BANDERAZO DE SALIDA.- Qué agradable y cálida es la mirada de una muchacha bonita al segundo cóctel... Enterrar los dedos en los largos y sedosos cabellos de una chica de oídos tibios... Identificar en el tacto el perfume que se puso la mujer que nos interesa... Coincidir: cómo me gusta esa canción... Descubrir que, al bailar, nuestra nariz queda exactamente a la altura de su oreja... Soñar con ella y verla, al día siguiente, más maravillosa... Que nos diga: ?Hoy cumplo años. Pero cálmate, no saltes. Yo te compré un regalo a ti?... Qué delicioso es oír que alguien nos dice: ?Para qué salir ¿No estás a gusto aquí?...?. Ver que unas manos femeninas se posan en las nuestras, sobre el volante y escuchar la pregunta: ?¿Me enseñas a manejar??... Qué maravilloso es encontrar a alguien que nos confiese: ?Me gustan las flores, la poesía, y tus ojos?.
CURVA PELIGROSA.- Saber que alguien, cerca o lejos, aquí o allá, piensa que valemos la pena... Que tenga agilidad mental, que posea un buen apetito... Qué agradable resulta encontrar una chica que sepa cuál es la diferencia entre pop y op, entre Camps y Kant, entre Whitman y Baudelaire, con alguien que no sea tímida, que no nos hable de usted, que prefiera la minifalda, que no se escandalice como una niña tonta ante algunos conceptos liberales de la vida... Que sea atrevida para vestir, pero elegante; que hoy se nos presente con un peinado y mañana con otro... Qué delicioso es encontrar a una mujer que nos permita comprenderla un poco, que sepa guardar silencio cuando no hay de qué hablar porque las palabras sobran.
RECTA FINAL.- Que fantástica nos parece la sonrisa casual, pero tan significativa, de la muchacha de las medias blancas que está sentada frente a nosotros... Que la orquesta toque la música que sabemos bailar... Una mejilla firme y fresca, que al rozarse contra la nuestra, nos haga estremecer... Ver a tres chicas minifaldistas, de andar ligero, de sonrisa fácil, que ríen al ser salpicadas de agua por un coche que pasa por la calle... Que tenga rodillas con hoyuelos... Una chica rica, pero sencilla, comprensiva, elegante y mundana... Encontrar a una muchacha de profundos ojos negros, de nariz respingada con la cual iniciar una larga charla sobre música clásica, sobre autores famosos, que no tenga un lenguaje vulgar, que no base su educación en repetir frases dichas mil veces, trilladas y sin pizca de ingenio... Cómo se desea encontrar una muchacha que, siendo hija de familia, piense con independencia sobre su vida, sus aspiraciones, su modo de encarar la vida.
META.- Qué grata impresión nos causa el comprobar que las pestañas que creíamos postizas, no lo son... Un ?Sí? susurrado, no hablado... Una llamada sorpresiva: ?Sé que no debería hablarte, pero sentí el irresistible deseo de hacerlo, ¿me perdonas??... Una muchacha que jamás diga de otra: ?Mira qué ridícula se ve, es tan cursi la pobrecita?... Que sepa hacerse un bikini con dos paliacates... Que baile descalza, en forma ondulante, pero sólo para nosotros... Que diga ?No?, queriendo decir ?Tal vez?... Que sea romántica y dulce, pero práctica, que ame con el corazón y con la cabeza, y no sólo por apariencias... Que prefiera quedarse de nuestro lado, aunque las amigas se la quieran llevar a una fiesta... Que nos arrulle con su voz, contándonos boberías, y que después se convierta en una mujer interesante y formal... Que no se detenga a arreglarse el maquillaje ante todo el espejo que encuentra... Que tenga espíritu deportivo, segura de sí misma, tierna y sensual... Como deseamos a una chica muy femenina, que no tenga oídos, ojos, atención y penetrantes miradas para nadie, excepto para nosotros.
