BANDERAZO DE SALIDA.- (Impresiones de N. Y.) Sobre los altos rascacielos de Nueva York es común ver volar a grandes halcones que vienen de los acantilados cercanos, y notar que de pronto uno se lanza en rápida picada para atrapar a una paloma que vuela bajo. Hay ornitólogos que observan las aves y que aseguran haber visto halcones que miden hasta 1.85 metros con las alas extendidas? Esas aves se posan en las salientes de los altos edificios y algunos trabajadores de la iglesia Riverside aseguran que hay halcones que usan los campanarios de la misma para comer allí las palomas que atrapan al vuelo, y han visto también a otros halcones llevarse restos de su presa para dejarlas caer al río.
CURVA PELIGROSA.-Los halcones vuelan silenciosamente sobre Nueva York, como los gatos cuando cazan una presa. Desarrollan velocidades increíbles y en segundos descienden de lo alto a la torre de un rascacielos, o emprenden súbitos vuelos entre los cañones formados por los altos edificios? Una vez, tres halcones pasaron en vuelo rasante sobre un grupo de mujeres sentadas en la terraza del hotel St. Regis, y en otra ocasión un halcón atacó a un lava ventanas en el piso 38 de un edificio del sur. Dos muchachas que tomaban sol en la azotea de un edificio de 40 pisos, bastante ligeras de ropas, se quejaron de haber visto a un planeador volar muy cerca de ellas. La policía comprobó que habían visto la sombra silenciosa de un halcón que volaba por allí.
RECTA FINAL.- Cuando los famosos almacenes Macy?s cierran sus puertas, diez perros Doberman, negros y grandes, recorren todas las dependencias para descubrir si alguien se quedó escondido. Recorren los veinte pisos del almacén y ladran ante cualquier cosa rara, incluso una llave que quedó abierta en al baño, una tubería rota, o un cigarrillo humeante en el piso... Los barrios de la Gran Urbe de Hierro están bien definidos: Artistas, beatniks, bohemios y drogadictos viven en Greenwich Village; los negros en Harlem, donde antes estuvieron los judíos y los alemanes; los puertorriqueños y otros latinos viven en el West Side; los chinos alrededor de la calle Dover, y los ricos se repliegan en el lado Oeste.
META.- A la lujosísima joyería Cartier entra una pareja elegantemente vestida, y el caballero pide ver lo mejor en collares. El dependiente sonríe y trae un estuche de terciopelo con un reluciente brazalete. La mujer lo admira y su acompañante, solícito, se lo pone en la muñeca. La mujer dice que le gusta y el hombre saca su chequera. De pronto, la mujer le pregunta al dependiente si no tiene aretes que hagan juego con el brazalete. El dependiente se aleja a buscarlos, y de pronto el hombre y la mujer salen de la tienda en rápida huida, llevándose el costoso brazalete.
