CRÓNICA URBANA
EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- El fervor patrio reflejado en una bandera, en un rehilete y en todo tipo de figuras, ya está presente. En un armazón rodante, en las esquinas de las calles, plazas y centros comerciales, los colores de la enseña patria se aprecian en dichos objetos. El Día de la Independencia está cerca y es el tiempo donde a la Región Lagunera arriban de los estados del sur, flotillas de vendedores de rasgos indígenas que vienen contratados a cambio de un salario fijo aproximado a los tres mil 200 pesos por un mes. Tal es el caso de Iván Díaz, un chico simpático de 19 años oriundo de Toluca, quien dice que emplearse en este tipo de trabajo le resulta divertido, pues le permite viajar y conocer otras entidades. Aunque ahora es la primera vez que se retira a una mayor distancia de su casa, pues lo había hecho a Guerrero, Puebla y Oaxaca, pero son estados más próximos a su lugar de origen. Platica que lo emplea un patrón que es muy considerado con ellos, pues el pasaje de ida y vuelta, el hospedaje y la comida, ya están asegurados. Cuando acaba la venta de estos “símbolos patrios”, dice que es cuando reciben su paga. sus compañeros y él se distribuyen tanto en Torreón, Lerdo y esta ciudad. Incluso comenta que compiten con otro grupo de vendedores que vienen de otro municipio cercano al lugar donde él vive. Banderas de todos tamaños y figuras de conocidas tiras cómicas revestidas con prendas y accesorios con los colores verde, blanco y rojo se encuentran en estos carros ambulantes. Según cuenta Iván “su patrón”, empieza a confeccionarlas seis meses atrás. A los dos meses antes del 16 de septiembre, junta a los vendedores y al mes de este acontecimiento, los envía para que los comercialicen. Expone que los estados del norte, son más susceptibles a este tipo de artículos, por eso el éxito de las ventas. Lo anterior no ocurre de igual medida en los estados del sur, porque allá es donde “como quien dice, está la mata dando”. Iván tiene ocho hermanos y sólo estudian los más pequeños. Los mayores y él, trabajan para apoyarlos en sus estudios. “Preferimos que los menores estudien, ya que de esta manera nos acomodamos para ayudar a nuestro padre, quien es comerciante”. Desde hace ocho días llegó a la Comarca Lagunera y platica que la gente le ha dejado buena impresión, pues hasta el momento no ha percibido algún trato discriminatorio por parte del resto de los vendedores que se ubican alrededor de la plaza principal. Manifiesta que las fiestas del 15 de septiembre en su entidad, acaban en zafarranchos provocados por muchachos de su edad. Se alborotan por cualquier cosa, “hasta por mirar, uno puede salir con un ojo morado”. Sus compañeros vendedores le han dicho que las celebraciones en esta región son calmadas, por eso espera presenciar el Grito de Independencia. Manifiesta que esta vez, lo único que extrañará es la comida que en su casa elaboran para tal acontecimiento: los nopalitos con cilantro y queso, mezclados entre tomate y cebolla finamente picada, “sé que por acá no comen ese platillo el Día de la Independencia, pues qué raro... entonces no son mexicanos”.
En todos lados
Las banderas alusivas al Día de la Independencia ya están por todos lados.
Las más económicas cuestan diez pesos.
Las figuras de personajes de tiras cómicas con sombrero mexicano, se encuentran hasta en cinco pesos.
La gente en las calles ya las está comprando.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón