La calidad de vida se defina como un buen cuya apreciación aumenta cada vez más a la sociedad moderna. Aunque, como a continuación se define, se trata de una magnitud en la que incluyen numerosas variables no necesariamente médicas, en el campo de la medicina está comenzando a constituirse como el filtro a partir del cual se evalúa la pertinencia o no de las actuaciones médicas. Mas aún, en campos de la medicina en los que no se dilucida de manera directa el riesgo de muerte o de quebranto grave de la salud, la calidad de vida adquiere un peso crucial. Éste sería el caso de la medicina preventiva y del que aquí nos ocupa, el climaterio/menopausia.
Para aclarar si la menopausia tiene o no influencia sobre la calidad de vida de la mujer y si la Terapia Hormonal Sustitutiva (THS) ayuda o no a ese respecto, se requiere antes concretar adecuadamente algunos matices relativos de la calidad de vida.
Desde el punto de vista conceptual, la calidad de vida tiene dos propiedades. Por un lado, posee un contenido amplio. Porque integra múltiples facetas de la vida del individuo. Por otro lado, es un concepto socialmente muy deseado en las sociedades modernas de nuestro tiempo, donde se ha superado la postura negativista, en la que la enfermedad era el accidente a evitar y cualquier situación donde ésta no estuviera presente constituía el estado deseable. Esta ausencia de enfermedad ha sido incorporada, aunque no negada, en una percepción más amplia, según la cual el individuo puede gozar de distintos escalones de satisfacción según las condiciones que le ofrece el entorno y las capacidades funcionales de su organismo.
Ya en la década de los 70 surge un movimiento que insiste en que las condiciones objetivas no se correlacionan necesariamente con la percepción que el individuo tiene acerca de su calidad de vida, puesto que, por encima de cierto nivel mínimo de vida el determinante fundamental es la satisfacción, y ésta surge entre la situación que el sujeto vive y sus expectativas y necesidades, tal y como él mismo las percibe. De esta forma, es probable que un individuo de una tribu africana no coincida con un habitante de la unión europea a la hora de destacar que elementos considera determinantes para garantizar un nivel óptimo en su calidad de vida.
?La calidad de vida sólo puede ser medida o valorada de forma satisfactoria a través del conocimiento de las opiniones de los propios pacientes, que deben suplementar los instrumentos elaborados por los expertos?.
