LONDRES, (Reuters).-Enfrentada a una nueva polémica por su futuro matrimonio, Camilla Parker Bowles ha insistido en que le haría feliz que no la llamasen reina cuando el príncipe Carlos se convierta en rey.
Sin embargo, eso requeriría un cambio en la ley puesto que Camilla asumirá automáticamente el título de reina en el momento que Carlos suceda a su madre, la reina Isabel.
Existe una gran confusión en los prolegómenos de la boda de Carlos con su amor de décadas, el próximo mes. El lugar del evento ha sido modificado, los expertos constitucionales cuestionan la legalidad de una ceremonia civil y la monarquía decidió no asistir al enlace nupcial de su hijo en el ayuntamiento.
Ahora la mujer a la que una gran mayoría atribuye la ruptura del matrimonio de Carlos con la fallecida princesa Diana se encuentra inmersa en otro enredo legal.
Muy consciente de los recelos públicos sobre su amada, Carlos había descartado que la divorciada madre de dos hijos asumiera el título de reina cuando él accediese al trono.
Los sondeos reflejan que la opinión pública británica ha llegado a aceptar su relación de 35 años pero sólo una pequeña minoría cree que debería ser reina.
Al anunciar su compromiso, Carlos dijo que su futura esposa sería conocida como "princesa consorte" cuando él subiese al trono.
Sin embargo, el gobierno británico, interrogado en el Parlamento sobre esta delicada cuestión, dijo el lunes que sería necesario cambiar la legislación británica para negar a Parker Bowles el título de reina.
Las complicaciones no cesan ahí.
La ley también tendría que modificarse en los países de la Commonwealth como Canadá, Australia y Nueva Zelanda que tienen una constitución monárquica.
Eso podría alentar a la resistencia republicana acerca del rol decorativo de la Casa de los Windsor en esos países.
El miembro laborista del Parlamento Andrew McKinlay, que sacó el tema en la Casa de los Comunes, dijo: "El príncipe Carlos ha sido menos que sincero con el país".
"El sabe que en 1936 se estableció que la esposa del rey se convertía automáticamente en reina a menos que se apruebe una ley en sentido contrario".
A pesar de los grandes titulares que anunciaban "Camilla será reina" en todos los periódicos sensacionalistas obsesionados con la realeza en Gran Bretaña, los asesores de Carlos insistieron: "Nada ha cambiado".
"El príncipe de Gales y Camilla Parker Bowles son completamente felices con que ella sea conocida como princesa consorte", dijo su portavoz a Reuters. "Siempre hemos aceptado que podría ser necesaria una ley".
Los planes de boda han sido considerados por muchos como un fiasco desde que la pareja anunció su compromiso en febrero, incrementando el contraste con la boda de Carlos y Diana de 1981.
Entonces, 800 millones de teleespectadores en todo el mundo siguieron la ceremonia en la Catedral de San Pablo en Londres.
El 8 de abril, sólo 30 personas asistirán a la ceremonia civil de Carlos y Camilla en el Ayuntamiento de Windsor, un escenario menor frente al imponente Castillo de Windsor.
