BANDERAZO DE SALIDA.- Una tarde me encontraba sentado en un cafetín de Lyon, importante ciudad gastronómica de Francia, cuando tres meseros, jubilosamente, colgaron un pizarrón para que todos los transeúntes lo leyeran. Decía: ?El Beaujolais nuevo ha llegado?. Le pregunté a un mesero qué significaba aquello, y asombrado por mi ignorancia, me dijo que el Beaujolais era el mejor y más generoso vino francés, y que el anuncio celebraba que la nueva cosecha de dicho vino ya estaba a la venta. Y para mi mayor sorpresa, comenzaron a llegar al cafetín clientes presurosos que pedían una copa del vino que se anunciaba.
CURVA PELIGROSA.- Más tarde supe que el Beaujolais es un vino tan famoso, que se dice es el tercer río de Lyon, después del Ródano y del Saone. Este vino se cosecha en grandes barricas, y desde el tercer jueves de noviembre alegra el corazón de millones de bebedores de Francia, Nueva York, Tokio y muchos otros países del mundo. El vino, de nombre muy francés fue, hasta los años 50, consumido en tabernas baratas de Lyon, y el preferido de carretilleros y cargadores del mercado. Y se vendía tan poco, que muchas veces fermentaba mientras era transportado en carreteras, y había que tirarlo por su mal sabor.
RECTA FINAL.- Pero en los años 60, los bodegueros de Borgoña se interesaron en mejorar ese vino. Hicieron una selección de uvas y cambiaron su sistema de fermentación, y el Beaujolais renació como un vino amable, sin pretensiones pero excelente al paladar. Por cuanto a su nombre, se debe a la región de Beaujolais, poco conocida, donde se dan las mejores cosechas de uva gamay negra de zumo blanco, de donde se extrae el vino, fermentado y destilado en grandes barricas de madera. Probé el vino que no conocía, y me gustó su suavidad y su nobleza.
META.- El Beaujolais es un vino sin pedigree ni pretensiones, que combina bien con carnes, mariscos y pescados. Me dijeron que la región donde se produce es un vergel, con bosques verdes, hermosos castillos medievales y residencia palaciegas. Al parecer, los dueños de esas tierras no sabían la riqueza que tenían en sus viñedos, y muchos estaban arrepentidos de cosechar esa uva negra que nadie quería. Hoy, el Beaujolais es tan famoso y tiene tanta demanda, que es el único vino de Francia cuya producción se vende antes de iniciarse. Se consume bien nacionalmente, pero se exporta una gran cantidad del mismo, y los vinatecos de esa región se han vuelto ricos en poco tiempo.