas. Ahorita me encuentro en momento de catarsis e introspección plena ante el interrogante que cualquier mexicano –somos tercermundistas especialmente cuando viajamos- suele hacerse aunque vaya a estar doce horas de visita en Monterrey por cuestión de negocios: ¿Qué diablos meto en las petacas?
Pero ya me estoy adelantando. Durante la Semana Santa publicaré cualquier sandez y ya la crónica del “MAGICAL MYSTERY TOUR” oaxaqueño vendrá pasadas las fechas a las cuales previamente dimos mención. Por lo pronto nos estaremos dedicando a narrar algunas chuladas recientes que acontecieron en tierras laguneras. Debido a razones oscuras, aquí su pachuchote hubo de exiliarse por tiempo indefinido y gracias a ello saltaron a la vista algunos eventos que a continuación reseño:
El agente oo7
Pidió el miércoles pasado que Carlos Herrera comprara el Santos y dicha idea me parece sencillamente estupenda. Y si Don Carlos no pudiera o quisiera ¿Acaso no existen hombres de peso y arraigo que con visión y entrega estén dispuestos a sacar del atolladero a un club que confiere sentido de orgullo, identidad y pertenencia a la región? Esperemos las cosas se hagan bien y bonito y luego no salgan con que el siguiente dueño del equipo resultó ser Ángel Isidoro Rodríguez “El Divino”, quien vale la pena mencionar, es verdaderamente simpático. ¿Acaso no lo son la mayoría de los pillos?
Esquina bajan
Llego a la comarca y un funcionario de la línea aérea (que no es Aerocalifornia, si no nunca hubiésemos arribado) alza su prepotente voz al grito de –cualquier empleado con radio adquiere tintes de mesiánica autoridad - ¡no puede hablar por teléfono en esta área de la terminal! Confieso haber perdido la cordura dado que lancé senda letanía: ¿si no hay letrero cómo demonios quiere que ciento cincuenta pelados adivinemos que el uso del celular no está permitido? Y ya picado –muy digno yo, casi como Gloria Marín en pantalla- solté la última retahíla de sabiduría poética: Yo apago mi aparato el día que la maldita y tan anunciada ampliación del Francisco Sarabia quede lista como nos lo vienen prometiendo desde tiempos remotos.
¿Quién se creen?
Bejarano para aseverar que es víctima de una persecución política. Diego Fernández de Cevallos al exigir un proceso justo hacia Carlos Ahumada cuando él ha prostituido, vilipendiado y hecho añicos el sistema –tan endeble- legal mexicano.
Misterios sin resolver
En restaurante de Torreón un grupo de lectores amablemente ofrece la mesa para tomar café y platicar de todo aquello que en Coahuila y Durango preocupa. De eso ya son cinco días y todavía me hace ruido comprometedora pregunta: ¿Y usted, Patricio, qué cree vaya a hacer Guerreo Mier cuando deje la silla? Hasta el día de hoy llego a una propuesta que percibo tendrá éxito: nada, por el bien de la patria.
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