Durango

A la baja, ventas en romerias

Falta de empleo ha provocado que haya menos movimiento en las afueras del Panteón de Oriente

Los pasillos de la calle prolongación Pino Suárez, que en otros años para el mes de noviembre se vieron abarrotadas de gente consumiendo alimentos, cañas, cacahuates y flores, ahora presentan un cuadro desértico, tanto así que las ventas para muchos han bajado entre un 50 y 60 por ciento y hasta más y esta situación es calificada como triste por los mismos comerciantes, únicamente explicada por ellos por la falta de empleo.

El caso del matrimonio formado por Pedro González Pérez y Yolanda García González, ambos de 30 años, es prácticamente patético. Ya en la tarde de ayer apenas habían vendido 20 pesos, en cañas y cacahuates, cuando en años anteriores sus ganancias se habían posicionado en los 400.

Tienen dos niños qué mantener, de dos años y medio y uno. El de dos se encuentra acostado al sol, con la mirada perdida, entre adormecido y cansado; el segundo, en la sombra. Ambos en el suelo, sólo esperando a que el día culmine en este desértico pasillo comercial, donde sus padres se han esforzado para obtener algo de dinero y darles un poco de alimento.

Elizabeth Luna Ramírez, de 28 años, también tiene dos hijos de diez y cuatro años. Ella vende gorditas, tortas de jamón, aguas frescas y burritos; al igual que el matrimonio anterior, llegó desde las 8:00 horas y para la tarde sólo había vendido 150 pesos, de los 500 que esperaba. Su puesto se encontraba completamente solo, como el 95 por ciento de los ubicados ahí.

Ella se dedica al comercio en algunas romerías y eventos en fechas especiales como el 12 de diciembre, y en las fiestas de la ciudad, pero esta vez sí le fue mal; incluso, piensa que el próximo 12 de diciembre no se va a instalar en la romería del Santuario, pues augura que no sacará ningún beneficio. Esta vez tuvo que invertir dos mil 300 pesos y no ha tenido recuperación siquiera de la cuarta parte.

En el caso de Juan Felipe García Cabello, de 19 años, comerciante de cacahuates, la situación fue igual. No había nadie comprando sus productos al momento de la entrevista y dice que sus ventas bajaron en un 50 por ciento. Añade también que todavía ayer por la tarde no había colocado ni siquiera la tercera parte de su mercancía.

La mayoría de los visitantes pasan y observan los puestos, pero mejor deciden ir a lo que van: a visitar a sus difuntos sin consumir nada a su paso.

La otra cara de la moneda

El joven matrimonio formado por Olivia Flores, de 18 años, y Rolando Martínez, de 22, opina que algunas de las causas por las que las ventas están bajas para los comerciantes son que en algunos puestos los productos son muy caros, como por ejemplo en lo que se refiere a la caña y al cacahuate.

Esta pareja se dirigía a visitar a sus difuntos al Panteón de Oriente, como de costumbre, y por la tarde todavía no sabían si gastarían algo de dinero en los productos que estarían comerciándose en los distintos puestos que ahí se encontraban, pero de entrada indicaron que eran muy caros.

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