SUN-AEE
México, DF.- Irreverentes por naturaleza, Atenas ya sintió su presencia cuando su cámara fisgona y desenfadada penetró, con todo y la férrea seguridad, en zonas vedadas a los turistas olímpicos, por algo Yolanda Andrade y Montserrat Olivier están a punto de concluir su propio ciclo televisivo como Las Hijas de la Madre Tierra.
A cuatro años de emprender su propio programa que si algo ha significado para ambas ?es haber roto lo que no se podía decir por televisión?, Yolanda Andrade, rebelde por convicción y Montserrat Olivier, de padre militar, confiesan locuras y su lado más puro, el emocional.
Ante los rumores que hablan de una ruptura entre ustedes después de Atenas, ¿cuál es la verdad?
Yolanda: Queremos seguir con el programa y nuestra amistad va más allá de estar al aire o juntas en televisión. Estos cuatro años no los cambio por nada, pues sin contar con los apoyos que tienen otros, pudimos marcar nuestro propio estilo y no dejamos de hacer lo que nos propusimos.
Montserrat: Lo vivido con Yolanda es único. Si algo tenemos Yolanda y yo es la sinceridad, somos auténticas porque si algo odio es la falsedad. Como modelo no podía hablar ni mostrar mis sentimientos, te ven frívola y hasta sangrona. Por el contrario, soy demasiado querendona y me importa mucho lo que dicen de mí.
Soy hiperactiva, siempre me he querido comer al mundo y ahora en Atenas lo he demostrado.
De los reportajes más comentados en Atenas, para Las Hijas de la Madre Tierra ha sido grabar la zona roja, un beso de ?antología? dado por Yolanda a un galán griego y el ocaso en la isla de Santorini, la isla del encanto...
?¿Lo que nunca haríamos? -revelan- es encuerarnos y nunca atacar a alguien en su vida personal. Lo más peligroso hasta ahora ha sido nadar con tiburones, mantarrayas y morenas; y lo más divertido un programa que hicimos sobre efectos especiales y treparnos a motocicletas y ambulancias?. Así, Las Hijas de la Madre Tierra concluyen su ciclo olímpico.